Ser un personaje público no es fácil, y si no que se lo digan a Laura Escanes. Como ya nos contó nuestra chica de portada en la revista de mayo que puedes encontrar en el kiosco, la parte más complicada de su trabajo es tener que lidiar con los haters, especialmente con aquellos que cuestionan su forma de ejercer la maternidad.

"Yo escucho llorar así a mi hijo y me levanto al momento aunque esté trabajando desde casa. Ni pongo música para no oírla y hablo de esa manera. Qué pena, Laura. Reflexiona, por favor" fue uno de los comentarios que acabaron con su paciencia e hicieron que Laura aprovechase para hacer algunas aclaraciones en su Instagram stories.

"Cada uno es dueño de su vida, es mi vida y no tendría por qué estar dando explicaciones" comenzaba la catalana que aún así ha querido aclarar que cuando ella está haciendo directos en su cuenta de Twitch su hija no está desatendida, generalmente está con ella su padre, Risto Mejide, o alguna otra persona que pueda encargarse de ella. "Lleva varias semanas diciéndome que doy imagen de mala madre por, mientras estoy en directo en Twitch, escuchar que mi hija llora y no levantarme. Lo habéis escuchado varias veces, a veces me he levantado, otras os he dicho que no os preocupéis, que la niña está atendida, que está con su padre mientras yo estoy en directo o lo que sea" continuaba Laura Escanes visiblemente afectada.

Laura Escanes
Francisco Fonteyne para Revista CLARA

La influencer aprovechaba para aclarar que su presencia en las redes sociales forman parte de su trabajo. "Al final, cada familia con su trabajo, con sus horarios y con su planteamiento de vida se organiza de la manera que considera." explicaba Laura

laura escanes stories
@lauraescanes

"No considero que por el hecho de haber podido pasar el primer año y medio de vida de mi hija estando las 24 horas del día con ella sea mejor madre que las personas que no pueden hacerlo porque trabajan" sentenciaba la influencer que ha querido aprovechar esta situación dolorosa para defender a todas las madres que hacen malabarismos para conciliar su vida familiar con la profesional.