El 2024 será para Carmen Cervera siempre un año especial. Por algo tan significativo como que, por fin, sus hijas menores alcanzaron la mayoría de edad. Las pequeñas -y mellizas- María del Carmen y Guadalupe Sabina, conocidas simplemente como Carmen y Sabina en honor a la madre y abuela de la baronesa Thyssen y desde la crónica social, ya no son precisamente pequeñas. Nacidas en Los Ángeles en julio de 2006, en 2008 fue '¡Hola!' el medio que las presentó al mundo.

La misma publicación que ha sido soporte para seguir su crecimiento a lo largo de todo este tiempo, y así hasta el día de hoy. Diecisiete años han pasado desde aquel primer reportaje en la casa de Más Mañanas y ahora todo en su vida es distinto. Ambas han comenzado a escribir su propia historia. Volar del nido, decidir qué estudiar, determinar hacia donde quieren dirigir sus próximos pasos. Mientras Carmen se ha marchado al extranjero para estudiar ADE y Relaciones Internacionales, Sabina se ha quedado en España cursando Arte y Diseño. No obstante, y tras algunos meses separadas, las hermanas se han vuelto a reunir por Navidad.

Tita Cervera, Carmen y Sabina
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Las fiestas, ocasión propicia para poder reencontrarse con el resto de la familia, y también la antesala para un impactante paso al frente en el inicio de este 2025. Y es que el año ha comenzado con una portada, de nuevo en su revista de cabecera, pero esta vez con las mellizas herederas como protagonistas. De este modo, Tita da un paso al lado para que, por impactante que resulte, sean ellas quienes pongan la voz. Para que, desde su casa de Andorra, se presenten al mundo por sí solas y tengan libertad total para charlar sin tapujos sobre todo lo que acontece en sus vidas. Desde sus planes de futuro, pasando por sus formas de pasarlo bien cuando tienen ratos libres, y sin obviar cómo es realmente la relación que mantienen con su madre.

Las reveladoras declaraciones de Carmen, 'heredera' de Tita en el mundo del arte

A fin de cuentas, y aunque acontecimientos recientes como la presencia de Carmen hija en los premios Bazaar Women in Art el pasado mayo han demostrado que es así, no hay demasiadas dudas en que la relación entre madre e hijas es muy buena. Algo que esta entrevista en las páginas de la citada publicación reafirma, comenzando por la propia Carmen, que de un tiempo a esta parte parece ser la más interesada en seguir la estela de su progenitora en el mundo del arte.

Carmen Cervera hija y Tita Cervera
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"Hablo con mi madre y Sabina diariamente", confiesa, demostrando que su vínculo sigue igual de estrecho a pesar de la distancia. Lo anterior, además de cuan comprometida está con seguir el legado de su familia. "Lo siento como un orgullo y una oportunidad maravillosa", señala. Algo a lo que añade que "la responsabilidad de estar a la altura de lo que mi madre ha construido" en momentos como su debut en solitario en Sant Feliu de Guíxols el pasado verano o la reciente presentación del nuevo Museo Carmen Thyssen en Barcelona. Instantes en los que, por supuesto, cuenta con esos consejos de la viuda del barón Thyssen-Bornemisza que "son diarios y constantes" y le resaltan "la importancia de ser fiel a mí misma".

Y en esa fidelidad se contempla el arte, que también como su madre, ella siente y adora. Le atrae su "poder de transformar ideas y conectar a las personas" y quiere contribuir a que "los museos sigan siendo espacios vivos". De Tita ha aprendido que para poder hacerlo la base son "el conocimiento, la preparación y la pasión". Eso y una determinación y "capacidad para abrir caminos nuevos", siempre sin perder la autenticidad y la elegancia, que admira con todo su corazón. Quizás sea por eso que quiera seguir sus pasos, aunque se parecen en algunas cosas más. "Tenemos un sentido del humor muy parecido". De ahí su evidente complicidad.

Sabina, consciente y reservada, pero igual de cercana a la baronesa

"Mi madre siempre me recuerda que no tengo que seguir los caminos convencionales", dice Sabina. Ella, a pesar de haberse 'convertido en adulta' a la par que Carmen, es probablemente la más desconocida de las dos. Todo porque, a diferencia de su hermana, ha optado por llevar un camino algo más alejado de los eventos públicos. Y eso que a ella también le apasiona el arte, aunque prefiere dedicarse a la creación propiamente dicha del mismo. Un sentimiento igual de compatible con admirar de Tita Cervera "cómo transforma su pasión por el arte en algo especial para los demás". 

A Sabina le gusta acompañar a su madre a los museos, pero "prefiero mantenerme más al margen". ¿Por timidez? No, por voluntad de preservar intimidad y poder concentrarse "en mis proyectos personales". Un deseo que en ningún caso interfiere con el orgullo y la "gran responsabilidad" que siente al pensar en el legado artístico de la coleccionista. Ese legado que, tal y como apunta Tita, es patrimonio familiar "para los tres herederos, Borja, Carmen y Sabina". Y deben estar listos. "He procurado enseñarles todo lo que yo he aprendido". No hay mejor maestra.