En primer lugar, debes saber que las playas son zonas de uso público que hay que mantener limpias y aptas para que todo el mundo pueda disfrutarlas. A partir de ahí, es el Ayuntamiento de cada municipio el que determina las prohibiciones.

Sin embargo, hay algunos aspectos generales que conviene tener en cuenta:

• Respeta la bandera. Solo debes bañarte cuando la bandera de señalización sea de color verde. Es decir, cuando no exista ningún riesgo. Si decides darte un chapuzón cuando la bandera sea amarilla o roja, además de poner en peligro tu vida, puedes ser sancionado.
• Ojo con las mascotas. En algunos municipios sí puedes acceder a la playa con tu perro durante todo el año. En otros, en cambio, hay restricciones horarias en determinados meses o nunca está permitido. Es importante que te informes previamente si no quieres arriesgarte a una multa.
• El nudismo, en las zonas permitidas. Se trata de un tema controvertido y prohibido por muchos Ayuntamientos. Por esta razón, si haces nudismo y quieres evitar sanciones, lo mejor es que vayas a las playas en las que existe una zona habilitada para esta práctica.
• Nada de reservar sitio. Cada vez son más los municipios que imponen sanciones a comportamientos como reservar un sitio en la arena colocando una toalla, una hamaca o una sombrilla. Es un tema que regula cada Ayuntamiento, pero el coste mínimo de la sanción llega a los 150€ y el máximo depende de cada ordenanza municipal.
• Otras posibles sanciones. Comportamientos como jugar a las palas en el mar, poner la música demasiado alta, tirar las colillas en la arena o lavar los utensilios de cocina en las duchas pueden comportar multas de menor o mayor gravedad.

Así pues, es importante conocer las normativas de cada Ayuntamiento respecto al uso de sus playas, pero también aplicar el sentido común y evitar conductas incívicas que puedan molestar a los demás.