¿Cuáles son los alimentos estrella de la cocina de nuestro país? El huevo es un ingrediente básico en la gastronomía española porque es tan rico como saludable. Su exquisito sabor y su facilidad de preparación lo convierten en un verdadero tesoro culinario de la cocina mediterránea.
La popularidad del huevo como ingrediente no solo se debe a su exquisito sabor, sino también a su facilidad de preparación y numerosos beneficios nutricionales. Es considerado uno de los alimentos más completos, ya que está repleto de nutrientes, proteínas de alta calidad, así como vitaminas y minerales esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Un protagonista de la gastronomía española
Con el 8% de crecimiento en su consumo en el último año, los españoles demuestran una fidelidad al huevo. Su adaptabilidad lo convierte en el protagonista indiscutible de nuestra mesa. Lo consumimos mucho durante la temporada estival porque buscamos platos frescos y ligeros.
En cada rincón de España, el huevo se reinventa en una variedad de platos tradicionales que reflejan la diversidad y la riqueza culinaria de nuestras regiones. Desde el salmorejo cordobés en Andalucía hasta el pisto en Castilla la Mancha, cada receta resalta la versatilidad y la adaptabilidad del huevo en la cocina española. Repasamos los platos típicos de la mano de Araceli Conty Contreras, profesora de la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid y miembro del Consejo Asesor del Instituto de Estudios del Huevo
Los platos con huevo más populares de cada comunidad autónoma
En Andalucía, el salmorejo cordobés es una auténtica joya culinaria. Esta cremosa y refrescante sopa fría, elaborada con tomate, pan, aceite de oliva y ajo, se corona con un huevo cocido cortado en pequeños dados que aporta una textura cremosa y un toque de sabor inconfundible.
Al viajar hacia la región de Murcia, el zarangollo se erige como un imprescindible del verano. Este plato, arraigado en la rica tradición agrícola de la zona, combina cebolla, calabacín y huevos. Se caracteriza por la inclusión de estos últimos al final de la cocción, sin batir, logrando así un cuajado meloso.
En los campos valencianos, la horchata con fartons se convierte en el refugio perfecto ante el calor estival. Aunque la horchata es la protagonista indiscutible, la compañía de los tiernos fartons, un bizcocho de huevo, harina y azúcar, eleva esta experiencia gastronómica.
Más al oeste, en Extremadura, el cojondongo emerge como un manjar destinado a revitalizar cuerpo y espíritu en las duras jornadas de trabajo en el campo. Esta preparación tradicional ofrece una combinación única de sabores y aromas que cautivan los sentidos.
En el corazón de Castilla-La Mancha, el tradicional pisto se erige como un emblema culinario de la región. Este sabroso guiso de verduras se completa con un espléndido huevo frito cuya yema, al romperse, se fusiona con las verduras.
En la tierra de Castilla, más conocida como "Castilla la Vieja", los huevos con farinato se erigen como un tributo a la tradición culinaria de la zona. Este suculento plato, protagonizado por el embutido típico de Salamanca, combina el huevo frito con el aroma y el sabor del farinato.
La capital de España seduce con sus deliciosos huevos estrellados o rotos con jamón. Presentes en cada rincón culinario de la ciudad, estos huevos, fritos a la perfección y acompañados de generosas lonchas de jamón, son un manjar irresistible en cualquier momento del día.
Para los amantes de los platos frescos, Cataluña ofrece el empedrat, una ensalada que combina huevo, alubias, bacalao, pimientos y aceitunas, creando una sinfonía de sabores y texturas.
En Aragón, los Suspiros de Teruel son un postre icónico de la región. Estas pequeñas tartaletas, elaboradas con huevos, mantequilla, azúcar, queso y hojaldre, despiertan suspiros de placer con cada bocado.
Los pimientos del piquillo rellenos de atún y huevo de Navarra, típicos de la región, suelen estar rellenos de atún y huevo. El pimiento típico de esta localidad admite cualquier tipo de preparación, pero una de las más conocidas es la rellena.
De regreso a los dulces, en el País Vasco encontramos la pantxineta, un pastel tradicional elaborado con hojaldre relleno de crema pastelera y espolvoreado con almendras.
La Rioja destaca por sus huevos a la riojana. Con su combinación simple pero poderosa de huevos, patatas, cebolla y pimiento rojo, este plato ofrece un festín de sabores que evocan la calidez y la hospitalidad de la región.
En Cantabria, el pastel de Cabracho se alza como una joya culinaria destinada a refrescar y deleitar en los días calurosos. Servido frío o a temperatura ambiente, este pastel ligero y saludable, elaborado con pescado de la zona, es una delicia.
Asturias nos conquista con sus casadielles de nuez. Estas empanadillas dulces, rellenas de nuez, azúcar y anís, son un festín que transporta al comensal a los rincones más auténticos de la región.
La tortilla de Betanzos, oriunda de Galicia, se cocina con abundante yema y una cocción cuidadosa. Esta tortilla de patata se convierte en un manjar único que celebra la esencia y el sabor de la tierra gallega.
Y en las idílicas islas españolas, el huevo se despliega en todo su esplendor. En Canarias, el caldo verde de huevo ofrece una explosión de sabor y frescura en cada sorbo. Se compone de huevo, calabacín, judías, patatas, berros, y cilantro.
Mientras tanto, en las Baleares, la ensaimada mallorquina se elabora con agua, azúcar, harina, levadura y manteca de cerdo. Es reconocible por su forma cilíndrica con espiral y su azúcar en polvo espolvoreado.
En definitiva, el huevo es un alimento tan versátil, nutritivo y económico que está presente en toda la gastronomía española. Un aliado excelente para el verano y para todas las preparaciones que se nos ocurran, tanto saladas como dulces.