A sus 88 años, Tere está en plena forma. “Para la edad que tengo me puedo mover muy bien. Voy a hacer la compra, me hago la comida y de todo”, cuenta en Elite Fitness, de Marc Romera. Y es que, aunque Tere se acerque cada vez más a los 90, lleva 37 años yendo todos los días al gimnasio.

Es común escuchar aquello de “son cosas de la edad” o “con los años aparecen dolores y te mueves menos”. Pero no es cierto. No es la edad, es el sedentarismo. Y cada vez son más quienes aprovechan la jubilación para empezar a moverse y mantenerse en forma.

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Tere es solo un ejemplo de lo que se puede conseguir con este duro esfuerzo. No solo se mantiene estupenda a u edad, sino que disfruta su vida más que nunca. “Me voy de viaje siempre que puedo”, asegura en la entrevista para el podcast, “el mes que viene tengo uno a Delta del Ebro”. Nada puede pararla, y su mensaje para quien la escuche es claro: “A alguien de mi edad le recomendaría que viniera a entrenar, nunca es tarde”.

En forma a los 88

El caso de Tere es, por suerte, cada vez más habitual. Los gimnasios ya no son espacios reservados para la juventud, son para todo aquel que quiera mantenerse en forma. Nuestra protagonista está entre este grupo de personas, porque lleva yendo al gimnasio de su barrio desde que abrió sus puertas. “Empecé a entrenar hace 37 años”, comentaba en una entrevista el pasado 2024, “en el año 87, que es cuando abrieron el gimnasio Virgilio”.

Esta es, sin duda, la razón por la que Tere se conserva estupendamente. No se le notan los años cuando la vemos subida a las máquinas del gimnasio, haciendo pesas o levantando el suyo con las dos manos. Y es que, moverse a los 50 puede ser lo único que nos permita seguir haciéndolo a los 80.

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De todo un poco

Otra de las fórmulas del éxito de Tere está en la variedad de su entrenamiento. No se limita a hacer cardio o dar paseos, ella se apunta a todo lo que le proponga su entrenador, Virgilio. “Me gusta el multipower”, cuenta en la entrevista, “me gusta mucho todo. Con los ejercicios que hace Virgilio trabajamos todo el cuerpo: piernas, hombros, de todo”.

Es lo que se conoce como rutina full body”, una tendencia en el entrenamiento de fuerza que nos permite mantenernos en forma cuidando de todos los grupos musculares. Gracias a esto, asegura Tere, “soy muy ligera, y para la edad que tengo me puedo mover muy bien”.

Para ella, ya no es cuestión de coquetería, aunque siga estando estupenda. Es cuestión de funcionalidad y movilidad. Puede disfrutar de su vida como lo hacía años atrás, dando buena cuenta del tiempo libre del que disfruta. “Me levanto a las 7, desayuno, recojo a mi compañera y venimos a entrenar. A las 8 ya estamos aquí”, comenta con soltura.

El consejo de Tere para todo aquel que quiera escuchar

Su historia hablar por sí sola. El entrenamiento de fuerza es indispensable no solo para alargarnos la vida, sino también para asegurarnos de disfrutarla como se merece.

Es por eso por lo que Tere tiene un consejo para todas las personas de su edad que la escuchen, o la lean. “Yo les recomendaría que vinieran a entrenar. Nunca es tarde, y cuanto antes mejor, porque es muy bueno para la salud. Yo me encuentro muy bien gracias al gimnasio.

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El entrenamiento de fuerza lo es todo

Lo de Tere no es un secreto bien guardado, es un secreto a voces. No se trata de una genética excepcional ni de una meta inalcanzable. Es el resultado de constancia y estrategia. Porque como cuenta la mujer de 88 años, lleva casi 40 moviendo su cuerpo y, sobre todo, haciendo entrenamiento de fuerza.

El Dr. José Manuel Ribera, catedrático de la Universidad Complutense, escribe en su libro A su edad, ¿qué querrá? (Senda), recordando a un viejo amigo, “el ejercicio es mejor que ningún fármaco. Si se vendiera, en las farmacias la cola llegaría hasta la calle”.

Y es que ese es el único misterio, la ciencia lo respalda. Entrenar fuerza con regularidad mantiene el músculo activo, protege las articulaciones, mejora el equilibrio y reduce el riesgo de caídas. Pero hay algo más. Al trabajar todo el cuerpo, como hace Tere en sus rutinas full body, no solo mejora a la fuerza, sino también la coordinación, la postura y la capacidad de hacer las tareas diarias con soltura. Es decir, nos regala independencia.

Por suerte, no hacen falta grandes esfuerzos para empezar. Ni siquiera necesitas, como hace Tere, ir todos los días al gimnasio. Hasta el más pequeño paso te acerca al objetivo. La pregunta es, ¿a qué estás esperando?