Una terapeuta de parejas da las 5 claves que Mary y Federico de Dinamarca deben poner YA en práctica para superar su crisis

La irrupción, el pasado noviembre, del ‘huracán Genoveva’ hizo que los pilares de la monarquía danesa se tambalearan. Quizás no eran lo suficientemente sólidos; quizás, tanto Mary Donaldson como la reina Margarita ya habían aguantado mucho de Federico, apodado durante años ‘el príncipe turbo’. La publicación de la velada madrileña del entonces heredero a la Corona junto a Genoveva Casanova conmocionó a la opinión pública y, por supuesto, también tuvo su reflejo en el matrimonio de los príncipes. 

Cinco meses más tarde de aquello, ellos son los nuevos reyes de Dinamarca y viven sumidos en una profunda crisis matrimonial que deben solventar ya mismo. ¿Cómo superar una situación como esta? Hemos hablado con una terapeuta especializada en infidelidades para tratar de dar con todas las claves.

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Mary de Dinamarca, aprendiendo a vivir con el peso de la infidelidad

Lara Ferreiro es psicóloga, terapeuta de parejas y autora de ‘Adicta a un gilipollas’; nos cuenta que la mayoría de pacientes a los que trata en su clínica son matrimonios que han pasado o pasan por una infidelidad. “Estamos en máximos históricos de infidelidad, por lo que muchos se pueden identificar con lo que actualmente les pasa a Mary y Federico”, nos cuenta. Ella es tajante cuando le preguntamos si se puede superar una infidelidad, “sí, se puede, pero hay que aprender a vivir con ella”. 

Para entender cómo hacer frente a esta, primero conviene entender los procesos psicológicos por los que van a pasar los protagonistas. “Superado el shock inicial de la infidelidad, esto provoca una crisis matrimonial que, en el caso de Mary, viene seguida de una humillación mundial. Tras esto, tiene lugar la fase tres, reproches y dolor. Ella se fue a Australia a estar con su padre… fueron apariciones con mucho dolor, pero eso ya pasó. La fase cuatro sería en la que ahora se encuentran, la de adaptación”. Llegados a este punto, tal y como nos indica Lara, muchas parejas pueden aceptar lo sucedido y trabajar en ello, romper, o, quizás, mantener “vidas separadas en privado”; ya que la versión más pública del matrimonio, dado el caso, debe guardar las apariencias y dar sensación de unidad. “Si no fueran de la realeza, pues se pueden divorciar, pero, en este caso, el fin superior es la Corona”. Aquí iniciarían la quinta etapa, un reinado conjunto.

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El lenguaje no verbal de Mary y Federico

Las imágenes del cumpleaños de la reina Margarita no dejan lugar a dudas. La crisis ha anidado en ellos. “El lenguaje no verbal que transmiten es que se les ve completamente incómodos juntos, él con caras de ‘oh, dios mío’ y ella con gesto de circunstancias. Están sumidos una crisis galopante, pero el tema es que ellos no se van a poder divorciar. Ocurre muchas veces. Mary y Federico lo hacen o bien por la Corona o bien por los hijos”, nos desvela. 

“Al final hay dos tipos de parejas, las adaptativas, que cuando hay una infidelidad, si ha sido puntual, lo han logrado superar con muchísimo esfuerzo; en cambio, hay otras parejas que están rotas y que continúan con muchísimos reproches. Y eso hace una convivencia muy complicada porque en lugar de trabajar la parte de la infidelidad -por qué ha ocurrido- lo que hacen es seguir juntos sin ninguna voluntad de cambio”.

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Cinco claves para seguir adelante

Lara, en terapia, ha visto resurgir muchas parejas tras sus sesiones. De ahí que tenga establecidas las cinco fases que toda pareja que de verdad esté comprometida con su relación seguirá. “El primer paso sería el porqué de la infidelidad. El segundo, es abordar los problemas subyacentes y reparar el dolor. A lo mejor no había comunicación o no había relaciones sexuales, fruto de ese distanciamiento, quizás no había tiempo, se han volcado con los niños… la fase tres está dedicada al compromiso del cambio real y demostrar confianza –‘a partir de ahora no voy a hacer salidas nocturnas', 'voy a cuidarte', 'vamos a hacer planes nosotros solos'…-, que va aparejada a la fase cuarta que es cuidar la relación. Y, por último, si entre ellos no han sido capaces, terapia de pareja con una profesional de la psicología”. Lara también recalca una tercera vía que está viendo cada vez más entre las parejas que acuden a consulta, “abrir la relación”. 

 “¿Cómo se superan estas crisis? Con mucha inteligencia. Mary me da la sensación que no está aguantando cuernos, sino que sabe llevar la corona. Entonces no va a perder los papeles”, nos desvela la psicóloga, que cree que la reina está priorizando tanto su familia como la comunidad danesa. 

Además, sucede algo muy curioso, el dolor del principio parece haberse transformado en una nueva manera de enfrentarse a la vida. “Ahora creo que se siente una mujer muy empoderada. Tanto ella como Margarita han tomado el control”. Mary ha demostrado qué reina quiere ser. Una que se crece frente a la adversidad, que pone buena cara ante los problemas. “Ella en público no se va a derrumbar como sí lo hicieron otras como por ejemplo Lady Di”. La nueva reina de Dinamarca ha tomado una decisión y piensa ir con ella hasta el final.

Es imprescindible que entre las dos partes se dé una comunicación abierta, en canal. Tras la cual se determinará el objetivo último de la pareja ¿Salvar su amor? ¿La estabilidad familiar? En este caso, ¿la Corona? Una vez fijado, hay que ir a por ello y establecer una serie de pactos.

Llegados a este punto, Lara también recomienda mirar por una misma; el llamado autocuidado. Que puede ser desde hacer deporte, pasar más tiempo con tus amigas o buscar más apoyo familiar. 

¿Dónde debemos buscar el inicio de esta crisis?

El escándalo provocado por sus fotos con Genoveva Casanova podrían esconder unos supuestos problemas matrimoniales que Federico y Mary vendrían años arrastrando. 

“Siempre, cuando hay una infidelidad, es porque hay una carencia afectiva o de tipo sexual. La infidelidad es una consecuencia de la relación”, nos explica Lara, que asegura que solo las infidelidades puntuales se pueden trabajar. 

Según nuestra experta, “la falta de comunicación entre Mary y Federico es evidente. Atendiendo a su lenguaje corporal, que ni se miran, entre ellos puede existir una gran distancia emocional, producto de problemas en su relación no resueltos”. Lo cierto es que los rumores en el matrimonio de los nuevos reyes de Dinamarca llevarían años en estado de latencia. Sus fotos junto a Genoveva no han sido las únicas que le han tomado al rey. Hace algunos años se publicó otra salida nocturna y esta también provocó un seísmo en su relación de pareja. "Muchas veces, las crisis vienen de eventos del pasado, que han sido muy dramáticos, que no has podido superar, con lo que todavía sigues muy dolida… y los sigues arrastrando”.

En familias con hijos, la crisis del matrimonio va mucho más allá. No son solo problemas de pareja, son, además, condicionantes de las dinámicas familiares. En una como la de Mary y Federico, con cuatro hijos adolescentes, esto se vuelve aún más complicado. La experta en psicología tiene claro que esto ha tenido que ser para ellos un trago complicado, “como esto ha sido un escándalo mundial, los hijos tendrán mucha tristeza, angustia y dolor. Además, en muchos se da un sentimiento de culpa porque tienden a pensar qué han hecho ellos mal. Si han provocado esos problemas en la relación de sus padres”. 

Esto, a veces, se traduce en bajadas de notas, comportamiento desafiante, neurosis, rabietas, a veces desarrollan insomnio, pesadillas, problemas en la autoestima… para que nada de esto suceda, el bienestar de los pequeños debe primar. “Hay que explicárselo, decirles que lo importante es que siempre se les va a querer, promover un apego seguro, darles mucho amor en casa, procurarles una estabilidad en el hogar… Yo recomiendo hablar de forma individual con cada uno de ellos, llevarles a merendar y les explicas a cada uno qué es lo que está pasando”

Aunque en su última intervención conjunta se hayan mostrado completamente desconectados, a Mary y a Federico les une un fin superior mayor que el amor entre ellos y, puede que hasta a su propia familia, deben dar ejemplo, tienen que  mostrar seguridad a todos los daneses. Si lo hacen, eso se traducirá en mayor estabilidad para su monarquía. Así, quieran o no quieran, están condenados a entenderse. En lo privado podrán pactar todas las normas que quieran, pero de cara a la galería solo existe una: sonreír.