El angustioso relato de Meghan Markle que enfadará, una vez más, a los ingleses

Que la relación de Meghan Markle con la Casa Real británica ha sido un camino lleno de obstáculos no es un misterio para nadie que haya seguido de cerca su historia. Su matrimonio con el príncipe Harry nunca terminó de ser bien recibido dentro de la institución por mil y un factores. Algo que, añadido a un vínculo cada vez menos estrecho entre el duque de Sussex y su familia, no se lo ha puesto nada fácil a la estadounidense.

Con la opinión del pueblo británico casi siempre en contra, la nuera de Carlos III se ha visto forzada a sortear todo tipo de situaciones incómodas para seguir adelante. Fue el pasado 8 de marzo cuando, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la exactriz volvió a sincerarse y se abrió como nunca al compartir uno de los episodios más angustiosos que ha vivido desde que comenzase su vinculación con los 'royals'.

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"Feminista y defensora de los derechos humanos" en toda regla, además de una de las autoras más vendidas del New York Times. Así definía la presentadora Errin Haines a Meghan antes de que comenzase su intervención en la 38.ª edición de conferencias del South by Southwest (SXSW). La duquesa de Sussex formó parte de una charla con otras personalidades de renombre como la actriz Brooke Shields, la periodista Katie Couric o la consultora de inclusión Nancy Wang Yuen. Una conversación distendida en la que quiso demostrar su eterna lucha por la equidad de género remitiendo a una anécdota de la infancia.

"Tenía unos 11 años y había visto en la televisión un anuncio de un líquido para lavar platos", comenzaba a narrar para contextualizar sobre un 'spot' bajo la premisa que "las mujeres de todo Estados Unidos están luchando contra las ollas y sartenes grasientas". Ella, ni corta ni perezosa y en un contexto "exasperante" en el que los niños del colegio decían que las mujeres debían estar "en la cocina", optó por escribir "muchas cartas criticando el anuncio hasta que terminaron cambiando el comercial por 'gente de todo Estados Unidos'". Un comportamiento que, para ella, "demuestra que si sabes que algo está mal y estás usando tu voz para abogar en la dirección de lo que es correcto, puedes generar un gran cambio para mucha gente" con independencia de tu edad.

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No obstante, no todas las palabras de Meghan en la jornada referenciaron al orgullo y la lucha, sino que también hicieron alusión al dolor de sentirse juzgada por los demás y cuanto puede llegar afectar eso a las personas en determinados momentos. Especialmente en el entorno de las redes sociales, el cual acuñó como "a menudo peligroso" y en el que los comentarios "crueles" están a la orden del día. ¿Su solución? "Mantenerme alejada de ello ahora mismo, solo por mi propio bienestar". Con el recuerdo, además, de la dureza de ser diana del odio de los internautas en una situación muy delicada. "La mayor parte del acoso y el abuso que estaba experimentando en las redes sociales y en línea fue cuando estaba embarazada, de Archie y de Lili, y cuando estaban recién nacidos", expresó.

El planteamiento de la duquesa de Sussex para alejarse del odio

La esposa de Harry sabe que, en un momento tan frágil y visceral, "podría haber sucumbido a eso, sucumbir a lo doloroso que es". Sin embargo, su "instinto mamífero" y la pretensión de proteger a sus hijos —por ende, a ella misma— fue lo que la salvó. En cualquier caso, y más allá de tratar de entender "por qué la gente es tan odiosa" desde la crueldad y no desde la maldad, Meghan hizo hincapié en un detalle clave en el día elegido para dar este discurso.

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"Gran parte del odio proviene de las propias mujeres, que se lo escupen a otras", señalaba, con la idea perenne de cuan nocivo puede ser este comportamiento virtual en edades como la adolescencia. Sin obviar, tampoco, la responsabilidad de que "ese cambio sistémico tiene que ocurrir al mismo tiempo que ocurre el cambio cultural". "Si estás leyendo algo terrible sobre una mujer, ¿por qué lo compartes con tus amigos? ¿Por qué decides publicar eso en el mundo?", preguntaba al aire con una intención disruptiva. Lo anterior, además de ser contundente con al afirmar que "si fuera tu amiga, tu madre o tu hija, no lo harías".