La reina se curra mucho su físico y sus brazos, aunque es posible que se ponga alguna hidratante con color o una crema iluminadora para unificar el tono, son fruto de lo que parece una rutina de ejercicios de lo más exigente. Y ya que los tiene así de definidos, con lo difícil que es de conseguir eso, no nos extraña nada que quiera llevar vestidos sin mangas que los dejen al aire. Cualquiera en su lugar también lo haría y además, no se salta el protocolo porque, al parecer, no hay normas escritas a este respecto.