Abrazar la belleza natural del cabello es tendencia. Más allá de presumir de canas, en los últimos años muchas mujeres han decidido lucir rizos definidos y ondas elegantes. Atrás queda la idea de que el pelo liso es sinónimo de perfección, sin embargo, eso no significa que hayamos dejado de lado por completo las herramientas de calor como la plancha.

Aunque el pelo liso esté considerado uno de los más fáciles de peinar y cuidar, lograr un liso perfecto va más allá de presumir de una melena impecable, sin encrespamiento ni daños visibles. Al plancharlo se pueden producir problemas difíciles de solucionar como la deshidratación o el encrespamiento. Es por ello que es importante conocer ciertos cuidados previos, como añadir protector térmico antes de usar la plancha, o saber a qué temperatura se puede dañar la fibra capilar. 

Zimmermann pelo liso
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Muchos expertos aconsejan reducir su uso y que este quede relegado para ocasiones especiales o momentos en los que queremos cambiar de 'look' de forma puntual. Si bien es cierto que cuando lucimos un pelo pulido, brillante y elegante no queremos volver a la textura natural de nuestro cabello, lo único que sucede si lo planchamos siempre es que se acabe rompiendo. "El pelo, cuando utilizas la plancha, se ve más brillante, pero lo estás dañando de forma irreversible", avisa la farmacéutica, Verónica Vivas. 

Qué es la paradoja de la plancha

Como habrás podido comprobar de primera mano, al planchar el pelo no se ven consecuencias negativas, al menos de manera inmediata. De hecho, esos días en los que tu pelo está planchado, incluso te das cuenta que tarda más en encresparse y la humedad del ambiente afecta mucho menos, de hecho está suave al tacto. 

Esto no significa que no se produzca, a medio o largo plazo, un daño, tanto progresivo en el exterior como masivo en el interior. Según comenta la farmacéutica, Verónica Vivas, esto es lo que se conoce como la paradoja de la plancha: al principio el resultado es impecable, pero al mismo tiempo está dañando tu melena. 

Cómo se daña el pelo al plancharlo

Ese brillo y suavidad del que presumimos cuando hemos utilizado la plancha llega a reflejar mejor la luz y al tocarlo es menos rugoso. ¿Por qué se produce esto? Los causantes de que el pelo cambie la forma son tanto la presión como el calor al que se somete. Estos obligan a la cutícula a aplanarse y el resultado ya sabes cuál es: una melena que, aparentemente, cuidas y está sana. 

Llegadas a este punto te estarás preguntando cómo se va dañando el pelo al utilizar la plancha. Según explica Verónica Vivas, todo esto sucede por una serie de aspectos:

  • No recupera el agua: al pasar la plancha, el pelo resiste al encrespamiento ya que "entra en zona de sobresecado y por lo tanto, no es capaz de recuperar el agua que tenía internamente hasta que no vuelva a ser mojado". De esta manera, si la fibra capilar no retiene la humedad correctamente, el encrespamiento se produce.
  • Fusión de cutículas: con el paso del tiempo, los bordes de las cutículas se fusionan al perder flexibilidad y "acabarán quebrándose lo que conduce a su pérdida y, por consiguiente, a un mayor encrespamiento".
  • Rotura del pelo: al someter el cabello a un calor extremo, que llega a superar los 180º, esto daña la estructura interna. ¿De qué se encarga esa estructura? De aportar resistencia al pelo. "Con el tiempo, el daño se ira acumulando en la cutícula por lo que serán más visibles los los efectos de las fracturas y agujeros en la superficie", comenta la farmacéutica. 

Trucos para alisar el pelo sin utilizar calor

Más allá del uso de la plancha, existen varias maneras de conseguir una melena sin encrespamiento y, lo mejor de todo, sin dañarla. Olga G. San Bartolomé aconsejó ciertos trucos para conseguirlo: 

  • Técnica del turbante: con el cabello húmedo, cepíllalo con un peine y coloca horquillas para fijar los mechones alrededor de la cabeza, como si fuese un turbante. Espera 3 o 4 horas para que se seque. 
  • Coleteros de satén: similar al truco anterior, recoge el pelo en dos coletas bajas suaves para que así se ejerza presión hacia abajo. 
  • Acondicionador que aporte peso: de esta manera, con el propio secador será más fácil alisar el cabello.
  • Cepilla con un peine tipo pala: con ayuda de esta herramienta, el pelo no se romperá. 
  • Usa aire frío o calor medio: intercala ambos modos para que la temperatura no sea demasiado alta mientras secas el pelo. Así la cutícula queda muy sellada y evita que la melena coja la humedad del ambiente.