Cualquiera asiduo a la actualidad rosa recordará la hecatombe mediática que Ana Obregón provocó en el primer trimestre del 2023. Tras una mala racha personal de la que la pérdida de su hijo Aless raíz de un cáncer fue piedra angular, de pronto la imagen de la actriz, con un bebé en brazos y saliendo del hospital en una silla de ruedas, llenaba portadas del papel 'couché'. ¿Madre a los 68? Para tranquilidad de los más atónitos, no fue así del todo. En realidad, como ella misma ha hecho saber en reiteradas ocasiones para dar sentido a la controversia, la madrileña estaba cumpliendo una de las últimas voluntades de su hijo. Y es que, en realidad, el bebé era su nieta.

La pequeña, de nombre Ana Sandra, había sido concebida con el esperma congelado del fallecido mediante la gestación subrogada. Sea como fuere, el hecho de que Ana optase por llevarlo a cabo y ocuparse de los cuidados de la niña teniendo en cuenta su edad no pasó inadvertido. Opiniones y más opiniones en la prensa y las tertulias televisivas que acabaron por apuntar a otro de los protagonistas de la historia: Alessandro Lequio, su expareja, y ahora también el abuelo de la criatura. Él ha preferido mantenerse al margen, en lo público y en lo privado. Incluso cuando llegan tan fechas tan señaladas como el primer cumpleaños.

La sensación agridulce de Ana Obregón por el cumpleaños de su nieta Ana Sandra

Cabe decir que, a pesar de las críticas, la que fuera protagonista de 'Ana y los 7' hace todo lo posible por dejar claro que vive uno de los mejores momentos de los últimos tiempos. La felicidad de ser abuela ha venido hermanada con la ilusión por sentir que ya no está sola. Ana Sandra se ha convertido en su motor después de una etapa oscura en la que ver la luz parecía cada vez más difícil. "Hoy me desperté llorando porque llevaba 5 años sin celebrar mi cumpleaños", escribía recientemente en sus redes sociales. Y es que, dos días antes de que la pequeña de la casa cumpla su primer año de vida, ella ha cumplido los 69.

Era con ese mensaje a través de su perfil de Instagram en el que Ana recordaba a su hijo y agradecía poder, de nuevo, sacar fuerzas para sonreír e incluso festejar en un día como este: "Pensaba en las últimas velas que soplé contigo, Aless, 18 de marzo de 2019, cuando nos habían dicho que te habías curado del cáncer (...). Entonces Anita lloró pidiendo el biberón… Miré a ese pedacito de cielo que tengo conmigo, la abracé muy fuerte, con tanto amor que las lágrimas rojas se convirtieron en rosas y sonreí". "Hoy soplaré la tarta de mi primer cumpleaños de vida contigo Anita en la tierra, y contigo mi Aless desde el cielo", añadía para concluir.

Palabras sobrecogedores en la previa a que sea la hija biológica de su hijo quien sople las velas este 20 de marzo. Sin embargo, y a pesar de que la renovada energía de la exconcursante de 'MasterChef Celebrity' parece inmarchitable, no todo será dicha en un momento tan especial. No porque no haya celebración, pues 'El Español' anticipaba que ha preparado una fiesta íntima y familiar. En realidad, y según apunta el citado medio, serán ausencias tan destacadas como la de Giaccomo Ugarelli, el padrino de Anita, las que le darán el toque agridulce.

Alessandro Lequio se pronuncia sobre el cumpleaños de las dos Anas

Aunque era de esperar atendiendo a la determinación que han tomado desde que la noticia se convirtió en escándalo, allí tampoco se espera al abuelo de la protagonista. Al menos, en ningún caso ha quedado confirmada su asistencia, a pesar de que el 'conde Lequio' sí que ha hablado abiertamente sobre el 69 cumpleaños de su ex ante los medios de comunicación. "Una cifra maravillosa y divertidísima como es ella", destacaba ante la prensa, además de dejar claro que "por supuesto" que la ha felicitado.

Por contra, el colaborador de 'Vamos a ver' ha mantenido su silencio cuando le han preguntado por un posible acercamiento con la pequeña con motivo del primer aniversario. Una ausencia destacada que, sumada a la de Ginevra Enala hija nacida del matrimonio de Alessandro y María Palacios y 'tía' de la niña, termina por empañar todavía más esta jornada de alegría familiar. Una alegría que, para el pesar de Ana, no es compartida.