Hubo un tiempo en el que el ejercicio no formaba parte de las rutinas diarias de las personas, especialmente de las mujeres, y mucho menos si eran madres o abuelas. Para ellas, su ‘tabla de ejercicios’ venía de la vida misma: criar, trabajar y cuidar de toda la familia. No necesitaban una clase de pilates para mantenerse activas porque sus tareas cotidianas eran, en sí mismas, un esfuerzo que adquiría forma de ejercicio.
Y es que las abuelas siempre han sido y serán un ejemplo de fuerza, coraje y valentía. Junto a nuestras madres, son las mujeres que más nos enseñan y de las que más aprendemos. Con sus palabras, gestos y experiencias, nos transmiten valores que llevamos toda la vida, marcando nuestro camino con amor y sabiduría. De la mía, aprendí el verdadero significado de la resiliencia y una paciencia infinita.
Meryl Streep, una mujer hecha a sí misma lejos de los arquetipos físicos
Gtres
Meryl Streep se define como una mujer fuerte. En una entrevista, junto a Julianne Moore y Nicole Kidman, concedida a O, The Oprah Magazine, la revista de Oprah Winfrey, contaba que relaciona este hecho con los genes de su familia y, más concretamente, con su abuela, por lo que podríamos decir que la sabiduría de Meryl Streep fue moldeada por los consejos de su abuela.
“Mi abuela vivió hasta los 93 años y no hacía ejercicio, lo que seguro es una mala noticia para todos los que hacemos ejercicio”, respondía Meryl Streep entre risas a Oprah Winfrey, cuando le preguntó si entrenaba regularmente. “Mi abuela se mantenía ocupada. No creo que seamos todos tan activos como antes”, añadió, dejando claro que, para ella, el movimiento cotidiano y el propósito de la vida diaria eran más valiosos que cualquier rutina de gimnasio.
Su respuesta fue un rotundo “no”, pero lleno de admiración hacia aquella mujer que, sin proponérselo, le enseñó que el bienestar también puede residir en la forma de vivir. Según Meryl Streep, su abuela encarnaba una forma de bienestar mucho más natural y sensata, alejada de las presiones modernas sobre el cuerpo y la juventud eterna.
Sin embargo, como mujer y actriz sometida a las presiones de Hollywood, Meryl no escapa de esas exigencias. En esta misma entrevista reconocía que es algo que le cuesta todo el tiempo. “¿Debería comer esto o aquello? Julia Roberts dijo una vez que ser actriz se trata de decirte que no a ti misma todos los días, ¡y eso, de alguna manera, siempre significa decir que no a las cosas que te hacen feliz!”.
Ella misma, que ha abrazado con naturalidad el paso del tiempo con sus arrugas, su pelo blanco y una actitud libre de artificios, confesaba: "Cuando tengo que interpretar un papel, al menos empiezo a usar las escaleras en lugar del ascensor", como un pequeño gesto de disciplina frente a las expectativas físicas que la industria del cine impone socialmente. Porque, aunque no sigue rutinas estrictas, sabe que su profesión demanda un esfuerzo constante tanto físico como emocional.
“Al final de la revista, cada mes, tengo una columna titulada ‘Lo que sé con certeza’. ¿Qué saben con certeza cada una?”, preguntaba Oprah Winfrey a las que son, probablemente, tres de las actrices más conocidas de la meca del cine. La respuesta de Meryl Streep, entre risas, fue: “¡Sé que nunca, jamás, perderé el peso que subí con mi primer bebé!”.
Esos siete kilos que la actriz atribuía al paso del tiempo, más de veinte años después del nacimiento de su hijo, reflejan una naturalidad que la hacen aún más cercana a su público porque, a pesar de que es cierto que ha intentado deshacerse de ello, sabe de sobra que no lo hará nunca porque es un tema que no le preocupa. “Si tuviera que levantarme ahora mismo y darme la vuelta para todos, tal vez entonces me importaría. Pero la verdad es que ahora mismo, de verdad que no me importa”, señalaba.
A esto, agregaba: “Así es como me veo, y estoy contenta con mi vida. En todo el mundo, algunas mujeres viven como nosotras hace cien años en este país. No hace tanto tiempo que las mujeres aquí no podían poseer propiedades ni votar”. Una reflexión que, como nos tiene acostumbrados Meryl Streep, va más allá de la imagen física y recuerda el valor de la libertad y el progreso social.