Menos es más
La clave esencial para que el orden te facilite la tarea de limpiar es ponerte en modo Marie Kondo.
- ¿Qué hacer? Opta por el mobiliario indispensable, decoraciones minimalistas y deja los suelos y las superficies muy despejadas.
- ¿Qué consigues? Cuando limpias, no pierdes tiempo apartando objetos decorativos y otros “pongos” (todo lo que acumulas y te preguntas: “¿dónde lo pongo?”).
No amontones
Otra regla de oro es plantar cara a los rincones donde se acumulan y atrincheran el papeleo, la ropa que te quitas y los OHNIS (Objetos Hogareños No Identificados).
- ¿Qué hacer? Guardar una camisa o ponerla en la bolsa de la ropa sucia cuando te la quitas cuesta lo mismo que dejarla tirada en una silla.
Todo en su sitio
Para no acumular ni dejar las cosas en medio, es esencial que tengas asignado un lugar para cada cosa. Así, no caes en la tentación de dejarlo todo en cualquier rincón.
- ¿Qué hacer? Di sí a las cajas, organizadores para ordenar el armario y los cajones, así como otros elementos que ayudan a guardar y clasificar las cosas.
Bendita constancia
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Cuesta mucho menos ordenar un poco cada día, que dejarlo todo para última hora y acabar teniendo que hacer un maratón de limpieza y orden a final de semana.
- ¿Qué hacer? Si recoges y guardas los zapatos cada día, por ejemplo, evitas que se vayan amontonando mientras la suciedad se atrinchera a su alrededor.