El desfile de Chanel estaba ambientado en una estación de esquí, había montañas al fondo, cabañas de madera y sí, nieve. El ambiente no podía ser más acogedor y es que, si para la última colección de Primavera, Karl Lagerfeld llevó una playa al Grand Palais, lo que tenía preparado para la de invierno no se ha quedado atrás.