Salma Hayek, actriz mexicana (57 años): "Mi abuela hacía una crema de retinol mucho antes que nadie. También usaba aloe vera, glicerina y vitamina E, ingredientes que todavía usamos."

¿Cuántas veces habremos oído hablar de “los remedios de la abuela” sin brindarles la atención que merecían? Probablemente, más de las que podríamos imaginar. Un caso omiso que Salma Hayek nunca ha practicado, siendo las lecciones de belleza de su abuela, de hecho, su mejor secreto para mantenerse radiante, superados los 55 años. 

Tildada por la propia actriz como una “experta en cosmética” adelantada a su tiempo, la abuela de Salma Hayek se convirtió en la mejor influencer que la mexicana podría tener, inculcándole multitud de lecciones en el cuidado de la piel que llevarían (a la actriz), décadas más tarde, a ser uno de los rostros más envidiados de Hollywood. 

“Tuve una abuela experta que hacía sus propias cremas. Era muy avanzada para su época y brillante. Gracias a ella, sé mucho de la piel, y solía hacer cremas con ella en la cocina”, explicaba la misma Salma en una entrevista con Byrdie, añadiendo que no solo es que fuese visionaria con los métodos, sino también con los ingredientes que utilizaba para cuidar su piel, introduciendo activos que entonces no eran habituales en cosmética facial, pero hoy son auténticos éxitos de ventas como, por ejemplo, el retinol.

“Recuerdo que, hace más de 50 años, ella hacía una crema e íbamos a la farmacia a comprar vitamina A. Mi abuela hacía una crema de retinol mucho antes que nadie”, destacó la actriz a Byrdie. Aunque este activo no sería el único que la abuela de Salma utilizase en el día a día, “también usaba aloe vera, glicerina y vitamina E, ingredientes que todavía usamos” y que son un básico en rutinas faciales de toda índole. 

Una habilidad extraordinaria que atraería a Salma a conocer más sobre los cuidados naturales de su abuela y que, hoy, cinco décadas más tarde, sigue practicando y divulgando cada vez que puede, siendo este su mejor secreto para mantener una piel joven y saludable, sin recurrir a métodos invasivos -como ella mismo ha confirmado- para ello. 

Limpieza nocturna profunda y evitar lavarse la cara por la mañana

De hecho, el utilizar este tipo de cremas caseras no es lo único que Hayek ha conservado de su infancia. Como ha comentado en más de una ocasión, otro de sus mejores secretos para mantener en buen estado su piel está en cómo limpia su rostro, reduciendo la rutina de higiene solo una vez al día. 

“Mi abuela me enseñó a nunca lavarme la cara por la mañana”, afirmaba Hayek en una entrevista con GQ. Una práctica poco común que la misma actriz explicaba: “Por la noche, tu piel produce todo el sebo que necesita para lucir joven y se regenera sola, así que lávate bien la piel por la noche, pero no por la mañana”, defendía la protagonista de ‘Frida’. 

Sobre el cómo limpia Salma su piel, también hemos conocido pequeños detalles como, por ejemplo, que usa aceite de coco para retirar todos los residuos e hidratar la piel y que, posteriormente, aplica agua de rosas para equilibrar, calmar y aportar antioxidantes. 

“Puedes usar una toalla caliente con agua de rosas (pones una toalla húmeda en el microondas) para hacer un poco de vapor. Este pequeño detalle hace que las propiedades antioxidantes y calmantesde la infusión penetren en profundidad”, reveló la actriz en una de sus tantas entrevistas.

Exfoliantes caseros para completar la rutina de higiene

Pero los truquitos ‘beauty’ de Salma no se limitan a este dúo, junto a un aceite hidratante y esta esencia floral, la actriz también ha desvelado un tercer protagonista en su rutina de limpieza: los exfoliantes naturales. 

Siguiendo las lecciones de su abuela y mentora, Hayek tampoco ha obviado recurrir a lo que tiene por casa para mejorar su aspecto y, en este ámbito, la actriz apuesta por productos como la avena o las leches vegetales para mejorar la textura y optimizar la higiene.

“Puedes usar un poco de avena y luego un poco de agua o leche de almendras, y un poco de miel. Lo dejas en remojo, y es un excelente limpiador que suaviza tu piel”, comentaba Salma en una conversación con The New York Times.

Mascarillas “con sobras” para reducir la inflamación de la piel

Ahora bien, este ABC de belleza no siempre sigue unas pautas medidas, como defiende Salma, lo más importante es escuchar a la piel y saber adaptar estas prácticas a lo que demande en cada momento. “Mi rutina cambia, depende de cómo se despierte mi piel. No lo hago como una máquina. La miro, le presto atención. Le hablo como, ¿qué necesitamos hoy?”, afirmaba en The Cut.

Y es que existen determinadas situaciones en las que el ritmo de vida de la actriz pasa factura y, además de limpiar e hidratar la piel, Salma necesita de fórmulas más intensas para calmar y reducir la inflamación que (a veces) puede generar su piel. ¿La solución en esos casos? Una buena mascarilla casera que la mexicana aprendió a diseñar de pequeña, cuando su abuela recogía las sobras de comida y las convertía en un nutritivo ungüento para la piel. 

“Cuando desayunábamos, cogía todas las sobras -papaya, yogurt, miel, nueces- y las mezclaba, para luego ponérselas en la cara. Crecí con eso y según me iba haciendo mayor me di cuenta de que no era lo normal, ¡pensaba que todo el mundo se hacía mascarillas con las sobras!”, afirmaba a The Hollywood Reporter.

Un remedio natural que, pese a lo singular de su procedencia, también se ha constituido como habitual de la actriz, siendo especialmente útil en esos días, como adelantamos, en los que la piel de Salma no vive su mejor momento. 

“Tengo muchos problemas con la inflamación porque viajo mucho en avión. Cuando me aplico el batido en la cara, me calma la irritación y sigue trabajando aun cuando me he quitado la mascarilla. Puedes sentir la suavidad, la textura y cómo se estira la piel”, confesaba al mismo portal.

Fórmulas naturales, trucos caseros, secretos octogenarios y un denominador común, como es el minimalismo cosmético que, como verbaliza Salma Hayek, se ha convertido en su mejor fuente de juventud. Permitiéndole, a los 57 años, estar mejor que nunca, con una piel radiante, flexible y visiblemente firme.