Si hay algo que hemos interiorizado con el paso de los años es que la protección solar es un básico en el cuidado personal. Tanto en rostro para el día a día, como en rostro y cuerpo en días de mayor exposición, usar fotoprotector es una norma de obligado cumplimiento por el bien de nuestra piel. Y es que, el simple hecho de aplicar protección solar, como nos explica Ana Puelles Lostao, experta en belleza y directora del Centro de Estética Lostao, “implica cuidar de nuestra piel y evitar que la exposición al sol termine dañándola, provocando incluso problemas de salud graves.”
Eso sí, que este concepto en favor de la fotoprotección este implícito en la población, no quiere decir que se practique de forma correcta ni que estén resueltas todas las dudas al respecto. De hecho, si revisásemos las búsquedas relacionadas con este cosmético, preguntas como ¿cuándo debo aplicarme el protector solar? O ¿debo usarlo antes de bañarme? Evidenciarían la falta de información y el desconocimiento que, aún hoy, se tienen sobre los fotoprotectores.
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Además, si estos interrogantes no fuesen suficientes para generar un escenario complejo en lo referido a daño solar y protección; también debemos sumar la falsa creencia de que aplicar el fotoprotector solar 30 minutos de la exposición solar es lo adecuado, cuando los últimos estudios y los propios especialistas atestiguan todo lo contrario.
Vamos, lo que viene siendo un trilero de dudas y malas prácticas que hoy, para aclarar antes de la llegada del verano, resolvemos en revista CLARA de la mano de los mejores especialistas.
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Diferencias entre protectores solares físicos y protectores solares químicos
Para poder responder dudas cómo ¿cuándo aplicar un protector solar?, lo primero que debemos entender es que no existe un único fotoprotector solar. Dada su popularidad en los últimos años, las fórmulas han ido innovando y, al igual que se introducen activos de tratamiento como el ácido hialurónico o antioxidantes, también se juega con diferentes filtros solares como son los filtros físicos y los filtros químicos.
- Los filtros físicos (o minerales) son aquellos que “contienen ingredientes como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, que actúan creando una barrera sobre la piel, reflejando la radiación UV”, explica Carolina Uriarte, farmacéutica de Uriage, añadiendo que “comienzan a actuar inmediatamente después de la aplicación, son más estables bajo la exposición solar prolongada y son ideales para pieles sensibles y para niños.”
- Por su parte, los filtros químicos, contienen ingredientes “que absorben la radiación UV y la convierten en calor. Estos filtros suelen ser más ligeros y sensorialmente más agradables en la piel”, explica Uriarte. Además, a diferencia de los físicos, “los filtros químicos actúan una vez han sido absorbidos por la piel, por eso es importante dejar transcurrir un tiempo entre que se aplica el producto y nos exponemos al sol”, aclara Carmen Bauza, farmacéutica con Máster en Dermofarmacia, en sus redes sociales.
Si bien no se ha demostrado que uno sea mejor que el otro, cada uno de ellos suma una lista de ventajas y desventajas que los hacen más propensos para unos tipos de pieles u otras. Por ejemplo, los filtros físicos “son menos propensos a causar irritación o alergias, comienzan a actuar inmediatamente después de la aplicación, y son más estables bajo la exposición solar prolongada”, señala la farmacéutica Carolina Uriarte, aunque también pueden dejar un residuo blanco visible en la piel, y suelen ser menos fluidos y sensoriales”.
Mientras, los filtros químicos, tienen como ventaja que “suelen ser más ligeros y cosméticamente agradables. Se absorben fácilmente y son adecuados para uso diario”, aunque, como advierte Uriarte, “pueden causar irritación o reacciones alérgicas en personas con piel muy sensible.”
¿Cuándo aplicar el protector solar?
Entendidas estas diferencias, ahora es más fácil de responder este interrogante, ya que deberemos aplicar la fotoprotección en función de su fórmula. Es decir, en el caso de tener fotoprotectores con filtros físicos, “no hace falta aplicar el fotoprotector media hora antes de exponerse al sol. Los filtros físicos actúan en el momento en el que los aplicamos, lo podemos aplicar allí”, defiende la dermatóloga Ana Molina.
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Mientras que, si hablamos de un SPF con filtros químicos, dado que se tratan de filtros que tienen que actuar una vez adscritos a la piel, sí debemos dejar un tiempo de absorción previo a la exposición solar. ¿El tiempo recomendado? Según la Asociación Española de Dermatología y Venereología, de unos 10 minutos aproximadamente, ya que es el tiempo en el que “se estabilizó este filtro solar”.
¿Cada cuánto debemos replicarlo?
Otra de las dudas que rodea al uso de los fotoprotectores es su periodicidad. Y es que, como defienden constantemente los especialistas, el fotoprotector sí debe replicarse con el paso de las horas. Pero, ¿cuál es ese tiempo? La Dra. Leire Barrutia, Médico Dermatóloga con Máster en Dermatología Estética, diferencia dos escenarios.
En el día a día, si estáis trabajando, fundamentalmente en interiores, “podríais hacerlo en tres momentos: por la mañana, a mediodía (sobre la 1 a las 2 de la tarde) y también al salir de trabajar, si sales de trabajar hacia las 5 o 6 de la tarde, que todavía el sol en verano es intenso”, propone Barrutia.
Mientras que, en días de playa tenemos que reaplicarlo con más frecuencia. “De playa o de exterior, cada dos horas; cada vez que nos bañemos, aunque sea antes de las dos horas, y cada vez que sudemos y perdamos ese protector solar. Por tanto, mínimo cada dos horas en esos días de su día”, añade la dermatóloga.
Ahora bien, ¿qué pasa si tu jornada de playa se alarga hasta última hora de la tarde? ¿Hasta entonces se deberá usar un fotoprotector? Aquí, Leire Barrutia, aclara que la clave en saber cuándo usar protección está en “fijaros en que el índice ultravioleta sea de 3 o superior. Si es de 3 o superior, si os tenéis que dar protección solar. Si es de 2 o inferior, ya no haría falta.”
Trucos para reaplicar tu protección solar si vas maquillada
En planas y piscinas puede resultar muy fácil practicar esta práctica de “cada dos horas”, sin embargo, cuando se trata de reaplicar sobre el rostro, en el día a día, cuando estamos maquilladas, la historia cambia. Somos muchas las que, bajo el temor de desvanecer nuestro maquillaje, no volvemos a reaplicar SPF, desarrollando una ‘mala praxis’ que puede ser fatal para nuestra piel.
Para enfrentar este problema, la Dra. Barrutia, vía redes sociales, ha compartido varias recomendaciones para no perder esta periodicidad y que nuestra piel, pero tampoco nuestro maquillaje, sufra por el daño solar:
- Podemos dar un protector solar sin color, “que sea muy acuoso y simplemente dar el propio protector solar ultrafluido encima del maquillaje y, en general, así no se suele arruinar mucho”.
- Si no podemos aplicar este tipo de fluidos, también una buena opción es “utilizar brochas que lleven polvos con SPF30 o superior, que nos ayuden a retocar un poquito el maquillaje y a retocar un poquito esa protección solar sin deshacerlo demasiado.”
- Como tercera opción, “aunque si lleváis mucho maquillaje es más difícil, son los sticks”, afirma Barrutia añadiendo que, en ningún caso, “salvo para días concretos, utilizaría las brumas porque muchas veces con las brumas no aseguramos tanto que la protección solar se queda.”