Una de las medidas de prevención de contagio de coronavirus más populares es la necesidad de lavar la ropa a 60 grados para eliminar el virus. Es una pauta sanitaria que causa dudas entre la población por dos razones. La primera es porque en el caso del lavado de manos, en teoría basta con frotarse con agua y jabón durante unos 40-60 segundos. Y la segunda, porque a esa temperatura es probable que algunas prendas se estropeen. Para salir de dudas, hemos hablado con el Dr. Rafael Padrós, jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.
Solo es necesario lavar la ropa a sesenta grados si estás muy expuesto al virus (como es el caso de los uniformes de los sanitarios) o si convives con un infectado de coronavirus. En el resto de los casos, no es necesario una temperatura tan alta. Como señala el Dr. Padrós, actualmente, la recomendación es lavar las prendas según las instrucciones del fabricante, siempre con la temperatura más cálida posible y dejar que la ropa se seque completamente.
¿Por qué es mejor el agua caliente que la fría?
El virus del covid-19 está protegido por una membrana de grasa que lo hace vulnerable al jabón siempre que lo sometemos a su acción durante suficiente tiempo (de ahí la recomendación de lavarse las manos durante 40-60 segundos). Pero además del jabón, la temperatura también puede ayudar ya que el calor cambia el estado de la materia grasa que protege al virus y también facilita que el detergente penetre en las fibras.
¿Y por qué a 60 grados?
Aunque a temperaturas menores ya hay cierta desintegración de esa capa grasa, para una mayor seguridad y para tener la máxima certeza de que se ha eliminado cualquier rastro de covid-19 sobre la ropa, lo recomendado es recurrir a temperaturas más altas (entre 60 y 90 grados) ya que según un informe de la OMS, este virus solo sobrevive hasta los 56 grados.
¿Y cómo lavo la ropa delicada si quiero desinfectarla?
A parte del lavado a 60 grados, hay otras formas de desinfectar la ropa que son especialmente útiles cuando se trata de prendas delicadas que no soportan temperaturas tan elevadas.
Como explica la farmacéutica Ana Gangoso, del grupo de Revisión de Tratamientos de SEFAP, hay desinfectantes textiles, validados por el Ministerio de Sanidad, que contienen sales de amonio cuaternario y que se pueden encontrar en droguerías e incluso, supermercados. Si se usan estos productos es muy importante seguir las indicaciones del fabricante, aclarar bien las prendas y dejar que se sequen por completo. Mientras haya humedad puede haber alguna partícula del virus y además, si queda algún resto de desinfectante podría provocar irritaciones sobre la piel. Otra opción es lavar la ropa con lejía doméstica diluida.
El Dr. Rafael Padrós, por su parte, aconseja algo tan sencillo como dejar la ropa en cuarentena durante 24-48 h (según los estudios actuales, es el tiempo que permanece el virus sobre los tejidos) y después, volver a ponérsela o lavarla con agua fría.
Máxima precaución
Pero a la hora de desinfectar la ropa no solo necesitamos prestar atención a la temperatura. También hemos de tener una serie de precauciones:
- No sacudir la ropa antes de meterla en la lavadora, ya que esto podría favorecer la dispersión del virus en el aire.
- Acumular la ropa sucia en un cesto que tenga tapadera y un interior que permita ser desinfectado con lejía una vez a la semana. Y si se trata de la ropa de algún contagiado, meterla en una bolsa de plástico y cerrarla hasta que se lave.
- Después de seleccionar la colada, hay que lavarse cuidadosamente las manos. Y si hay una persona en casa contagiada por el virus, usar guantes (y al quitártelos, lavarse las manos) y mascarilla mientras la manipulas.
- Entre lavado y lavado, y principalmente si hay contagiados en casa, lo ideal es que desinfectes la lavadora.