Como has visto, olvidarte de limpiar correctamente el fregadero o la tabla de cortar puede convertir la cocina en unos de los lugares más sucios de la casa (y todo un reto a la hora de limpiar y ordenar). Pero no está todo perdido. Aquí tienes más datos y trucos para hacerlo correctamente.
Los puntos negros a la hora de limpiar la cocina
- Limpiar mientras cocinas. A menudo puedes caer en la tentación de aprovechar el tiempo de espera mientras estás cocinando para barrer o realizar otras tareas de limpieza. ¡Error! Al hacerlo, levantas polvo y partículas microscópicas que pueden acabar en la comida sin que ni siquiera te des cuenta. Hazlo antes o después, pero nunca durante.
- Pasar de la campana extractora. Si no quieres que sea un nido de gérmenes, limpia los filtros periódicamente. Cuanto más a menudo lo hagas, más fácil será. Más vale prevenir...
- No limpiar el frigorífico. Un error muy común es no limpiar casi nunca el lugar donde guardamos los alimentos. Se recomienda limpiar la nevera una o dos veces por semana (y una vez al mes a fondo) para eliminar los restos de comida que hayan podido quedar acumulados. El agua mezclada con bicarbonato sódico es lo más recomendable para evitar los productos de limpieza que pueden perjudicar tu salud.
- Olvidarse del horno y el microondas. Limpiar el horno da pereza con solo pensarlo, pero si dejamos que se acumule la grasa todavía cuesta más. Lo ideal es evitar al máximo la acumulación de grasa y suciedad con ayuda de papel de plata o de hornear, y campanas protectoras para calentar en el microondas.
- Lavar todo el menaje a la vez. No todos los utensilios de cocina y piezas de la vajilla están igual de sucios por lo que conviene limpiarlos agrupados y de menos sucio a más sucio. Primero vasos y cristalería, luego platos y cubiertos. Y finalmente ollas y sartenes.
- No desinfectar el fregadero. Otro de los errores clásicos de limpieza en la cocina es no desinfectar el fregadero, y eso que está considerado como unos de los lugares más sucios de la casa debido a la acumulación de restos de comida.
- No quitar los restos de comida de los utensilios. Escurridores, coladores, ralladores y otras herramientas de cocina suelen acumular suciedad y gérmenes en sus rincones y recovecos. Para llegar hasta el último rincón puedes usar palillos de aperitivo y clips envueltos en papel de cocina.
- No limpiar el lavavajillas. Para hacerlo, limpia periódicamente el filtro, la puerta y las juntas. Retira las bandejas y rocía el interior con un líquido específico o con una mezcla a partes iguales de agua y vinagre, que es uno de los productos de limpieza caseros desinfectantes. O hacer un ciclo de lavado sin nada dentro y con un chorro de agua oxigenada en el cajetín del detergente.
- Dejar sucias las bases de cacerolas y sartenes. Al cocinar, se pueden ir acumulando restos de comida en la base de cacerolas y sartenes. Para limpiar los utensilios de acero inoxidable, va súper bien limpiarlos con un paño humedecido con agua y bicarbonato de sodio.
- No lavar bien la tabla de cortar. Éste, junto con el fregadero y la grifería, es otro de los lugares donde se acumulan más gérmenes y suciedad. Evita siempre que puedas las tablas de madera, que son porosas y más difíciles de limpiar. Y lávala a diario con agua caliente y jabón. O échale sal por encima, luego frótala enérgicamente con un limón cortado por la mitad, y por último, aclárala y déjala secar. Es uno de los trucos de limpieza caseros que triunfan en internet.
- Obviar las encimeras. En estas superficies depositamos comida, utensilios de cocina, menaje, bolsas de la compra y otros elementos procedentes de la calle. Precisamente, por este motivo, hay que limpiarla regularmente.
- Utilizar los mismos trapos y bayetas para todo. Es uno de los errores de limpieza más comunes, y en la cocina un auténtico peligro. A menudo usamos los mismos trapos, bayetas y gamuzas para eliminar tanto los restos de suciedad como repasar el fregadero, limpiarnos las manos o secar la vajilla sin tener en cuenta que estamos llevando los gérmenes de un lado para otro. Solución: Un trapo para cada cosa.