Dormir debería ser una prioridad en cualquier rutina de bienestar. Sin embargo, en una sociedad que glorifica la productividad y el ritmo acelerado, el descanso ha pasado a segundo plano. Los datos del Estudio del Sueño 2025, elaborado por Maxcolchon, revelan una realidad inquietante: más de la mitad de los españoles no duerme las horas necesarias, y las consecuencias no solo se sienten por la mañana con fatiga o mal humor, sino que impactan directamente en la salud física, emocional y mental.

Este informe anual no solo analiza el cómo, sino también qué factores están detrás de la creciente crisis del sueño. Desde el tipo de colchón que usamos hasta la tecnología que consumimos antes de dormir, todo influye. Y lo más preocupante: dormir poco ya no es simplemente un mal hábito, sino una tendencia generalizada que amenaza con convertirse en un problema de salud pública.

Dormir mal ya es una epidemia silenciosa

El Estudio del Sueño 2025 deja claro que el descanso se ha deteriorado notablemente. Más del 50% de los encuestados duerme menos de siete horas por noche, una cifra por debajo de lo recomendado por los expertos en salud. Esta carencia no es trivial: el déficit de sueño se asocia con un mayor riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas, estrés crónico y bajo rendimiento general. La falta de sueño constante no solo agota el cuerpo, también debilita el sistema inmunitario y afecta al equilibrio hormonal, disparando los niveles de cortisol, la llamada “hormona del estrés”.

Maxcolchon
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Dormimos, en promedio, un tercio de nuestras vidas. Y durante esas horas, el organismo se regenera, se fortalece y recupera la energía perdida durante el día. Pero cuando ese sueño es superficial, fragmentado o simplemente insuficiente, los efectos no tardan en aparecer. Dolencias físicas, como los dolores de espalda matutinos, son solo la punta del iceberg.

Un buen colchón es el primer paso hacia un descanso reparador

Uno de los datos más reveladores del estudio realizado por Maxcolchon apunta a la relación directa entre la calidad del colchón y la salud física al despertar. El 32% de los españoles asegura levantarse con molestias en la espalda o sensación de cansancio, un síntoma que suele estar vinculado a un colchón inadecuado. Cuando la superficie donde dormimos no ofrece el soporte correcto, el cuerpo no logra relajarse completamente, dificultando la fase profunda del sueño y provocando tensiones innecesarias.

En contraste, los usuarios que invierten en colchones de gama alta experimentan una mejora significativa en su descanso. De hecho, el 75,7% de ellos percibe una buena relación calidad-precio en su compra, y solo un 8,2% contempla cambiar de colchón a corto plazo. Una clara señal de que, en descanso, lo barato puede salir caro. Apostar por calidad es apostar por salud.

Dormir bien también es pensar mejor

Los beneficios de un sueño profundo no se quedan en lo físico. El impacto cognitivo es igual de importante. Según el estudio, el 62,6% de las personas que duermen menos de cinco horas califican su descanso como “malo” o “muy malo”. Este dato se traduce en una menor capacidad de concentración, menor retención de información y un estado general de lentitud mental que afecta tanto a la vida personal como profesional. No es casualidad que el 23,5% de los encuestados admita que su bajo rendimiento diario está directamente ligado a la falta de sueño.

Maxcolchon
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Dormir bien permite al cerebro organizar recuerdos, procesar emociones y prepararse para nuevos aprendizajes. Por tanto, un descanso deficiente no solo nos hace menos productivos, también nos vuelve más irritables, menos creativos y más vulnerables a la ansiedad.

La tecnología: un enemigo en la mesilla de noche

Otra de las conclusiones llamativas del estudio realizado por Maxcolchon es el papel que juegan los dispositivos electrónicos en la alteración del sueño. El uso del móvil, la televisión o las redes sociales justo antes de dormir afecta negativamente la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño. Esta sobreexposición a pantallas azules no solo retrasa la conciliación del sueño, sino que reduce su calidad, generando interrupciones y despertares nocturnos.

Por el contrario, quienes adoptan hábitos como la lectura o una rutina relajante antes de acostarse experimentan un descanso más profundo. No se trata de eliminar completamente la tecnología, sino de aprender a usarla con conciencia, sobre todo en las horas previas al sueño.

Los jóvenes, los más perjudicados

Un dato que sorprende: los menores de 35 años duermen peor que los mayores de 50. Aunque podría parecer que los jóvenes, por tener más energía, duermen mejor, la realidad es otra. La exposición constante a pantallas, los horarios irregulares y el ritmo acelerado de vida han generado patrones de sueño erráticos en la población más joven. En cambio, los mayores presentan rutinas más estables y, como consecuencia, descansan mejor y durante más tiempo.

Esto demuestra que el sueño no es cuestión de edad, sino de hábitos. Y también refuerza la importancia de educar desde temprano sobre la necesidad de establecer rutinas saludables de descanso, evitando la idea de que dormir es “perder el tiempo”.

Maxcolchon: descanso avalado por la experiencia

El Estudio del Sueño 2025 también pone el foco en la experiencia real de los usuarios con los productos que eligen para dormir. En este sentido, Maxcolchon emerge como una marca líder en satisfacción. El 90,5% de sus usuarios valora positivamente sus colchones, destacando aspectos como el confort, la durabilidad y la mejora general en su descanso. Solo un 2,3% manifestó algún grado de insatisfacción, lo que confirma el compromiso de la marca con la calidad y el bienestar de sus clientes.

En un mundo donde descansar bien se ha convertido en un reto, contar con aliados como Maxcolchon es clave para recuperar el equilibrio. Porque cuando se trata de salud, el sueño no es negociable. Invertir en descanso es invertir en vida. Descubre los mejores colchones y empieza a dormir como mereces.