Hay prendas que jamás pasan de moda y que por mucho que pase el tiempo, siguen renovándose. Es el caso del vestido camisero. Aunque hasta alcanzada cierta edad no nos atrevamos a ponérnoslo porque su largo generalmente es más recatado de lo que buscamos a los 15, una vez superamos esa etapa y empezamos a llevar zapatos con algo de tacón, nos damos cuenta de que es un recurso esencial para el verano.
Los vestidos camiseros suelen ser largos o por encima de la rodilla. Se caracterizan por tener una abotonadura central y cuello de camisa, como su propio nombre indica. Lo habitual es que tengan trabillas para el cinturón y muchas veces lo llevan incorporado.
Los vestidos camiseros más casual
No olvides que el dénim es una de las tendencias que se resiste a desaparecer, sea la época que sea, y en verano, ¡llevaremos este tejido en los vestidos! Si en los meses fríos (que por fin hemos dejado atrás) hemos podido ver diferentes y arriesgados diseños de vaqueros en el street style, ahora que ha llegado el buen tiempo, los jeans se renuevan y esta misma tela llega en forma de petos vaqueros, monos y… ¡sorpresa! ¡vestidos camiseros!
Una buena forma de llevar este tipo de vestidos en verano y primavera durante el día es con sandalias con cuña de esparto y lazos. Para la noche, pásate a los mules y así arreglarás tu look sin renunciar a la comodidad. Podrás encontrarlos con y sin mangas. ¿Con qué versión te quedarás?
Por Elisa García Faya.