Conoces a alguien, notas las señales que indican que hay feeling, sientes esa "chispa" eléctrica que te recorre de arriba abajo, te ilusiona, parece que ve en ti todo lo que siempre ha deseado y, de repente, como vino se fue. ¿Te suena? Lamentablemente, lo más seguro es que sí lo haga, tanto a ti como a un inmenso número de personas en el mundo, porque este fenómeno no es extraño y aislado (de hecho, tiene hasta nombre propio). Y como dice el dicho, lo primero que tienes que tener claro es que aquí sí es aplicable el famoso "no eres tú, soy yo". 

El fenómeno de ilusionar y luego dejar a alguien es una experiencia profundamente dolorosa y confusa para quienes lo viven. Este comportamiento conocido como breadcrumbing, puede estar vinculado al miedo al compromiso y a inseguridades personales. En muchos casos, quienes lo practican pueden no ser conscientes de las razones detrás de sus acciones, lo que complica aún más la situación para la persona que sufre esta manipulación emocional.

Fotografía    Leticia Martín Enjuto
@Leticia Martín Enjuto

La psicóloga Leticia Martín Enjuto nos ha despejado muchísimas dudas sobre este tema, además de ofrecer herramientas prácticas y un mensaje de esperanza tanto para quienes lo han sufrido como para quienes, quizás sin darse cuenta, repiten este patrón.

¿Por qué un hombre te ilusiona y luego se aleja?

Leticia Martín Enjuto, con varios másteres entre los que se destacan el Máster en Sexología y Terapia de Pareja, el Máster en Psicología Cognitivo-Conductual y Máster en Psicología General Sanitaria, señala que desde la perspectiva psicológica, este patrón de comportamiento puede estar relacionado con estilos de apego evitativos, es decir, que algunas personas pueden tener dificultades para establecer conexiones emocionales profundas, lo que les lleva a jugar con los sentimientos de otros sin intención de comprometerse. La encontrarás en su despacho en Valencia y en su perfil @leticiamartin.psicologa.

¿Por qué algunas personas, especialmente hombres, tienden a ilusionar y
luego alejarse en las relaciones?

Son diversos los factores que inciden en este tipo de tendencias. Es cierto que existen varias razones psicológicas relacionadas con la dificultad en la gestión emocional. En este caso, este tipo de personas buscan una validación que les refuerce y les genere una seguridad interna que, a priori, no tienen. Este patrón está estrechamente relacionado con el miedo al compromiso. Están capacitados para relacionarse y desvincularse, desconectar emocionalmente, sin empatizar con el dolor que están causando.

Relacionando esta temática con normas sociales y culturales, apuntar que, a lo largo del tiempo, el hombre ha aprendido, y se le ha enseñado, a esconder su vulnerabilidad y por ello, a ser más propenso a la deriva en relaciones más superficiales, sin excesivos vínculos afectivos. Pese a que existen excepciones, puesto que es un fenómeno que también se da en mujeres, es cierto que, en muchos casos, la persona que ilusiona no es del todo consciente del impacto que genera en la otra persona. 

Estamos ante el fenómeno del “refuerzo intermitente”, del “te doy atención y te la quito”. Obrar de este modo, genera dependencia y fomenta el circuito cerebral de recompensa. Por ello, la persona ilusionada tiende a buscar la atención que tiempo atrás sí obtuvo, bajo la esperanza de que esta, sea continua y permanente en el tiempo.

¿Qué factores psicológicos pueden estar detrás de este tipo de
comportamientos? ¿Existen patrones de personalidad o estilos de apego que predispongan a este tipo de actitudes?

En términos generales, los factores que inciden en este tipo de prácticas son el miedo al compromiso y la inseguridad personal que la persona que ilusiona posee. Un mecanismo de defensa que sienten que “les protege” ante el vínculo real. Buscan atención, reconocimiento y se desmarcan del sentimiento. El ánimo por encontrar validación externa desencadena
este tipo de prácticas. Nos encontramos ante personas que encuentran en la otra persona, una vía para cubrir ciertos vacíos emocionales que no terminan de estar resueltos.

En términos de apego, nos encontramos ante personas con apego evitativo, con dificultades para confiar y apostar por relaciones duraderas. Este tipo de apego puede estar encuadrado en rasgos de personalidad narcisistas, de la mano de conductas que les proporcione control y den alimento a su autoestima.

El tipo de apego ansioso también puede ser candidato a llevar a cabo una ilusión fugaz, presentando cierta dificultad para confiar y caracterizado por relaciones inestables y ciertamente confusas. Se ha de hacer hincapié en las experiencias pasadas, de la satisfacción que se obtuvo de ellas, así como de las expectativas que tiene depositadas en la pareja. Expectativas no solo de carácter personal, sino también social y comportamental.

¿Cómo afecta la autoestima de la persona que es ilusionada y luego dejada?

El impacto es absoluto. La sensación de ser elegida, alimenta la esperanza y las expectativas depositadas en la relación. Cuando el desengaño tiene lugar, la caída es absoluta. Además, el autoconcepto que se tiene sobre sí, varía, generando desconcierto, inseguridad y cierta culpa que pone en tela de juicio la valía de una. No hemos de olvidar que la autoestima, entre otros puntos, está regida por las experiencias internas y externas junto a las creencias y sentido de pertenencia que se tiene de uno.

Ser ilusionada y dejada, refuerza la creencia de no ser suficiente, nos insta a la reflexión personal y nos aleja del crecimiento personal si no se le da el enfoque que requiere. Para ello, identificar y desafiar aquellos puntos que entendemos que pueden trastocar nuestra autoestima, es clave. Este proceso requiere de tiempo y esfuerzo, un viaje hacia el autoconocimiento, hacia el quererse y reconstruir esa autoestima que dañada ha quedado.

¿Qué señales tempranas pueden indicar que alguien podría estar actuando
de esta manera?

La falta de claridad en la comunicación, junto a la inconsistencia emocional, son dos pilares que tenemos que tener en cuenta a la hora de sumergirnos en una relación con el compromiso que requiere.

Los cambios repentinos son indicadores de que no estamos entendiendo la relación de igual modo. Las respuestas ambiguas y el escaso compromiso, direcciona a la pareja hacia un estado de incertidumbre que rema a favor de la intermitencia en la relación. Cuando nos encontramos ante una persona que evita ciertas conversaciones, una persona en la que observamos que su nivel de intencionalidad y responsabilidad emocional es escasa, puede ser candidato a hacernos daño.

La falta de empatía hacia los sentimientos de la otra persona, nos hacen sospechar la escasa responsabilidad emocional de la que goza. Es un síntoma de alarma observar un patrón claro en esa búsqueda de validación extrema, cuando el centro de la atención reside en la persona que ilusiona y no en la relación.

por qué un hombre te ilusiona y luego se aleja
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¿Cómo se puede proteger una persona emocionalmente ante este tipo de
situaciones?

El objetivo es trabajar en nuestra autoestima, en una autoestima cada vez más cercana al aprendizaje, alejándose de la desesperanza o el autocastigo. Cómo nos tratemos, cómo nos hablemos, en definitiva, cuál elijamos como diálogo interno, será el decisivo compañero de viaje que contrarreste el desengaño sufrido.

Para que tal protección tenga lugar, tenemos que apostar por nuestro autoconocimiento, por establecer límites personales sanos así como por conocer estrategias de regulación emocional que trabajen en reconstruir el daño sufrido. Dichas herramientas nos harán más conscientes y trabajarán bajo el prisma de la comprensión y la condescendencia hacia uno.

Cultivar relaciones que vayan en una línea relacionada con la reciprocidad y el respeto, conforman el caldo de cultivo nos ayudará a tener una mejor gestión ante los desafíos que la vida nos traiga.

¿Qué consejos darías para manejar la decepción y el duelo tras una ruptura
inesperada?

Requiere, en primer lugar, de validar las emociones que emergen. Dar y recibir en la misma medida, apuesta por la resiliencia emocional y la capacidad de encajar los diferentes goles que pueda traernos la vida. Como dice la literatura científica, somos el resultado de las cinco personas con las que nos relacionamos, por lo que elijamos debidamente para que
nuestra esfera emocional se nutra de vivencias sanas, respeto, solidaridad y entendimiento mutuo. Crear nuevas rutinas y apoyarse en vínculos significativos es altamente efectivo.

El valor personal no depende de una relación. Una ruptura no define quién somos ni lo que merecemos, es parte del proceso de reconstrucción emocional. El duelo, aunque doloroso, puede ser un proceso profundamente transformador si se acompaña de cuidado, amor, paciencia y apertura al cambio.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir tanto a quienes tienden a ilusionar y
luego alejarse, como a quienes sufren este tipo de situaciones? 

Transmitiría que el amor implica cuidado, claridad y coherencia, que hay que reconocer que el desenlace de la relación no es culpa de una y que el miedo no es nuestro aliado. Hemos de apostar por personas que quieran permanecer a nuestro lado, que se sientan profundamente afortunadas por elegirnos y tengan la firme creencia de que somos un boleto premiado.

Cuando esto no es así, nuestra ubicación no es esa. Hemos de desmarcarnos de incógnitas como ¿qué hice mal? o ¿por qué me sucedió a mí? puesto que nos instan a rumiar y a ubicarnos en terrenos ligados al desconcierto y la falta de respuestas. Hay momentos en los que hay que dejar ir, apostar por una en detrimento de un tercero. Poner en alza que somos ese boleto premiado que quizá no se supo apreciar.

Sin excepción, merecemos relaciones que nos hagan bien, y eso empieza por la forma en que nos cuidamos a nosotros mismos.