Que no son tiempos fáciles para la realeza británica ya hace demasiadas semanas que es noticia. En cada ocasión por un supuesto, aunque siempre con una misma protagonista en el centro de la polémica: Kate Middleton. El nombre de la princesa de Gales copó durante meses, día sí y día también, los titulares de la crónica 'royal'. Todo desde la preocupación, pues la Casa Real tan solo había informado de que permanecía convaleciente después de someterse a una cirugía abdominal planificada.

No obstante, polémicas por la manipulación de instantáneas e infinitas teorías de la conspiración derivaron en un caso no dejaron otra opción a Kensington que la de ser honestos. Así llegaría la peor de las noticias. Cuando menos inesperada, después de que esa fuese la única explicación que la institución había desmentido. "En enero, me sometí a una cirugía abdominal importante en Londres y en ese momento se pensó que mi condición no era cancerosa. La cirugía fue exitosa (...). Sin embargo, las pruebas posteriores a la operación descubrieron que había cáncer", exponía en un vídeo que en cuestión de minutos dio la vuelta al mundo. Una situación verdaderamente delicada a la que se suma también el drama económico que afecta a sus padres.

Kate Middleton tiene cáncer
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El fin de los tiempos de bonanza en la familia de Kate Middleton

El hecho de que la duquesa de Cambridge haya estado de tanta actualidad ha terminado por poner también a todas las personas de su entorno en el foco mediático. No solamente al príncipe Guillermo y el resto de la dinastía, sino también a su familia directa. Tan solo hace falta remitir a la reciente —y polémica— participación de su tío más díscolo, Gary Goldsmith, en el 'Gran Hermano VIP' inglés. También su entrevista en el '¡De Viernes!' de Telecinco, donde confesó que se enteró de la enfermedad de su sobrina "una hora antes de que se hiciese público". Él, que es hermano de la madre de Kate, parece poder presumir de una posición económica envidiable.

No sería ese el caso de su hermana Carole Middleton, el negocio de la cual parece haberse ido a pique. Se trata de Party Pieces, la icónica empresa que la madre de la princesa y su padre, Michael Middleton, fundaron allá por 1987, cuando tan solo llevaban ocho años casados. Ese pequeño establecimiento, gestionado desde una cocina, que se gestó para ser una tienda de artículos para fiestas. El mismo que con el tiempo creció tanto como para permitir que Kate y sus hermanos Pippa y James pudiesen estudiar en Marlborough College, uno de los internados más prestigiosos de Wiltshire. 

Carole y Michael Middleton
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Tal era la magnitud que su padre acabó dejando su puesto de directivo en British Airways para dedicarse a ello a tiempo completo. No obstante, y aunque todo parecía ir viento en popa, la pandemia supuso un antes y después para la compañía en lo que a las dificultades financieras se refiere. Y nada volvió a ser lo mismo. Lejos quedan los tiempos en que la firma presumía de unos ingresos boyantes. La quiebra es efectiva y las deudas son cada vez mayores.

El apoyo de los padres de Kate Middleton, fundamental en su tratamiento

Tan solo hace falta remitir a la información que ha publicado 'The Sun' para darse cuenta de que se trata de un caso límite. El periódico, que hace algunas semanas mostraba la primera imagen de la princesa en la calle, ha hecho público que los Middleton no disponen de los 300.000 euros que deben abonar a Interpath Advisory, el despacho que gestionaba el procedimiento de insolvencia de Party Pieces.

Es esa la última actualización conocida de esta particular serie de catastróficas desdichas, precedida por la suspensión de pagos y la deuda de tres millones de euros a sus acreedores por parte de la empresa. Fue entonces cuando contratarían estos servicios con tal de cumplir los requisitos legales para un rescate, pero la venta del negocio al empresario James, por administración preconcursal y por valor de 200.000 euros, dejó al bufete sin fondos suficientes para afrontar las obligaciones que tenían con los acreedores. Por ahora, Carole y Michael solo han pagado 55.000 euros en calidad de honorarios por el trámite. El resto tendrá que esperar, aunque ya es oficial que hacer el pago completo no será posible.