Como suele suceder con la mayoría de personajes, la vida privada de las caras conocidas suscita mucho interés. Los famosos de toda la vida. Algunos por profesión y otros por mera relación directa con la crónica rosa. Los artistas y los toreros, que durante mucho tiempo se leyeron como algo conjunto desde la Agencia Tributaria cuando procedía tributar. En el caso de estos últimos, su rol en las plazas queda en un segundo plano para que el público pueda saber de su lado más personal. De sus esposas, pero también de sus hijos. Véase el caso del andaluz Juan Antonio Ruiz.

Es probable que el nombre no suene a todo el mundo a bote pronto por muy seguidor que se sea de la disciplina. Tan sencillo como que en los carteles se lo conoció siempre como 'Espartaco'. Un apodo que mantuvo durante sus años en el ruedo, que no fueron pocos, a pesar de que desde 2015 está retirado de las corridas. La explosiva combinación entre el municipio sevillano de Espartinas, donde nació, y la mítica película de Stanley Kubrick. El sobrenombre ideal para catapultarlo a la fama, y con él su mujer y sus vástagos. Corría el año 1989 cuando conoció a Patricia Rato. Dos años después se casaron en secreto. Juntos tuvieron tres hijos. Alejandra, la mayor, Juan, el pequeño, e Isabella, la mediana y protagonista absoluta de todo 'photocall' en el que pone un pie.

La hija de Espartaco y Patricia rato quiere ser actriz

A pesar de que Espartaco y Patricia están separados desde el 2011, la combinación de apellidos Ruiz de Rato da un extra de caché a cualquiera. No es de extrañar que la boda de la primogénita del torero copase portadas de revista en el mayo de 2021. Alejandra se casó con el publicista Ernesto Novales en el santuario de la Virgen de Setefilla, acompañada de sus allegados. No faltaron a la cita ni su padre, ni su madre. Tampoco sus hermanos, siendo Isabella una de las que más miradas acaparó. Su pelo decolorado y un llamativo vestido de estilo 'babydoll' con silueta globo de color rojo no pasaron inadvertidos.

Fue esa una de las grandes —e inconscientes— demostraciones de que, aun siendo una más del clan, es distinta a los demás. Y no porque no haya seguido un camino relativamente convencional en lo académico, por ejemplo. Los tres hermanos han pasado por la Universidad. Alejandra se graduó en Empresariales, el pequeño Juan optó por estudiar el grado de Farmacia y la mediana tomó la decisión de formarse en Derecho. Isabella terminó la carrera y entró de pleno en un mundo laboral en el que no le faltó el trabajo en despachos y empresas internacionales. Sin embargo, basta con remitir a su reciente aparición en la alfombra roja del Festival de Málaga.

Isabella Ruiz de Rato
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Enfundada en elegante conjunto de top de seda con falda de plumas que firmaba el diseñador Jorge Acuña, la sobrina de Rodrigo rato sorprendía siendo una de las 'protagonistas' de la ceremonia de apertura. Completó el 'look' con un recogido, un maquillaje sutil, y zapatos de tacón a juego con sus brazaletes. Un momento cargado de significado y felicidad para Isabella, ya que el cine, la temática del evento, está directamente relacionado con su gran pasión. Atrás quedan para ella las togas y las sentencias, porque su cometido es dedicarse de forma profesional a la actuación. A sus 30 años, la madrileña ha dado un vuelco a su vida para cumplir ese sueño.

Los pasos para comenzar una etapa tras centrarse en la moda

No es sencillo arriesgarlo todo con el propósito de ejercer la profesión con la que llevaba soñando desde que era pequeña. No obstante, Isabella puede presumir de contar con el inexorable apoyo de sus padres, pues la prioridad de Espartaco y Patricia siempre fue que esforzase y estudiase. Dicho y hecho, porque en ningún caso pretende su hija convertirse en la próxima Meryl Streep por gracia divina. Cuestión de formarse con los mejores, e incluso combinarlo con el 'trabajo serio' cuando la situación lo requería. Fue la Royal Academy of Arts de Londres su primera escuela de interpretación, justo cuando trabajaba como abogada en la capital británica.

Isabella Ruiz de Rato
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Después de regresar a España, el centro elegido para hacer lo propio fue el prestigioso Estudio Corazza. La misma escuela de la que han salido grandes nombres del panorama actoral como Javier Bardem y que ahora le enseña los trucos para ser la próxima promesa de la industria. Una industria similar, aunque con infinitos matices, a otra que conoce de cerca: la de la moda. Que su indumentaria siempre llame la atención tampoco es casualidad. En un reciente evento de presentación de una máquina para hacer refrescos, la actriz en ciernes se presentó en el lugar luciendo un original dos piezas estampado. El toque lo daban tres lazos con los que demuestra seguir las tendencias y sumarse al movimiento 'coquette'. El vivo ejemplo de una mujer inspiradora e influyente desde su parcela.