El 27 de abril fue una jornada muy especial en los Países Bajos. Los holandeses salieron a las calles con motivo de la celebración Día del Rey, justo cuando tan solo habían pasado unos días de una visita de excepción que puso a la monarquía neerlandesa en el foco de atención mediático. El viaje de Estado de Felipe y Letizia al país fue mucho más allá de los eventos protocolarios y el cariño inestimable que ambas dinastías se profesan. La expectación por los duelos de estilo entre dos de las Reinas más elegantes de Europa no pasarían inadvertido. Caldo de cultivo idóneo para las comparaciones.

Esas comparaciones que, inevitablemente, la crónica 'royal' mantiene incluso cuando los miembros de las Casas Reales no comparten espacio y tiempo. Es por eso que en este día tan especial para Guillermo Alejandro, Máxima y sus tres hijas, una de las cuestiones más llamativas para los más observadores de la Corona ha sido su cercanía. Con el pueblo, pero también entre ellos. Gestos de afecto constantes y energía desmedida en un recorrido que contemplaba la exaltación de temas tan relevantes como la cultura, la innovación y el deporte. Gestos que, por descontado, significan mucho. A veces incluso más que las palabras. 

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Máxima de Holanda, una Reina carismática y extrovertida

Para comprender mejor todas las implicaciones que tiene esta particular forma de mostrarse —y relacionarse— de los Orange-Nassau, desde CLARA hemos contactado con Vanessa Guerra, nuestra experta en comunicación no verbal. Ha sido ella quien, en primera instancia, ha puesto en valor el hecho de que "son muy naturales" y "en casi todas las fotos, si no en todas, salen sonriendo los cinco". Una actitud feliciana que, a ojos de nuestra especialista en el lenguaje que no va de palabras, tiene mucho que ver con la figura de Máxima.

Familia real holandesa
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"Es muy carismática y tiene una personalidad muy fuerte (...). Es muy extrovertida, muy divertida, le gusta mucho el contacto social, el contacto con la gente. Siempre tiene una sonrisa con la que recibir a los demás, una sonrisa hacia afuera", sentencia Vanessa, para después puntualizar que esto no es algo que se limite a la consorte de Guillermo Alejandro. "Es una cosa que todos han adquirido como propia", porque "marca un poco 'como hay que ser'".

Máxima de Holanda
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Al fin y al cabo, es esta determinación de proximidad lo que hace que la Reina sea tan bien recibida por la ciudadanía en momentos tan señalados. "Me recuerda a Kate Middleton", apunta también nuestra experta, ya que, en este caso, es ella también "esa figura que conecta la monarquía con el pueblo, con lo que necesita y sus atenciones". La princesa de Gales, una mujer adorada por los súbditos de su Corona, que como Máxima tampoco pertenecía a la dinastía, pero en ningún caso ha sido eso un impedimento para ganarse al país. Desde el prisma de Guerra, "hace una labor maravillosa". Y eso, sin lugar a dudas, siempre algo a valorar. 

El cariño incontestable de Amalia con su padre y sus hermanas

En la misma línea, y como nos adelantaba, "sus hijas beben un poquito de esto, incluso el Rey, también". Basta con observar de cerca una de las estampas más tiernas del día. Se trata del momento en el que la princesa Amalia, heredera al trono, demuestra que "tiene una muy buena relación con su padre". "Vemos en una de las fotos que es ella quien apoya la cabeza en el hombro de su padre mientras él ríe, lo cual es un gesto que lo que transmite es que ella se apoya mucho en él", analiza Vanessa. Y es que se precisa de un gran cariño para tener esa cercanía por mucho que pasen los años, pero la primogénita de Guillermo Alejandro no se oculta al hacer "un gesto de cariño, de niña también, un poco buscando a su padre".

Amalia de Holanda y Guillermo Alejandro
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El hecho de que "tienen una relación muy afectiva (...), muy cercana, muy afectuosa, muy sana" es incontestable. Lo anterior, que además es extrapolable también al trato que Amalia demuestra con sus hermanas Alexia y Ariane. "En alguna foto que aparecen ellas tres, se ve que se llevan bien, que congenian (...). Las tres sonríen, se les ve juntas", destaca Guerra en este ejercicio de desgranar las instantáneas punto por punto. Tan sencillo como que, si hay algo que se puede sacar en claro, es que "se ve buena sintonía familiar". En gran parte, es gracias a esa personalidad arrebatadora de la matriarca. Máxima ha sembrado su alegría para cultivar un hogar afable. Dentro, y fuera de los férreos muros de palacio.