Ahorrar agua no es tan difícil como de entrada podría parecer. Solo hace falta seguir algunos sencillos consejos.
Cómo ahorrar agua: las claves
- Además de cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes o te enjabonas, opta por griferías más eficientes. Lo grifos con reductor de caudal, o los termostáticos consiguen reducir las cantidad de agua y energía, y facilitan ahorrar en la factura de agua.
- En los grifos más antiguos puedes instalar limitadores de caudal, interruptores de caudal y aireadores o perlizadores. Puedes consultarlo en la ferretería.
- Dúchate en lugar de bañarte. Llenar la bañera precisa al menos 200 litros, mientras que una ducha de cinco minutos gasta la cuarta parte.
- Utiliza un rociador de ducha con aireador. Consume la mitad de agua sin reducir la sensación de caudal. Para conseguirlo, el agua sale a más presión y el tamaño de la gota es más grande al estar mezclada con aire (lo que se denomina gota perlizada).
- Opta por inodoros con cisterna de doble descarga. En caso de aguas menores, con 3 litros es suficiente. Y si tu cisterna es antigua, puedes adaptarla manteniendo la carcasa cerámica y cambiando el dispositivo interno conocido como universal por un dispositivo ahorrador.
- También es posible colocar un limitador de descarga en el tubo del rebosadero o sobre la válvula del descargador del inodoro. Al tirar de la cisterna de forma normal se produce una descarga de unos 3 litros, y si se mantiene el tirador sujeto durante 3 o 4 segundos, se vacía por completo.
- Lava los platos de forma eficaz. Lavar la vajilla dos veces al día puede llegar a gastar 120 litros si se hace a mano con el grifo abierto, 60 litros si se utiliza el fregadero lleno de agua, y 25 litros si se pone un lavaplatos una vez al día.
- Compra lavadoras o lavavajillas ecológicos. Con etiqueta A-A+++ y posibilidad de media carga o ciclos cortos o reducidos.