Si te gusta tanto limpiar como a mí, es decir, muy poco, tengo buenas noticias. He encontrado ayudas inesperadas –además de partirme las tareas con mi chico, claro– en estas compras. Ahora, el sábado tiene más horas gracias a estas herramientas que, para mí, ya son imprescindibles. Y mi casa está mucho más limpia. Así que junto a paños de microfibra, cepillos de dientes reconvertidos y otras cosas más habituales, estas compras han marcado la diferencia entre una casa aparentemente limpia y una casa que está limpia de verdad, limpia en profundidad. ¡Empleando menos tiempo!