No todos son iguales

¿Te apetece un café? ¡Cuidado!

De las inocentes 9 calorías de un expreso a las 334 de un café bombón, hay muchas razones para ver qué le echas al café.

Laura Hernandez Tornil

Periodista especializada en belleza y moda

25 de agosto de 2017, 11:09

No hay nada como el olor a café recién hecho por la mañana, aunque según las estadísticas hay muchos partidarios de saborearlo después de una deliciosa comida. Sea cual sea la hora de tu café, si estás intentando controlar tu peso te conviene tomar nota de las variedades de café y de cuál es su aporte calórico, algo que te hemos preparado en nuestra galería de imágenes.

El café bombón, mejor de merienda

Como puedes comprobar en la galería de imágenes, de las inocentes 9 calorías de un expreso sin azúcar, puedes llegar a las 334 del café bombón. Y todo ello sin tener en cuenta los capuchinos con sirope, natachinos y cafelattechinos de algunas cadenas cafeteras, cuyos niveles de azúcar y grasa pueden llegar a la estratosfera. Con ello no queremos decir que renuncies a tu café preferido. Solo que seas consciente de lo que supone y lo tomes más como una merienda o a media mañana (sin acompañarlo de nada más) que como el postre de después del postre.

La mejor opción

Sin lugar a dudas, el mejor café es el expreso del bar de confianza de toda la vida (con o sin leche, sea o no de soja, sin lactosa, de almendras… para gustos, los colores). Y por supuesto, la opción casera, donde lo más importante, además del tipo de café y la cafetera que escojas, es cómo lo conservas. Porque, si no quieres que ese café buenísimo que has comprado pierda parte de su aroma y cualidades, debes guardarlo como corresponde. Toma nota:

  • Envase hermético. Si tiene juntas de goma, mejor. Evitarás que se evapore el aroma y que le afecten sabores de otros alimentos.
  • Fuera humedad. Es uno de los peores enemigos del café. Guárdalo en un lugar frío y seco, y siempre bien tapado.
  • Lejos de otros sabores. El café absorbe con mucha facilidad los aromas y sabores de otros alimentos. Procura guardarlo en un recipiente dedicado solo para él y alejado de olores fuertes.
  • Muele en el momento. Si es posible, es mejor que muelas los granos de café justo antes de prepararlo. Si te lo hacen en la tienda, indícales el tipo de cafetera que usas para que te ajusten el grosor de la molienda.
  • El agua importa. Si el agua de tu localidad es dura, mejor usa agua mineral. Si usas agua del grifo, el café tendrá mejor sabor si la dejas reposar para que se evapore el cloro.
  • No lo recalientes. El café debe tomarse recién hecho. Si no te queda más remedio, usa el microondas para que no se pierda el aroma y añade un pelín extra de agua mineral.

Y si quieres descubrir más, pásate por nuestro artículo 6 curiosidades sobre el café.

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