¿Qué ocurre?

Señales para saber si sufres apego inseguro o dependencia de tu pareja (y cómo superarlo) según una psicóloga

¿Sientes celos cada vez que sale a la calle si no es contigo? ¿Vives pegada al teléfono para saber qué está haciendo a cada rato? Ana Lombardía adelanta que estas son solo algunas señales que pueden llevar tu relación al fracaso.

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Begoña Bernáldez
Begoña Bernáldez

Periodista especialista en estilo de vida, actualidad y SEO

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El apego inseguro y la dependencia emocional son dos conceptos que se han vuelto muy populares en los últimos años, especialmente en el ámbito de las relaciones de pareja. Se usan para describir a aquellas personas que sienten una excesiva necesidad de estar con su pareja, que temen perderla o que se anulan a sí mismas por complacerla. Sin embargo, ¿son estos conceptos realmente válidos para explicar lo que ocurre en las relaciones? ¿O se trata de simplificaciones que ignoran la complejidad y la diversidad de los vínculos afectivos?

Ana Lombardía, psicóloga y sexóloga con más de una década de experiencia en el campo de la salud mental y el bienestar sexual, explica que el apego inseguro y la dependencia emocional "no son entidades fijas e inmutables, sino que se trata de un tema complejo y multifactorial", que depende de muchos aspectos tanto individuales como contextuales. Hay muchos factores que pueden hacernos sentir apego o dependencia, pero es posible que haya muchos otros que expliquen más y mejor lo que te está sucediendo.

¿Qué es el apego y cómo se forma?

El apego es el vínculo emocional que se establece en la infancia e influye en la forma en que nos relacionamos con los demás a lo largo de nuestra vida. Según la 'teoría del apego', desarrollada por el psicólogo británico John Bowlby, existen cuatro tipos principales: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado.

Cada uno de ellos se caracteriza por un estilo de comportamiento, una forma de percibirse a sí mismo y a los demás, y unas expectativas sobre las relaciones.

¿Cómo cambia el apego a lo largo de la vida y qué tipos hay?

La teoría del apego ha ido evolucionando con el tiempo y a día de hoy sabemos que nuestro tipo de apego no es algo estático y que puede cambiar con el tiempo. "Esto se debe a que el apego no es solo una característica individual, sino que depende de la interacción con el otro, y de las experiencias que vamos teniendo a lo largo de nuestra vida", cuenta la fundadora y directora de la consulta Sexo en la Piel.

Así, podemos observar distintos tipos de “apego” dependiendo de la pareja que tengamos en cada momento, y de cómo se ajuste a nuestras necesidades y expectativas.

Por ejemplo, una persona que tuvo un apego ansioso en la infancia, puede tener una relación segura con una pareja que le ofrezca seguridad, confianza y apoyo, y que le ayude a modificar sus creencias y emociones negativas. O una persona que tuvo un apego seguro en la infancia, puede tener una relación que podría tener unas características similares a las del apego ansioso con una pareja que le haga sentir rechazado, desvalorizado o controlado, y que le lleve a distanciarse emocionalmente.

Pero además, como asegura Lombardía, "podemos tener relaciones satisfactorias independientemente del tipo de apego que tengamos, si construimos una relación apropiada a nuestras necesidades". Esto implica comunicarnos de forma asertiva, respetar la autonomía y la intimidad del otro, negociar los conflictos, expresar los sentimientos, apoyarnos mutuamente, etc. De esta forma, podemos "crear un vínculo seguro y saludable, que nos aporte bienestar y crecimiento personal".

apego inseguro o dependencia emocional
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¿Qué factores influyen en nuestras relaciones más allá del apego?

Aunque los tipos de apego creados en la infancia han sido durante un largo tiempo la manera de intentar predecir cómo nos relacionaremos de adultos, "lo cierto es que suele resultar más útil estudiar cada vínculo en concreto desde una perspectiva más amplia, con más factores involucrados".

Estos factores pueden ser tanto individuales como contextuales, y pueden influir en nuestra forma de sentir y de actuar en las relaciones.
La autora del libro Hablando con ellos (Anaya), menciona los siguientes:

  • El entorno de apoyo cercano: la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, etc., pueden ofrecernos recursos, consejos, afecto, etc., que nos ayuden a afrontar los problemas o las dificultades que surjan en la relación, o que nos animen a buscar otras alternativas si la relación no nos conviene.
  • El nivel económico: el dinero puede ser una fuente de estrés, de desigualdad, de dependencia, etc., que afecte a la calidad y a la estabilidad de la relación. También puede ser un factor que nos limite o nos facilite la posibilidad de cambiar de situación si estamos insatisfechos con la relación.
  • La creencia que tengo sobre mis posibilidades de encontrar otra pareja: si creo que tengo pocas opciones o que no voy a encontrar a nadie mejor, puedo aferrarme a una relación que no me hace feliz, por miedo a la soledad o al fracaso. Si creo que tengo muchas opciones o que puedo encontrar a alguien mejor, puedo ser más exigente, más selectivo o más flexible con la relación, y estar más dispuesto a romperla si no me satisface.
  • Los modelos de relación que tengo y que veo en mi entorno: las experiencias previas, las expectativas, los valores, las normas, etc., que tengo sobre cómo debe ser una relación, pueden condicionar mi forma de relacionarme, de interpretar lo que ocurre, de resolver los conflictos, etc. Por ejemplo, si tengo un modelo de relación basado en el sacrificio, la entrega o la dependencia, puedo tolerar situaciones de manipulación, de infidelidad o de desamor, pensando que eso es lo normal o lo que merezco. Si tengo un modelo de relación basado en el respeto, la igualdad o la libertad, puedo rechazar esas situaciones y buscar una relación más sana acorde a mis necesidades.

Entonces, ¿no es malo sentir apego o dependencia emocional? 

"No, ya que el apego inseguro y la dependencia emocional son conceptos que tratan de explicar cómo nos relacionamos, pero no son patologías o enfermedades, sino que se trata de términos multifactoriales que no reflejan la complejidad y la diversidad de las relaciones humanas", puntualiza Ana.

Detrás de las relaciones que nos provocan malestar hay muchos más factores a tener en cuenta, tanto individuales como contextuales, que pueden explicar por qué nos relacionamos cómo nos relacionamos. 

Si crees que te está afectando emocionalmente tu tipo de apego o dependencia, no dudes en pedir ayuda a un psicólogo o psicoterapeuta como Ana Lombardía. Ella te podrá orientar, apoyar y acompañar en tu proceso de cambio, ofreciéndote herramientas y estrategias adecuadas para tu caso.

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