A todas nos ha pasado. Estás en una relación, las cosas no terminan de encajar y rompéis. Sabes, objetivamente hablando, que esa persona no te gustaba lo suficiente. No terminabais de encajar. Y, aun así, te cuesta horrores soltar esa relación. ¿Por qué sucede esto?

La respuesta la tiene Elva Abril, experta en relaciones, que revela en uno de sus últimos capítulos de su podcast que la clave no está en lo que te atrae de la otra persona. Está en ti.

relaciones
iStock

Y es que las relaciones no van solo de compatibilidad o leyes de la atracción. La psicología, lo que opera a un nivel inconsciente, juega un papel mucho más grande de lo que imaginamos en la forma en la que nos relacionamos con los demás.

Rupturas
iStock

No estás enganchada de esa persona

Elva Abril lo deja muy claro. Cuando te preguntas “por qué me he enganchado tanto de esta persona si tampoco me gusta tanto objetivamente” es porque “estimula una parte de ti que sí te gusta”, explica la experta en su podcast personal.

Es decir, lo que te gusta no es esa persona, sino quien eras cuando estabas con ella o con él. Esto puede ir desde lo más superficial (te gustaba el estilo de vida que compartíais o la imagen que proyectabais juntos) hasta lo más profundo.

Por ejemplo, continúa Abril, “vamos a imaginarnos que yo soy una persona más bien fría, un poquito distante, pero por lo que sea, con esa persona sí soy un poco más cariñosa”. Esta situación, que hace que te sientas diferente con esa persona, hace que te enganches a la relación.

Mujer enamorada
iStock

Una versión distinta

Lo que produce el “engancha”, por tanto, no es la química o las bases sobre la que se construye la relación, de lo que nos enganchamos, asegura la experta en relaciones, es de “cómo nos hacen sentir” esas personas “cuando estamos en su presencia”. Esta es la verdadera razón por la que romper una relación cuesta tanto, añade Abril, “porque en realidad no cortas con ellas, sino que cortas con esa parte de ti que sí te gustaba sentir”.

Esto es problemático, porque puede hacer que nos estanquemos en relaciones que no nos aportan realmente a nivel personal.

Elva Abril lo ha vivido en sus propias carnes, y recuerda relaciones anteriores complicadas por esta misma razón. “Como no estaba enamorada de él, sino de la relación”, recuerda en su podcast, “cualquier situación difícil se magnificaba. Sobre todo, dentro de mi cabeza”.

Detrás de este círculo vicioso se esconde algo mucho más peligroso. Y es que, como nos recuerda la experta en relaciones, el dolor engancha porque nos hace sentir vivos. Y ahí está la trampa”.

Mujer
iStock

Escapar de relaciones que no te hacen bien

Entender como funcionan las relaciones en un plano más profundo nos ayuda a liberarnos de lo que nos mantiene atadas a esas personas. Lo que te gusta no es el otro, es la versión de ti misma que despierta cuando estás a su lado. Es una buena noticia: lo que buscas no está fuera, está en ti.

La mala noticia es que comprenderlo no siempre es suficiente. Es difícil salir de una relación así. No es solo cuestión de fuerza de voluntad. Tienes que encontrar la forma de recuperar esa parte de ti misma por otros caminos, y para ello debes hacer un arduo proceso de autoconocimiento. Porque detrás del apego pueden haberse escondido otras muchas cosas, como el miedo a no volver a sentir, una baja autoestima, heridas de la infancia o sencillamente una etapa de tu vida a la que no quieres renunciar. Y lo asociaste todo a esta persona.

Pasando a la acción

El problema está claro, vayamos a la solución. ¿Qué puedes hacer para encontrar esa parte de ti misma sin depender del otro? La psicología nos da algunos pasos que puedes aplicar para conseguirlo.

  • Ponle nombre a lo que te gustaba sentir. ¿Era la ternura? ¿El entusiasmo? ¿La seguridad? Necesitas encontrar ese algo que te mantenía enganchada, sin idealizar al otro. Porque esa emoción es la brújula que te va a permitir salir de la relación de forma sana.
  • Busca espacios que despierten esa parte de ti. No necesitas a una pareja (o persona en concreto) para ser cariñosa, creativa o libre. No era él (o ella) quien te hacía especial. Eres especial. Y puedes seguir siendo cariñosa, creativa, libre y segura de ti misma con tus amigos, con tus proyectos personales, y hasta contigo misma. Busca donde está esa parte de ti misma escuchándote.
  • Recuerda que lo que descubriste en ti no desaparece. Nadie puede robarte ni crear en ti características que no son tuyas. Sucede lo mismo con la confianza. No puedes perderla. La entregas, la retiras o la reservas para determinadas personas. Pero es tuya siempre. Lo que necesitas es volver a mirarte desde ese lugar, con paciencia, amor propio y curiosidad, para encontrar en ti eso que llevas tanto tiempo buscando en los demás.
  • Acepta el duelo, pero sin romantizarlos. Aunque con estos tips el proceso puede ser menos duro, ninguna ruptura es limpia. No te castigues por sentir, pero tampoco te aferres al dolor como si fuera una prueba de amor. Podemos experimentar las emociones desde la calma, la expansión y la paz, y no desde el sufrimiento. Solo que aún no estamos acostumbradas a eso.