Cualquier que haya crecido en los 60 recuerda a Julie Newmar en la piel de Catwoman, seduciendo con deseos asesinos a al Batman de Adam West. La serie de televisión se convirtió en un emblema de la época, y llevó a Newmar a la fama. Toda esa sensualidad, con su paso sinuoso capaz de provocar infartos y su elegancia, sigue viva en la mujer de 91 años que es ahora.

Pero Newmar busca ahora otras cosas en la vida. Lejos del ajetreo de Broadway y de Hollywood, la actriz se ha afincado en su pequeño paraíso. Una casa en Brentwood con un jardín espectacular en el que la actriz ha podido dar rienda suelta a la que siempre ha sido su pasión: la jardinería.

Julie Newmar
@julienewmarofficial

“Cuando estaba de gira, recuerdo poner plantas en el borde del alféizar de la ventana de la cocina dondequiera que me alojaba”, recordaba en una entrevista para Better Homes & Gardens en 2023. “Antes que nada, o quizás al final, porque ya tengo 89 años, puedo decir con mayúsculas que vivo en el Paraíso”, reconocía señalando el jardín con el que ha cumplido el sueño de toda una vida. Si has sentido una pizca de envidia, es natural. Los últimos estudios realizados en el campo de la psicología lo dejan claro: vivir rodeadas de naturaleza nos hace felices.

El Paraíso en la Tierra

“Hay tantos paraísos como personas”, escribe el filósofo José Carlos Ruiz en su nuevo libro, Una mujer educada. “El paraíso es ese lugar que cumple con todas las condiciones de posibilidad que uno necesite”, añade, “el paraíso es ese jardín que se encuentra protegido, rodeado de un muro de ladrillos”.

Newmar le daría la razón. Para ella el paraíso está construido con rosales, laberintos de helechos y elementos sacados del corazón de la fantasía, como una preciosa puerta de Alicia en el país de las maravillas.

Aunque la intérprete recuerda que las plantas siempre la han enamorado. Su carrera como actriz la alejaba, en parte, de su pasión por la jardinería. Pero siempre estuvo ahí. “Creo que me enamoré de los jardines porque era donde me sentía más segura cuando era niña: en nuestro patio con mi padre”, confesaba en la entrevista.

Ahora que ha podido retirarse, apuesta por una filosofía de vida que inspira. “En casa pequeña, jardín grande. ¿Quién quiere cuidar todas esas cosas del interior?”, lanza la actriz a su entrevistador. Y es que la que fue Catwoman busca ahora un feliz retiro, un Edén personal, envuelta de aquello que siempre la ha apasionado: las plantas.

La biofilia: ser felices rodeadas de naturaleza

“A algunas personas les encantan los perros. A mí me encantan las plantas”, confiesa Newmar, que tiene en el alfeizar de su casa en un cartel que reza, irónico, ‘No se admiten perros’. Esta pasión de la intérprete por las plantas tiene raíces en su vida personal, pero también es algo tan natural como respirar.

En psicología se maneja un término que lo explica. Biofilia, la tendencia innata del ser humano a conectar con la naturaleza y otros seres vivos. No tiene nada de novedoso, aunque pocos hablen de él. Lo acuñó el biólogo Edwar O. Wilson en los años 80, para defender lo que averiguado en sus investigaciones: nuestra afinidad con la naturaleza tiene raíces evolutivas. Sobrevivir implica entender y relacionarse con el entorno natural.

Jardinprecioso
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 “Ver crecer algo me da la sensación de que todo está bien y en su lugar”, dice la actriz en la entrevista. Y es lógico. Es natural. Ver como algo crece nos genera una sensación de calma instantánea. Nuestro cerebro, programado para la vida salvaje, ve en el crecimiento una señal de seguridad, de estabilidad y bienestar.

Así lo prueba la psicología, que encuentra en la biofilia la necesidad emocional y cognitiva de contacto con la naturaleza, algo que impacta de forma positiva sobre el bienestar mental. Rodearnos de lo natural, sean fuentes de agua, un jardín deslumbrante como el de Newmar o nuestras mascotas, es una fuente de regulación emocional, porque el entorno natural reduce el estrés, mejora el estado de ánimo e incluso aumenta la capacidad de atención.

“Cada día que salgo, veo algo nuevo floreciendo y me cautiva”, explica Newmar, que ha encontrado en su jardín el secreto de la verdadera felicidad.

Cultivando la paciencia

La biofilia no es lo único que explicaría esta pasión intensa que siente la actriz por su jardín. La psicología ha hallado evidencia que sostiene que a partir de los 55 o los 65, y hasta los 70, la curva de la felicidad aumenta porque aprendemos a lidiar mejor con el estrés. Aprendemos a ser pacientes. Bajamos el ritmo.

Para la bailarina y actriz, su jardín es ese lugar que reduce la velocidad del tiempo y le permite vivir en contacto con el presente. “Simplemente, me quedo ahí parada, tomo una flor y la miro cada vez más cerca. Los sépalos y todas esas elegantes palabras en latín que te dicen qué es qué. Me hundo en ellas con un júbilo espiritual”, explica maravillada ante la vida que se abre paso.

Y es que la jardinería tiene esa magia que requiere de tiempo, de paciencia, y que nos conecta con el presente. Así lo explica Newmar, que explica que para ella “lo mejor de un jardín es que lo vas a disfrutar con el tiempo. La floración puede cambiar cada año, pero las raíces profundas son permanentes”.

Un camino hacia la sabiduría

El secreto por el que Newmar se mantiene tal como lo hace en el presente, a sus 91 años, también tiene raíces en su precioso jardín. Aunque sus años como bailarina le han dejado alguna que otra secuela y no se mueve como antes, su mente sigue fuerte y sana. Y es así porque aprende cada día, lee, investiga y busca cómo mantener más bello su precioso jardín.

Ella misma hizo el diseño inicial de su paraíso personal, al que luego dio forma el paisajista Jay Griffith. Para Newmar, jardinería y sabiduría van de la mano. “La sabiduría dice que si te gusta la jardinería, pidas consejo a alguien más inteligente que tú. Porque primero necesitas el diseño”, explicaba en la entrevista al hablar de los inicios de su precioso laberinto herbáceo.

Aunque pedir ayuda no es la única lección que le ha dejado su amor por las plantas. Porque cuando hay pasión y se le dedica tiempo, la naturaleza siempre nos revela sus secretos. Para Newmar, hay uno especialmente importante, con el que concluye su entrevista: “Digamos que falta algo o algo está mal en su jardín. Entornen los ojos. Eso eliminará los detalles que distraen y verán la imagen completa. PD: Para vestirse adecuadamente por la mañana, hagan lo mismo”.