Una monarca conoce a un sinfín de personas a lo largo de su vida. Unas pasan más o menos desapercibidas y otras, en cambio, te marcan. Es el caso de Francisco Segura Cortés, el que fuera peluquero de doña Sofía durante más de cuatro décadas. Fallecido en 2024, el profesional incluso la peinó cuando decidió jubilarse. Era su única clienta, tal y como así confesó en una de las pocas entrevistas que concedió debido a la discreción que siempre le caracterizó.
Su idilio profesional con doña Sofía le llegó gracias a una buena clienta suya: la señora de Caro, amiga de la emérita. "Un día que vino a la peluquería y me dijo que me veía como el peluquero ideal de doña Sofía y a partir de ahí no volvimos a hablar de este asunto. Lo cierto es que un día me llamaron de Miravent como peluquero. Me acerqué hasta el palacio, pero quien reclamaba mis servicios no era doña Sofía, sino su madre, la reina Federica", contaba en 'Última Hora', en el año 2021. No le importó, al fin y al cabo se trataba de una reina.
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La Reina Sofía junto a su madre Federica, reina consorte de Grecia, en una foto de archivo de los años 60.
Así se convirtió en el peluquero de la Reina Sofía
Después de este primer trabajo, le volvieron a llamar una segunda vez, también para Federica y para cortar el pelo a sus nietos. Justo cuando había terminado, entró doña Sofía y le pidió que también le cortara: "Recuerdo que venía con la cabeza recién lavada. Le corté el pelo en la medida que ella me dijo, se lo sequé, y sin usar rulos, la peiné. Le dije que ya no eran necesarios los rulos. Que con el secador calentaba el peine y eso era suficiente y… 'Pues haga usted lo que quiera', me dijo. Y así lo hice y cuando terminé, al verse en el espejo, exclamó: '¡Esto es un arte!', señal de que le había gustado, porque a partir de ahí me fue llamando cada vez que lo necesitaba".
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A partir de ese momento, Francisco Segura accedió a acompañar a doña Sofía en sus viajes cuando esta le preguntó si estaría dispuesto. Recorrió medio mundo a su lado, hospedándose en su mismo hotel. "En los viajes, tanto en los nacionales como los del extranjero, viajo en el avión con ellos, aunque no en su zona, sino en otra, junto a las doncellas y otros servicios. Y cuando llegamos al destino, si van a un hotel, yo también me hospedo en el mismo, ellos en una planta, y yo y los demás del séquito, en otra", confesaba.
Nunca usaba rulos ni le cortaba más de un centímetro a doña Sofía
Reconocía tener infinidad de anécdotas de sus viajes, como el día que vivieron un terremoto en Los Ángeles o cuando visitó la Casa Blanca
en tiempos de Reagan. También estuvo viviendo en Windsor una temporada. Como curiosidades, a la hora de trabajar en el pelo de doña Sofía tenía limitaciones: "No estaba lejos de donde estuviera doña Sofía, por si necesitaba de mis servicios, que era peinarla y, en contadas ocasiones, cortarle el pelo, no más de un centímetro, y nunca usando la navaja, ni tampoco los rulos a la hora de peinarla".
Sus conversaciones durante estos ratos siempre versaban sobre peluquería y tendencias, aunque admitía que doña Sofía nunca fue de dejarse influir por lo que se llevaba. "Alguna vez me ha comentado algo diferente… pues voy a ser discreto. Pero lo que sí puedo decir es que es una gran reina, ¡la mejor!, además muy cercana y muy enamorada de Mallorca". Reconocía entonces que para él el mejor pago a sus servicios era ver a doña Sofía "satisfecha, contenta y feliz".
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Los otros miembros de la realeza a los que peinó
No fue a la única de la familia real española que peinó. Aunque no fue él, un miembro de su equipo sí lo hizo con la reina Letizia en alguna ocasión en el palacio de Maribent, en Mallorca. Tampoco de la realeza. A lo largo de su vida ha tocado la cabeza de la reina Noor de Jordania, Lady Di, la gran duquesa de Luxemburgo, la exreina de Dinamarca, la princesa Alexia, Tatiana de Radziwill (prima de la reina), Fara Diba, a las infantas Cristina y Elena… Y es que dedicó su vida a ello.