15 plantas de interior originales fáciles de cuidar (no son las típicas)

La Albuca spiralis es una crasa bulbosa originaria de África. El bulbo mide unos cinco centímetros de diámetro, y en invierno brotan de él hojas retorcidas formando una roseta de color verde brillante. De un tallo floral de unos 60 cm de largo surgen en primavera sus flores que huelen como la vainilla.

• Necesita mucha luz no solo para florecer, sino también para crecer adecuadamente. Hay que regarla una o dos veces por semana sin poner plato debajo. Puede cultivarse tanto en exterior como en interior, algo que agradecerá si vives en una zona donde suele helar.

Sin duda, la flor murciélago o flor del diablo (Tacca chantriedri) es una de las flores más originales del mundo. Su apariencia es similar a la de estos mamíferos tan peculiares, incluso cuenta con unos pétalos en forma de bigote que salen a ambos lados de su flor de color negro. 

• Otra de sus peculiaridades es que es capaz de liberar un olor muy desagradable para atraer a las moscas y otros insectos. Puedes cultivarla en casa siempre que le procures un entorno cálido, ventilado y con humedad ambiental. Necesita riego muy frecuente.

Entre las plantas de interior bonitas y fáciles de cuidar siempre aparece el filodendro. ¿Qué tal si te atreves con esta variedad de la famosa planta trepadora? Bajo el nombre de Philodendron pink princess se encuentra este ejemplar cuyas hojas, además de verdes, también pueden ser rosas. Cada hoja nueva tiene un estampado diferente.

• Aunque sus cuidados son sencillos, necesita mucha temperatura y humedad ambiental para crecer bien. Al ser originaria de Costa Rica también es muy sensible al frío.

El aspecto de los cactus piedra (Lithops) es tan curioso que no podrás dejar de mirarlos. Cuentan únicamente con dos hojas unidas en su base. Cuando llegue el momento, de esa fisura saldrá la flor con forma de margarita.

• Necesita mucha luz natural y una temperatura de no más de 35ºC. El exceso de riego es su principal amenaza. En verano basta con regarlas una vez cada diez días, mientras que en invierno apenas será necesario.

Si es la primera vez que la ves, seguro que te has llevado una grata sorpresa. La Hoya kerrii es una planta trepadora originaria de las selvas tropicales de Tailandia que cuenta con unas hojas muy rígidas y duras con forma de corazón. Y no solo eso, sino que sus flores reciben el nombre de "flor de cera" son también muy curiosas. 

• Florece en verano pero cultivada en interior y en las condiciones adecuadas puede hacerlo todo el año. Ubícala en una estancia muy luminosa sin sol directo y riégala con moderación.

Aunque no es una planta fácil de conseguir puedes encontrarla en los lugares más insospechados, así que si se cruza en tu camino no lo dudes porque es preciosa. Crece hasta alcanzar una altura de unos 90 centímetros. Tiene las hojas lanceoladas, estrechas y de color verde con numerosos puntos amarillos.

• Para mantener esos colores es necesario que no le falte luz, pero evita que le dé de forma directa. En cuanto a sus necesidades de agua, riégala cuando la tierra se vaya secando.

Bajo el curioso nombre de ojo de dragón encontrarás todo un género de crasas pequeñas llamado Huernia. Además de contar con bonitos tallos de color verde claro y dientes carnosos, la Huernia zebrina presume de sus originales flores granates acampanadas. 

• Necesita buena iluminación, una temperatura que oscile entre 15ºC y 30ºC y buen drenaje. El riego, siempre moderado.

Las tilansias, tillandsia o plantas de aire son tan peculiares que no necesitan maceta con sustrato para sobrevivir. Para hidratarse absorben la humedad del ambiente, ya que al carecer de raíces no tienen posibilidad de hacerlo de otro modo. Si las colocas en bolas transparentes quedarán preciosas.

• Son tan raras como fáciles de cultivar. Pocos riegos, algo de pulverización si el ambiente es seco y abono específico es básicamente lo que necesitan. 

En El club de las plantas hemos encontrado la conocida como begonia mariposa (Begonia amphioxus). Descubierta en 1990 en Borneo, destaca por sus hojas verdes con numerosos puntos rojos que le dan un aspecto muy original. Destacará allí donde la pongas.

• Colócala en una zona de casa que cuente con mucha luz natural, pero no sol directo. La temperatura óptima para su cultivo oscila entre los 13º C y 29º C, y lleva bastante mal el frío.

También conocida como Fittonia albivenis, esta preciosa planta tapizante resulta muy original por tener hojas de color verde oscuro con los nervios rojizos. No suele superar los 10 centímetros de altura, pero se recomienda cultivar en macetas anchas ya que ramifica bastante. Al ser pequeña es perfecta para decorar librerías, baldas y mesitas auxiliares.

• Agradecerá que la ubiques en estancias con mucha luz natural. Precisa de humedad ambiental alta y riego frecuente, evitando que la tierra se seque entre riegos.

Esta planta de nombre impronunciable, también conocida como escudo persa, procede de la jungla birmana y puede presumir de tener unas hojas preciosas y originales en tonos morados y plateados. Aunque es de exterior, se da bien en interior ya que adora el clima cálido.

• Sitúala en una estancia luminosa, pero a salvo del sol directo. Riégala moderadamente procurando que el sustrato nunca llegue a secarse. Le encanta el calor y no tolera las heladas.

Esta variedad de monstera cuenta con la curiosa característica de que sus hojas no son solo verdes, sino verdes y amarillas. Conseguirla no es sencillo pero sí lo son sus cuidados, que son similares a los de la monstera tradicional, también llamada costilla de Adán.

• Requiere un entorno luminoso sin sol directo, humedad ambiental alta y temperaturas por encima de los 15º C. En cuanto al agua, lo ideal son uno o dos riegos semanales.

Tal como puedes leer en el artículo específico sobre las plantas carnívoras, hay diferentes especies a cada cual más curiosa. Una de ellas es la conocida como Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula) que recuerda inevitablemente a una boca con dientes. Permanecerá abierta hasta el momento en el que detecta a su víctima. 

• El truco para cuidarla está en el riego. Al ser una planta tropical necesita que el sustrato esté siempre húmedo pero evitando el encharcamiento tanto para evitar la aparición de hongos como que las raíces se pudran. 

La principal diferencia de esta alocasia con otras de su género es que tiene las hojas verdes por el haz y moradas por el envés. Puede medir alrededor de dos metros de altura, con lo que es perfecta para decorar esa zona del salón a la que parece que le falta algo.

• Le gusta la luz natural y el clima cálido con una temperatura entre 18º C y 25º C. En caso de que las temperaturas sean más altas habrá que proporcionarle mayor humedad. Eso sí, no tolera el frío. 

Es probable que esta planta te recuerde al poto, ya que al igual que él se trata de una planta trepadora con hojas en forma de corazón. La diferencia radica en que las del Scindapsus pictus son verdes y blanquecinas. Puedes crecer como planta colgante o en vertical si le pones un tutor.

• Al ser originario de las Islas Salomón necesita un lugar cálido para desarrollarse adecuadamente. La frecuencia de riego dependerá del clima y el lugar donde lo tengas, pero en principio se aconseja regarlo unas tres veces por semana en verano y cada cuatro días el resto del año.