Con la llegada del buen tiempo, los eventos al aire libre y las vacaciones a la vuelta de la esquina, muchas buscamos esa dosis de color que ilumine la piel sin necesidad de exponernos al sol. Pero más allá de la estética, hay una razón poderosa para apostar por los autobronceadores: su capacidad para ofrecernos un tono dorado saludable sin poner en riesgo nuestra piel. En un momento en el que el cuidado cutáneo prima sobre cualquier otra tendencia, el autobronceado se consolida como la alternativa más inteligente y efectiva.

Ya no se trata solo de una solución puntual para un vestido escotado o una boda de primavera. Hoy, los autobronceadores forman parte de muchas rutinas de belleza como un gesto más de cuidado personal. Pero para que el resultado sea natural, uniforme y duradero, hay una regla de oro que no podemos olvidar: la preparación de la piel. Sin una base cuidada, ni el mejor producto logrará ese efecto "glow" que buscamos.

Preparar la piel: el paso que lo cambia todo

Antes de aplicar cualquier producto autobronceador, es imprescindible preparar el lienzo sobre el que vamos a trabajar. ¿La clave? Una buena exfoliación seguida de una hidratación profunda. Esta rutina no solo suaviza la piel, también elimina células muertas y evita que el bronceado se fije de forma irregular, sobre todo en zonas conflictivas como codos, rodillas o tobillos.

exfoliante
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Uno de los exfoliantes más recomendables para este proceso es el Exfoliante Mineral del Mar Muerto de Deliplus, un básico accesible que enamora por su textura rica, su aroma suave y, sobre todo, por el extra de hidratación que aporta gracias a sus aceites. Utilízalo una vez a la semana, aplicando una cantidad generosa sobre la piel húmeda y masajeando con movimientos circulares. Un buen truco profesional es utilizar un guante de crin para una exfoliación más profunda en las zonas más ásperas y dejar la piel completamente renovada.

Hidratación: el secreto para un acabado impecable

Después de exfoliar, llega el segundo paso esencial: hidratar en profundidad. Aplicar el autobronceador sobre una piel seca o desnutrida puede traducirse en un tono apagado o, peor aún, a parches. Por eso, conviene no saltarse nunca este paso y apostar por una loción que hidrate pero se absorba rápidamente.

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La Loción Corporal Aloe Vera & Ácido Hialurónico de Deliplus es una aliada perfecta en este punto. Tiene un efecto calmante y refrescante que proporciona una agradable sensación de hidratación hasta 24 horas. Solo tienes que extenderla bien sobre la piel seca, insistiendo en zonas propensas a la deshidratación, para conseguir una base suave, elástica y lista para recibir el color.

Bronceado gradual y natural: así se aplica correctamente

Con la piel limpia, exfoliada e hidratada, llega el momento de aplicar el autobronceador. La loción Bronz de Deliplus es una opción ideal si buscas un bronceado progresivo, modulable y muy natural. Su textura ligera y su poder hidratante permiten que el tono se desarrolle de forma gradual en tan solo tres o cuatro días, sin necesidad de tomar el sol y sin efecto máscara.

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Para una aplicación perfecta, distribuye el producto de forma homogénea por todo el cuerpo, utilizando preferiblemente las manos. No olvides lavarte bien las palmas de las manos tras cada uso para eliminar cualquier exceso de producto que pueda oscurecer zonas no deseadas. La constancia es clave: aplícalo a diario hasta conseguir el tono deseado.

Una piel dorada, sana y sin riesgos

Lejos quedó la época en la que broncearse implicaba largas exposiciones al sol y pieles castigadas por el exceso de rayos UV. Hoy, con los productos adecuados y una rutina sencilla, es posible lucir un tono dorado durante todo el año, sin comprometer la salud de la piel. Los autobronceadores, además, permiten controlar la intensidad del bronceado y adaptarlo a diferentes momentos o estilismos.

En definitiva, el bronceado inteligente no es solo una tendencia, sino una forma de autocuidado. Y en eso, la cosmética low cost ha sabido estar a la altura, con opciones eficaces, sensoriales y respetuosas con la piel. Solo necesitas tres pasos —exfoliar, hidratar, aplicar— para verte (y sentirte) como recién llegada de un fin de semana al sol.