El pepino es una hortaliza bastante desconocida. Es cierto que todas sabemos cómo es, cómo sabe y la mayoría nos lo hemos puesto en los ojos como truco de belleza. Pero a la hora de la verdad, no solemos sacarle todo el provecho a su sabor y sus propiedades, que lo convierten en el rey de las recetas para adelgazar. Por lo general, lo plantamos en una ensalada u otras recetas saludables sin demasiada gracia, cuando en realidad da muchísimo más juego que el que parece.

De hecho, ya te adelanto que en la selección de recetas con pepino que encontrarás al final del artículo hay muchísimas ideas de emplatados tan chulos como fáciles, esos que te harán quedar genial cuando tengas invitados en casa, o simplemente te apetezca sorprender a los tuyos.

recetas con pepino
RBA

Las sopas frías con pepino son una opción muy rica para tus cenas de verano.

El refrescante sabor del pepino lo convierte en una opción tan nutritiva como resultona para utilizar en sopas frías, ensaladas de arroz o legumbres, aperitivos e incluso guarniciones, como puedes ver en la receta de pavo con pepino en vinagre que te propongo más abajo.

El primer paso: cómo escoger un buen pepino

Ahora que ya te he convencido para que les des una oportunidad a esta hortaliza, viene un paso importante: saber escogerla. Como te toque un pepino blandurrio, hueco y arrugado, no vas a querer saber nada más de él, así que presta atención porque esto te interesa.

Procura escoger los que vienen sueltos para poder tocarlos (siempre con guantes)  y asegurarte que están en buen estado. En ese sentido, la textura debe ser homogénea y firme, descártalo si no es así. Visualmente, lo ideal es que tengan un color verde oscuro sin golpetazos ni magulladuras ni manchas amarillas.

El segundo paso es la forma de conservarlo al llegar a casa. El pepino no es amigo de temperaturas extremas, así que no lo metas en la nevera porque se ablandaría, justo lo que no queremos conseguir. Déjalo en un lugar seco y sin luz directa y procura consumirlo en un corto espacio de tiempo.

Cómo contrarrestar su lado menos agradable

El otro día, mientras hacía la compra en el supermercado, me llamó la atención que en algunos de los gazpachos envasados se especificaba que no llevaban pepino. Es verdad que puede ser un tema de gustos, o que en realidad hay quien no lo consume por resultarle indigesto. Esto es debido a su alto contenido en agua y fibra, y la presencia de compuestos como las cucurbitacinas que pueden ser causa de gases e inflamación abdominal.

Afortunadamente, hay un remedio para evitar esa situación, sobre todo si quieres que forme parte de tus cenas ligeras: sumergirlos en agua salada durante 1 hora, ya que la sal puede contribuir a descomponer esos compuestos.

  • Paso 1. Es tan fácil como lavarlos y cortarlos según te indique la elaboración que vayas a preparar.
  • Paso 2. A continuación, llena un recipiente con un litro de agua fría y disuelve 2 cucharadas de sal en ella.
  • Paso 3. Agrega el pepino de tal manera que quede bien cubierto y deja que repose una hora.
  • Paso 4. Enjuaga con agua fría y seca con papel absorbente. ¡Haz la prueba!

Otra situación peliaguda es cuando el pepino "repite". Para que no te suceda esto, córtale las puntas y remójalo en agua con vinagre de manzana.