Cosas de casa

Errores que dañan tu ropa sin saberlo

Si quieres que tu ropa dure más tiempo deja de cometer estos errores. Te contamos cómo hacerlo bien y conseguir que luzca en perfecto estado.

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Carme del Vado

Redactora Jefe de CLARA.

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Ropa como el primer día

Para que tanto tu ropa como la lencería del hogar (ropa de cama, cortinas, mantelerías...) te dure más y siempre luzca como nueva, debes seguir estas sencillas tácticas a la hora de lavarla, secarla, plancharla y guardarla. 

Foto: Ikea.

 

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Del revés

Al lavar la ropa, dale la vuelta. Así evitas la pérdida de color, que los estampados se estropeen o se hagan bolitas.

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Cuidado con el jabón en polvo

En lugar de jabón en polvo, decántate por jabón líquido. Sobre todo si lavas a menos de 30 grados; a esa temperatura el jabón en polvo tarda en disolverse y puede causar abrasión sobre las fibras. Pero no te pases con la cantidad de jabón y suavizante ya que el exceso hace que no se limpie bien la ropa y, además, daña las fibras.

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Separa la ropa aún más

Además de separar la ropa blanca de la de color, haz subgrupos en función de la temperatura de lavado. Para minimizar al máximo el riesgo de desteñidos, recurre a las toallitas atrapacolor.

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Si la vas a secar en el exterior...

Ten en cuenta que la exposición directa al sol hace que la ropa oscura pierda color. Por lo tanto, al sol, solo la ropa blanca. Y el resto, cuando ya no dé.  

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No escatimes las pinzas

Usar la misma para varias prendas puede hacer que se transfiera el color de una a la otra. Para evitar las marcas, ponlas debajo de las axilas, en las costuras, en la cinturilla...

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Si usas secadora...

No metas las camisetas que tienen adornos de goma porque pueden estropearse. Y asegúrate de que no quedan manchas ni cercos de sudor porque se fijarán con el calor.

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A la hora de planchar

No presiones mucho. Eso aplasta la fibra y estira las zonas de las costuras. Plancha en el sentido del tejido para no deformarlo. Y para evitar los brillos, pon la prenda del revés. Pero las mangas y la raya del pantalón plánchalos del derecho poniendo una tela fina encima.

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También procura...

No excederte con el calor, ya que daña el tejido. Si quieres que te cueste menos planchar, humedece la ropa. O bien, aplica almidón. Puedes hacerlo fácilmente en spray. Con él te costará menos quitar las arrugas y tardarán más en aparecer. Y para evitar las manchas de cal, llena la plancha con una mezcla de agua y vinagre y vacíala sacando el vapor.

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Cuando vayas a guardar la ropa...

Presta atención a las perchas. Elígelas de calidad y con un tamaño adecuado a la prenda porque, de lo contrario, la percha puede deformarla.

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No llenes mucho el armario

 Si no, la ropa se rozará más y acabará arrugándose. Y también evita apilar ropa que tenga aplicaciones o adornos, ya que estos dejarán marca en las prendas de arriba.

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No mezcles ropa sucia con limpia

Esta puede absorber malos olores. Y tras la tintorería, no dejes la ropa dentro de la bolsa. Puede quedar algo de humedad de la plancha al vapor; mejor airéala.

Foto: Ikea.

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Cuando vayas a hacer un cambio de armario

Lava la ropa antes de guardarla. Si no, las manchas pueden fijarse y las células de piel o restos de sudor podrían favorecer que aparecieran polillas. Por si acaso, pon un antipolillas o repelente natural.

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Y no dobles demasiado la ropa

En algunos tejidos puede que las marcas de las dobleces no desaparezcan; sobre todo si guardas la ropa en bolsas que se cierran al vacío. Los abrigos y chaquetas abróchalos para que no pierdan la forma. Y si quieres saber más trucos, no te pierdas cómo hacer un cambio de armario con éxito (y sin ningún agobio).

Como has visto, alargar la vida de la ropa no tiene ningún misterio si sigues todos estos sencillos trucos a la hora de lavarla, secarla, plancharla y guardarla para evitar los errores que la dañan. Y si, además, quieres saber cómo lavar la ropa sin perjudicar tu salud, ten en cuenta estos consejos.

  • Lavadora en buenas condiciones. Asegúrate de que está siempre limpia y seca. Y, una vez a la semana, haz un ciclo de lavado sin ropa con una taza de lejía para evitar que ninguna bacteria sobreviva.
  • Apuesta por los jabones neutros y sin perfumes. Además de tener un enorme impacto medioambiental, muchos pueden resultar perjudiciales. Los más seguros son los jabones “sin perfume” y neutros.
  • La lencería de cama, siempre con agua caliente. Para aliviar los síntomas alérgicos, se recomienda lavar la ropa de cama en agua caliente al menos cada dos semanas.
  • No dejes la ropa mojada en la lavadora. Las bacterias proliferan tan rápidamente en las zonas húmedas que se recomienda volver a lavar la ropa si pasa más de una hora sin sacarla del bombo una vez haya finalizado.
  • Siempre lava la ropa interior aparte. Al lavar la ropa interior puede contaminar el resto de prendas con sus bacterias. Para que no suceda, límpiala por separado y con agua caliente.
  • Ventila el cuarto de la lavadora. La combinación de humedad y calor de la lavadora y de la secadora provocan las condiciones ideales para la formación de moho.
  • Y ventila también la lavadora. Si quieres impedir que el moho se instale en tu lavadora y pase a tu ropa, después de cada lavado deja la puerta abierta para que se seque el interior. Y mantén bien limpia y seca la goma que une el tambor a la puerta.

Y si como muchas de nosotras eres de las que están hartas de vivir esclavizadas por la plancha, no te pierdas estos trucos para no tener que planchar nunca más. ¡Funcionan!