¡Sí, puedes comerlos!
Su fama de calóricos hace que muchas veces queden relegados a un capricho puntual. Sin embargo, son una gran fuente de nutrientes esenciales que vale la pena consumir con frecuencia. ¡Y no tienen por qué engordar si tu alimentación está bien equilibrada!
Dra. Mª Isabel Beltrán Margarit