5 estilos de vestir en tendencia para verano elegantes (y que restan años) y 5 a los que les tienes que decir adiós

Con la llegada del verano, se impone el momento de revisar nuestro armario y preguntarnos qué estilos realmente nos favorecen. Lejos de perseguir tendencias efímeras, muchas mujeres optan por fórmulas que sumen frescura, sofisticación y, por qué no, un aire más juvenil. El estilo no tiene edad, pero sí códigos que pueden acentuar o restar años según cómo se interpreten. Esta temporada, la moda propone un nuevo enfoque: vestir bien y parecer más joven sin esfuerzo ni artificios.

El reto es saber qué prendas y combinaciones aportan ese efecto "refrescante" y cuáles, en cambio, envejecen o resultan obsoletas. No se trata de renunciar a lo que nos gusta, sino de actualizar las referencias. Desde siluetas fluidas hasta paletas cromáticas luminosas, te contamos cuáles son los cinco estilos que rejuvenecen con elegancia este verano y cuáles conviene desterrar si queremos evitar el efecto contrario.

Loa 5 estilos que rejuvenecen con elegancia este verano

Minimalismo mediterráneo

Las líneas puras, los tejidos naturales y los colores neutros como el blanco, el arena o el lino crudo se imponen como símbolos de frescura y buen gusto. Este estilo bebe de la estética ibicenca y del chic italiano, y se traduce en vestidos camiseros amplios, monos ligeros de lino, y conjuntos coordinados en tonos suaves. La clave está en los cortes relajados que no oprimen, pero sí estilizan, y en la elección de piezas con movimiento que permiten jugar con accesorios sin recargar el look. El resultado es un estilo depurado, ideal para cualquier edad, que transmite modernidad sin esfuerzo. 

Boho-chic luxury

El espíritu bohemio se renueva este 2025 con un giro más refinado. Se trata de apostar por vestidos fluidos con estampados orgánicos, bordados discretos, y tejidos como el algodón o la gasa. La clave está en evitar los excesos del boho tradicional —como flecos o estampados étnicos muy cargados— y apostar por una versión más limpia, más cercana al estilo de Sara Carbonero o Jeanne Damas. Este tipo de estética no solo suaviza los rasgos, sino que tiene un efecto visual que aporta dulzura, ligereza y movimiento. 

Monocromáticos suaves

Vestirse de un solo color —o de distintas tonalidades de una misma gama— crea una silueta armónica y estiliza visualmente. Este verano, los looks monocromáticos en tonos pastel, maquillaje, verde agua o azul celeste son un acierto absoluto. Además de ser fáciles de combinar, aportan un efecto relajante y sofisticado. Este tipo de estilismo resulta particularmente rejuvenecedor porque huye de los contrastes bruscos y favorece un efecto óptico de continuidad. 

Sastrería relajada

La sastrería también se reinventa con tejidos más livianos y cortes menos rígidos. Trajes de lino en tonos beige, azul cielo o rosa empolvado con pantalones de pinza y americanas sin forro son perfectos para proyectar una imagen pulida, pero no acartonada. Además, permiten infinitas combinaciones: puedes llevar el pantalón con un top de tirantes o la americana con un vestido lencero debajo. Este estilo favorece porque aporta estructura al cuerpo sin marcarlo en exceso, y porque transmite autoridad desde un lugar relajado. 

Glamour nostálgico de los años 50 y 60

El regreso del glamour retro es una oda a iconos como Brigitte Bardot o Sophia Loren. Vestidos midi con escote corazón, lunares, tops de punto, pañuelos en el cabello y gafas cat-eye construyen este estilo “Riviera Vintage” que mezcla seducción y clase a partes iguales. Es ideal para eventos de verano al aire libre, cenas con encanto o paseos junto al mar. Rejuvenece porque no se toma demasiado en serio y porque, aunque evoca el pasado, lo hace con una feminidad atemporal que nunca pasa de moda.

Estilos desfasados que conviene evitar si quieres restar años

Y2K agresivo

La estética “Y2K” en su versión más exagerada –tops minúsculos, pantalones de tiro bajísimo, brillos sintéticos y gafas de colores– ha perdido fuelle. Lejos de restar años, estas prendas fuerzan una imagen adolescente que rara vez funciona a partir de cierta edad. El problema no es el riesgo, sino el desajuste generacional: lo que puede parecer rebelde a los 20, resulta impostado y poco natural a los 40. Mejor optar por guiños sutiles al 2000, como un bolso baguette o unas gafas ovaladas, dentro de un conjunto más equilibrado.

Preppy sin actualizar

Durante décadas, el estilo preppy fue sinónimo de elegancia contenida y juventud estudiantil. Inspirado en los uniformes de las universidades de élite americanas, su lenguaje visual se construía a base de camisas de algodón, faldas tableadas y mocasines, una paleta de colores que iba del blanco inmaculado al azul marino, pasando por verdes botella y burdeos. Sin embargo, en 2025 este look —si se lleva en su versión más literal— ha dejado de ser sinónimo de frescura para convertirse en un recuerdo algo rancio de épocas pasadas.

Athleisure sin intención

Llevar leggings con camisetas oversize y deportivas chunky como uniforme diario ya no es sinónimo de estilo urbano, sino de pereza estilística. Esta vertiente del “athleisure” pierde fuerza frente a versiones más pulidas y femeninas. El nuevo lujo apuesta por la comodidad con estructura: joggers de punto con caída elegante, sudaderas en cashmere, tops con patronaje cuidado. Vestir con intención siempre rejuvenece. El descuido, en cambio, apaga la imagen.

Estética festivalera

Los shorts vaqueros rotos, los tops crochet, los kimonos con flecos y las coronas de flores ya no transmiten modernidad. Esta estética, que dominó las redes sociales hace una década, hoy resulta pasada de moda y demasiado adolescente. Para conseguir una imagen bohemia actual, es mejor inspirarse en el estilo provenzal, los vestidos lenceros y los accesorios naturales. La clave está en la sobriedad, no en la acumulación.

Vintage forzado

Las faldas con vuelo, los colores llamativos, los tops con lunares muy marcados y los pañuelos en el cabello al estilo años 50 pueden resultar encantadores, pero rara vez rejuvenecen. Este tipo de estética funciona en editoriales de moda, pero trasladada a la vida real puede parecer un disfraz. Si te atrae el toque retro, opta por reinterpretaciones más sutiles: un vestido evasé con escote cuadrado, unas gafas cat-eye modernas o un labial rojo mate pueden aportar ese aire nostálgico sin anclarte en el pasado.