Pocas leyendas de la moda han sido tan influyentes como Carolina Herrera, que el pasado mes de enero cumplió 86 años. Nació en Caracas, capital de Venezuela, en 1939, en el seno de una familia acomodada con el nombre María Carolina Josefa Pacanins Niño. Se casó en dos ocasiones, la primera a los 18 años, pero fue del segundo marido, Gustavo Vollmer Herrera, de quien tomó el apellido con el que logró fama mundial.
A muy temprana edad comenzó a denotar un gran interés por la moda. Desde pequeña, al pertenecer a una importante familia venezolana, estuvo en contacto con diseñadores de la talla de Dior y Balenciaga. En 1971, con 32 años, ya aparecía en la lista de las mujeres mejor vestidas del mundo. Sin embargo, hasta la década de 1980 no presentó una primera colección de 20 diseños en Nueva York.
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En aquel momento llamó la atención de Armando de Armas, editor venezolano de la revista Vanidades. Pronto se convirtió en su socio financiero y la ayudó a lanzar su carrera como diseñadora. En 1981 presentó su primera colección oficial en el Metropolitan Club de Nueva York. Su nombre comenzaba a ganar peso y la diseñadora no se limitó únicamente a la moda: en 1988 lanzó su primera fragancia.
Las lecciones de estilo de Carolina Herrera
Tenía al público y la crítica cautivados y no tardó en convertirse en una de las mujeres y diseñadoras más influyentes de su generación. Desde entonces, hemos podido ver sus piezas en personalidades tan relevantes como Jacqueline Kennedy o Hillary Clinton, siendo símbolo de lujo y sofisticación. Carolina Herrera siempre ha estado a la altura y ha dejado lecciones de estilo que siempre quedarán en el recuerdo.
Entre sus reflexiones destaca una que podría resumir perfectamente lo que significa ser Carolina Herrera: "La elegancia no se define exclusivamente por lo que llevas puesto. Es la forma en la que te comportas, tu forma de hablar, lo que lees". En la misma línea de la elegancia como actitud, contó el verdadero secreto para lucir siempre radiante, destacando que "la mujer solo tiene un defecto: no reconoce lo valiosa que es".
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Desfile de Carolina Herrera en la Fashion Week de Nueva York en 2025.
Siempre ha sido una gran defensora de la mujer, pero no de la mujer con artificios, sino de la más pura, la que todas llevamos dentro. Ella misma, siendo diseñadora y dedicándose a la moda, rompió una lanza en favor de no seguir tendencias: "No hay nada más elegante que una mujer que se siente cómoda con quien es". A esta preciosa frase añadió que "no necesitas ser aceptada por los demás, necesitas aceptarte a ti misma".
La personalidad y el estilo no pueden comprarse con dinero
Una de sus normas no escritas es que "la ropa debe ser una extensión de tu personalidad y de lo que eres cada día". La clave es ser auténticas. Siempre ha defendido el minimalismo en la moda y esto puede comprobarse a través de una potente declaración: "El accesorio invisible para cualquier prenda es un perfume". No hay nada con mayor personalidad que una buena fragancia cuidadosamente escogida -más aún si es de Carolina Herrera, claro-.
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Aunque sus diseños se exhiben en pasarelas y pertenecen a la alta costura, la diseñadora confiesa que el verdadero estilo reside en la simplicidad y en resaltar la propia esencia. "Puedes usar un vestido económico, agregar una linda máscara, zapatos grises y una linda bolsa, y eso siempre será elegante", dijo una vez. Porque, en sus propias palabras, "el verdadero lujo es ser auténtica".
Ese estilo es el que no puede comprarse con dinero, "el estilo es algo sutil que se muestra en los pequeños detalles" y "la educación es el principal vestido para la fiesta de la vida". La sencillez con la que vive Carolina Herrera debería ser ejemplo para todas las mujeres. Sus lecciones de estilo van unidas con la manera de vivir y esa máxima que lleva escrita con tinta invisible: "La moda es efímera, el estilo es eterno".