Los últimos meses han sido convulsos en la familia de Bertín Osborne. Esa familia que ahora crecido, pues hace menos de un año que se hacía público que el cantante de rancheras estaba a punto de ser padre. Y lo fue el pasado 31 de diciembre. Por séptima vez, cabe destacar. En julio de 2023 salía a la luz la noticia de que la esteticista paraguaya Gabriela Guillén, con la que había mantenido un idilio, estaba embarazada. Una información cuando menos impactante, puesto que el intérprete de 'Buenas noches, señora' tiene ya 69 años. Eso y cinco hijos más de dos matrimonios fallidos del pasado.
Sin ir más lejos, Alejandra, la mayor de todos, tiene ya 45 años. Fue la segunda en llegar al mundo después del nacimiento del malogrado Cristian, su primogénito, que falleció un mes después del parto. Más tarde llegarían Eugenia y Claudia. Todas ellas, hijas también de Sandra Domecq, el primer gran amor de Bertín. 14 años después de contraer matrimonio, tomaron caminos separados, aunque ambos volvieron a ser padres pasado un tiempo. Él con Fabiola Martínez —antes de Guillén—, y ella con el empresario y fotógrafo Fernando Portillo. Juntos concibieron a Ana Cristina, la cuarta de las hermanas Domecq. De algún modo, también la otra 'hija' de Bertín, aunque su perfil no sea el más conocido.
Ana Cristina Portillo, la hija de Sandra Domecq que se refugió en los Osborne
En ningún caso ha optado Ana Cristina Portillo por el anonimato. De hecho, y aunque no es la más mediática del clan, sí que es habitual verla en eventos y charlar con los medios de comunicación. Además, es curioso ver cuan cercana es su relación con los Osborne a pesar de no formar parte de la estirpe en lo que a la sangre se refiere. Pues si bien es medio hermana de Alejandra, Eugenia y Claudia, no hay lazo que la una de forma directa con Bertín. Sin embargo, y más allá de la familia paterna, ellos siempre han sido un refugio para la joven desde la gran tragedia que supuso el fallecimiento de Sandra. Cuando la madre de Ana murió, en el 2004, ella solo tenía 11 años.
Sus hermanas y el exmarido de su madre se convirtieron así en un apoyo indispensable para la joven que, con el tiempo, se ha labrado un buen futuro. Las cosas no le van nada mal, y además de tener un perfil ciertamente influyente en la red, con más de 30.000 seguidores en su cuenta de Instagram, también ha tomado su propio camino profesional. Después de estudiar en el prestigioso internado británico Leonard Mayfiel School, Ana se marchó a Nueva York para formarse en negocios en el prestigioso Berkley College. Fue eso lo que la llevó a dedicarse durante una larga temporada al sector de la banca, aunque la vida ha llevado a la empresaria por otros senderos.
En lo personal no son pocas las cosas que ha heredado de su lado paterno. Esa vena libre que la ha convertido en toda una amante de disciplinas como el surf, la equitación y el yoga, pero también artística. De hecho, ha sido ese interés por el arte lo que la ha llevado a emprender un negocio. De su afición por pintar nació 'Ana Cristina Portillo Domecq Design', su propia marca de diseño de "estampados únicos basados en mis acuarelas y dibujos" para crear accesorios, decoración y textiles en general. Un proyecto ilusionante que ahora se suma a otra gran alegría en el terreno familiar.
Campanas de boda para los Osborne: Ana Cristina Portillo anuncia que se casa
Ha sido en la revista '¡Hola!' donde Ana ha hecho público que está a punto de pasar por el altar junto a Santiago Camacho. La ceremonia, que será religiosa, tendrá lugar el próximo 28 de septiembre en la imponente Catedral de Jerez de la Frontera. Un lugar cargado de significado para la 'artista', puesto que allí fue donde fue bautizada, además de que también fue el elegido por sus hermanas para sus respectivas bodas. Más importante es, todavía, el enclave elegido para el banquete: la finca Santiago, donde vivió su madre y pertenece a sus abuelos. Y es que este gran paso lo hará acompañada de "tres familias" —la paterna, la materna y la de Bertín—, pero también con la figura de Sandra muy presente.