Durante el verano nos permitimos llevar ciertas tendencias que el resto del año serían impensables, los colores suben de tono, llevamos gorras y pañuelos en el pelo, tejidos tan ligeros que a veces parecen inexistentes y los estampados se vuelven algo más llamativos. No obstante, no hay que llevar todas estas tendencias a la vez a no ser que quieras parecer una hermana Kardashian (que bien mirado tampoco estaría nada mal).
No, estas tendencias nos gustan porque se pueden combinar con prendas básicas que todas tenemos en el armario y crear así looks más equilibrados pero que no dejen de ser de plena tendencia. De esta manera puedes actualizar tu armario de verano comprando solo un puñado de prendas y complementos clave y combinarlas con lo que ya tienes.