Toms Rīts en Unsplash
No sé si es que tengo el pie delicado o se me ha ensanchado de tanto yoga, pero lo cierto es que me cuesta dar con unas sandalias con las que pueda caminar durante horas sin cansarme y sin que me salgan rozaduras. Y supongo que ese problema es común para muchas mujeres, sobre todo cuando aprieta el calor. Por eso, ahora que he dado (¡por fin!) con unas que son ultra cómodas –y que no me cuesta nada combinar–, tenía que compartirlo con el mundo.
Me las compré el año pasado en rebajas pero es un modelo clásico que siempre está disponible. No obstante, he buscado alternativas del mismo estilo que puedan adaptarse a la forma de vestir de cada una y a sus distintos planes. Aquí tenéis una selección de mis favoritas.