Aunque hace relativamente poco que introdujimos la quinoa en nuestros menús diarios, se trata de un alimento muy común y muy apreciado en muchos países del mundo. Como has visto en las recetas con quinoa que te proponemos, es un producto muy versátil que se puede combinar con muchos otros alimentos.
Tiene muchas propiedades beneficiosas para nuestra salud: la quinoa tiene mucha fibra, es rica en proteína, pobre en grasa, aporta vitamina B, es una excelente fuente de calcio y, como no tiene gluten, es perfecta como sustituta de la pasta para las personas celíacas.
Recetas con quinoa: cómo cocerla correctamente
Aunque muchas veces la encontramos precocinada, también la puedes cocer tú misma. Es súper fácil.
- Enjuaga los granos durante unos segundos bajo agua fría antes de cocinarlos, frotándolos ligeramente hasta que dejen de hacer espuma.
- Pon agua a calentar y, en el momento en que rompa a hervir, pon en otro cazo dos medidas de agua por cada una de quinoa. Tapa y deja cocer a fuego lento hasta que la quinoa haya absorbido todo el caldo.
- Para aromatizarla, puede añadir una hoja de laurel, unos dientes de ajo o un poquito de estragón, y al final de la cocción una pizca de sal. O bien, para que sea más sabrosa, sofreírla ligeramente antes de ponerla a hervir.
- El tiempo de cocción y la proporción de agua pueden variar según el tipo de quinoa. Por regla general, se cuece hasta que los granos se vuelvan transparentes y aparece el germen en forma de colita en espiral.
- Finalmente, se escurre y se remueve con un tenedor para cortar la cocción y que los granos queden sueltos.
La quinoa está lista cuando los granos transparentan y aparece el germen.
Otras formas de comer quinoa
La forma más habitual de consumir la quinoa es en forma de grano, pero también se puede encontrar molida, germinada, o en forma de copos o de bebida, como cualquier otra leche vegetal. Y en los países de origen hasta se comen las hojas, cocidas como las espinacas.
- La harina de quinoa se puede usar para preparar pasta, galletas, crepes, o también para espesar salsas o en sustitución de la harina de maíz en repostería. Pero al no tener gluten, no sirve para todos los pasteles.
- Las semillas germinadas se pueden exprimir para hacer zumos depurativos o añadir a una ensalada o un bocadillo. La germinación multiplica sus nutrientes y la hace aún más digestiva.
- Los copos apenas requieren cocción y se pueden incluir en ensaladas y mueslis, o para espesar sopas, por ejemplo.
- La leche de quinoa la puedes hacer tú misma. Solo tienes que poner las semillas ya lavadas en remojo durante la noche. Al día siguiente, eliminas el agua y las trituras junto con 5 o 6 tazas de agua nueva por cada taza de semillas. Acto seguido, la filtras con ayuda de un cedazo o un paño limpio. Puedes endulzarla con miel, azúcar integral o sirope de ágave.