La buena mesa

Ideas refrescantes para organizar una comida en la piscina

¿Agobiada del calor que hace en casa? Pues improvisa una comida en la piscina, el jardín o la terraza. Aquí tienes refrescantes ideas y recetas ligeras que te quitarán el calor de encima, y te harán quedar como la mejor anfitriona.

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Mamen Lorenzo

Directora de Estrategia Digital

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Para crear una zona de sombra

Con unas cuerdas, unas cañas de bambú y una loneta o un pareo de playa, puedes crear una zona de sombra en cualquier rincón.

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Para armonizar el conjunto

Nos hemos decantado por una vajilla con el azul como nexo de unión, pero en distintas formas, texturas y materiales para que no resulte monótona.

 

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Para los servilleteros

Buscando nuevos usos a accesorios como las gomas de escritorio, puedes crear estos simpáticos servilleteros. Pero, eso sí, en colores a juego con el servicio de mesa y formando una divertida forma de cucurucho.

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Para no caer en la monotonía

Hemos utilizado algunos accesorios en un color radicalmente distinto al verde y al azul que dominan el conjunto. El truco, por norma general, es no combinar más de tres o cuatro colores. En nuestro caso, azul y verde, como principales. Y fucsia y amarillo, como secundarios.

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Para que no se levante el mantel

Hemos realizado seis pequeños cortes en los extremos laterales del mantel por los que hemos pasado una caña de bambú a modo de pespunte que actúa de contrapeso.

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Para darle un toque desenfadado

Hemos mezclado materiales nobles como el cristal soplado con otros low cost como los vasos de plástico. Y le hemos dado un relajante toque chill out al conjunto optando por una mesa baja, junto con unos cojines de fibra vegetal. Otra opción sería aprovechar la mesa de centro del salón.

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Para personalizar

Puedes coger unas pinzas portarretratos y utilizarlas para indicar la ubicación de los invitados en la mesa, señalizar los platos y sus ingredientes, o llenar la mesa de mensajes cargados de energía positiva y buen rollo.

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Para servir el aperitivo

Hemos utilizado otro elemento que rompe la monotonía: unos moldes de silicona de colores para magdalenas, que alegran la vista y van súper bien para servir unas refrescantes crudités de pepino, zanahoria y remolacha.

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Para llevar los cubiertos

Se nos ha ocurrido aprovechar un cesto multiusos de plástico, que tanto puede servir para improvisar un centro decorativo con flores silvestres como para llevar la cubertería a la mesa.

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Para el primer plato: sopa fría de pepino y yogur

Solo necesitas dos pepinos, cuatro yogures y un poco de perejil, aceite, sal y pimienta. Corta unas láminas de pepino para decorar y pela el resto. Retira las pepitas y mézclalos con los yogures, perejil picado y pásalos por la batidora, hasta que la mezcla resulte homogénea y sin grumos. Salpimienta, adereza con un poco de aceite y reserva en la nevera hasta el momento de servir.

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Para el segundo: pollo con sésamo y chips de verduras

Corta 2 pechugas de pollo a tiras largas y finas, salpimiéntalas y déjalas en remojo en un huevo batido durante 1 hora. Reboza las tiras en una mezcla de pan rallado y sésamo. Fríelas en aceite hasta que estén doradas y resérvalas encima de papel absorbente para que eliminen el aceite sobrante. Corta a rodajas muy finas calabacín sin pelar y remolacha. Fríe las rodajas, déjalas escurrir en papel absorbente también y sirve junto al pollo.

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Y para el postre: mini polos de frutas

Limpia menta y unas frambuesas. Pela y trocea un mango. Bate los tres gustos por separado, añade un poco de agua o zumo si quedan muy espesos y rellena con la masa resultante un molde de silicona para cubitos de hielo, alternando los sabores para que quede más vistoso. Introdúcelo en el congelador y, cuando hayan empezado a helarse, clava un palo tipo brocheta en cada cubito. Vuelve a introducir en el congelador hasta que se hielen y sírvelos directamente con la cubitera.

Tropecientos grados a la sombra... ¡y ni nos atrevemos a mirar cuántos al sol! Nada apetece más que estar todo el día en el agua, así que... ¿por qué no montar un comedor improvisado y organizar una ligera y refrescante comida en la piscina o en el exterior?

Aquí tienes todos los secretos, y en la galería de imágenes los mejores trucos y las recetas del menú para la ocasión: una sopa fría de pepino y yogur, palitos de pollo con sésamo y chips de verduras, y mini polos de frambuesa, menta y mango. ¡I-rre-sis-ti-ble!

Una mesa veraniega en verde y azul, llena de buenas ideas

  • Inspirarte en los colores que te rodean es una idea que nunca falla a la hora de elegir el estilismo de la mesa. En este caso, nosotras nos hemos fijado en el azul del agua de la piscina y del cielo, y el verde de la vegetación.
  • Para proteger la mesa del sol, hemos improvisado un toldo con una tela de loneta, cañas de bambú y cuerdas. Pero también serviría un pareo grande de playa, por ejemplo.
  • Le hemos dado un relajante toque chill out, optando por una mesa baja recuperada de una fábrica textil, junto con unos cojines de fibra vegetal. Otra opción sería aprovechar la mesa de centro del salón.
  • A la hora de poner la mesa, hemos jugado con los colores principales en todos los elementos. Desde los servilleteros hasta el cubertero, pasando por la vajilla. Un conjunto de piezas eclécticas, con el color azul como nexo de unión. Pero de formas, texturas y materiales distintos: vidrio, bambú, policarbonato...
  • Para añadir un toque de color que rompa la monotonía del conjunto, hemos utilizado moldes de silicona de colores para magdalenas para servir las crudités del aperitivo, y una cubitera fucsia para los mini polos del postre.
  • Como mantel, hemos optado por un papel de embalaje con efecto arrugado en color verde claro. Y para evitar que el viento lo levante, hemos realizado seis pequeños cortes en los extremos, por los que hemos pasado una caña de bambú a modo de pespunte que actúa de contrapeso.
  • Para personalizar la mesa, hemos pensado en unas pinzas portarretratos que pueden servir tanto para marcar la ubicación de los invitados en la mesa, como para señalizar los platos y sus ingredientes, o poner mensajes llenos de buen rollo.
  • Y pensando en el momento del baño, junto al sitio donde irá cada comensal hemos colocado una cajita para guardar los objetos personales: el reloj, los pendientes, un collar, y evitar así que se mojen.

Antes o después de la comida, un chapuzón deja como nuevo a cualquiera. ¡Buena mesa y a disfrutar!