Adoro los vestidos, en todas sus variantes. Y si tuviera que elegir una prenda para vestir todos los días de mi vida –y no pudiera escoger unos pantalones vaqueros, claro–, sin duda me quedaría con el vestido. Por femeninos, por prácticos y por fáciles de llevar –todas tenemos días en los que vamos con prisa y pensar en una parte de arriba y otra parte de abajo nos desespera–, los vestidos siempre tendrán un lugar privilegiado en nuestro armario y en nuestro corazón.
Confinadas en casa, se han convertido en una gran alternativa al chándal, al pijama y a mis queridos vaqueros porque, por encima de todo, son cómodos y tienen ese efecto guapa al instante. Te pones un vestido y ya te ves arreglada. Hoy me he ido de compras virtuales a Asos (por cierto, han ampliado el plazo de devolución a 90 días) y no os podéis imaginar qué vestidos más cómodos y bonitos he fichado.
Soy consciente que elegir uno de los 10 que he seleccionado es complicado, pero siempre que voy a comprar ropa nueva tengo algunos trucos para decidirme por una prenda u otra.
- Que me siente bien. Parece una obviedad, pero estoy segura de que no soy la única que tiene en su armario ropa sin estrenar –incluso con etiquetas–, porque te has dejado llevar por el fragor del momento y en realidad ni te gustaban tanto ni te veías tan bien con ella.
- Que tenga varias combinaciones. Soy de esas personas que cuando ve algo que le gusta, lo quiero, pero, ojo, también hay que poder usarlo. Si no se te ocurren, al menos, cinco formas de llevar el vestido, es decir, cinco combinaciones, ¡no lo compres!
- Ante la duda, estampados atemporales. Los vestidos blancos, los negros, los que tienen estampado de rayas navy, animal print y flores son un clásico de todos los veranos, así que ante la duda, escoge un estampado que sepas que no se va a dejar de llevar dentro de dos meses.