Tener plantas engancha. Cuando las cuidas y ves los buenos resultados, te va picando el gusanillo y acabas por tener varias. ¿Y qué necesita exactamente una planta para crecer sana y fuerte? Pues básicamente luz, agua y un entorno adecuado a sus necesidades. Además, observarlas regularmente para detectar posibles plagas o síntomas de que algo no va bien, como pueden ser las hojas amarillas. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el abono, especialmente si cultivas las plantas en maceta.

Las plantas que se cultivan directamente en tierra tienen mayor facilidad para encontrar nutrientes en forma de materia orgánica derivados de procesos de descomposición como excrementos, frutos de plantas o restos de animales. Pero las que tenemos en casa dependen de nosotros para dotar a la tierra de los nutrientes necesarios, y que así puedan llevar a cabo todos sus procesos con éxito.

Llegados a este punto nos enfrentamos a dos posibilidades: utilizar  fertilizantes de origen químico o utilizar abonos, bien sean orgánicos o minerales. Los encontrarás en forma de polvos, barritas, bolitas, bastoncitos, líquidos o polvos. En cualquier caso siempre deben respetarse las indicaciones del fabricante que son los que conocen a fondo el producto y la naturaleza de las plantas. 

Plantas interior resistentes

Artículo relacionado

Cómo cuidar plantas

45 plantas de interior resistentes y muy fáciles de cuidar

Isabel Zúñiga

¿Qué son los abonos orgánicos?

Cuando pensamos en abonos orgánicos nos viene a la mente el compost y el humus, que están elaborados a partir de cenizas o restos vegetales y animales, y sin ningún producto químico.

En la actualidad hay una gran tendencia por aprovechar al máximo los recursos y hacer nosotras mismas mezclas caseras con productos naturales, de tal manera que podemos fabricar nuestros propios limpiadores caseros, repelentes de insectos, fragancias para al hogar y, por supuesto, abonos. A priori, hay quien piensa que para hacer un abono orgánico casero basta con depositar en la maceta cualquier resto de alimento como posos de café o cáscara de fruta. ¿Es esto cierto? No exactamente, y te explicamos por qué.

¿Qué es el compost?

Tal como explica Diego Olivares en su Manual para amar (y no matar) tus plantas, una obra de referencia sencilla, amena y rigurosa, que te ayudará a adentrarte en el mundo de las plantas, el compost es el resultado de tratar diferentes restos de materia orgánica que se va descomponiendo, tal como sucedería en la naturaleza pero de un modo controlado y utilizando nuestros desperdicios.

El compostaje es un proceso lento, y si llenas tu maceta de esos restos orgánicos lo más seguro es que se llene de hormigas o moho en un pispás sin conseguir ningún beneficio. Para llevar a cabo el proceso de compostaje, en los establecimientos especializados encontrarás compostadores caseros para colocar en jardín que están preparados para la intemperie (heladas, altas temperaturas, lluvias). Suelen contar con agujeros para facilitar la ventilación, una tapa superior para llenarlo y una puerta frontal en la base para recoger el humus.

Los ingredientes que mejor funcionan para elaborar abono casero

En Internet encontrarás mucha información sobre cómo reciclar restos orgánicos, pero acude siempre a fuentes fiables y expertos en la materia. Ten en cuenta que en el caso de los fertilizantes comerciales las concentraciones de nutrientes están claramente especificadas, mientras que en el abono casero no se puede saber con certeza.

Aun así, existen tres ingredientes muy populares para elaborar abono casero: la piel de plátano, la cáscara de huevo y los posos de café. Como hemos dicho antes, no se trata de mezclarlo todo y ponerlo en la tierra. Tendrás que introducirlos en la compostadora y esperar varios meses a que esté listo. Recuerda que hay muchos factores que influyen en este proceso natural complicado y lento, como el clima, la humedad o la calidad de los alimentos.