A la hora de limpiar la cocina y dejarla libre de bacterias, gérmenes, grasa y suciedad, tenemos muy claro cuáles son las zonas más conflictivas y en las que más insistimos tanto en la rutina de limpieza exprés como cuando nos ponemos más a fondo. El horno, la campana extractora, el microondas, las vitrocerámicas son algunas de ellas. Aunque cada una se limpia con un producto o truco de limpieza casero distinto, todas tienen algo en común: necesitas estropajos para dejarlas impecables.
Con el uso, el estropajo va gastándose y pierde eficacia, con lo que te arriesgas a que no cumpla bien su función. Además, según la experta Boticaria García, aquellos que cuentan con un agarre especial para las manos (salvauñas) son más propensos a acumular bacterias en zonas a las que es más difícil llegar, con lo que recomienda renovarlos cada 2 semanas y como máximo cada 2 meses.
Alternativas que te pueden interesar
Si no quieres o no necesitas cambiar los estropajos cada tan poco tiempo, tienes varias alternativas. La primera sería partir el estropajo por la mitad, de tal manera que podrías aprovecharlos el doble de tiempo. Eso sí, no valdrían los que son muy pequeños sino el tamaño mayor.
La segunda se llama cepillos de fregar. Son esos cepillos de cerdas y mango largo que desincrustan muy bien la suciedad sin apenas tener que mojarte las manos. Además, son cómodos de limpiar, ya que puedes sumergirlos en agua hervida con detergente e ir removiéndolos para que el jabón penetre por todos los rincones.
Así puedes desinfectar los estropajos
En cuanto a la limpieza, es importante lavar y desinfectar a conciencia los estropajos, ya que están en contacto permanente con el agua y la humedad. Al igual que el recipiente con dispensador para jabón líquido de lavavajillas en el que solemos guardarlos, pues siempre queda agua en el interior.
Existen distintos métodos para desinfectar los estropajos, como hervirlos, meterlos en el microondas o sumergirlos en jabón desinfectante. Los resultados, aunque no son perfectos, sí logran reducir las bacterias un 99,9%.
- Jabón desinfectante. Vierte agua caliente en un barreño y añade un chorrito de jabón desinfectante. Deja el estropajo en remojo bien sumergido un mínimo de 20 minutos. Aclara y deja que seque.
- Hervir. Sumerge el estropajo en una cazo con agua hirviendo durante 5 minutos. Luego lávalo con jabón lavavajillas por todos los lados (incluido por donde sueles agarrar).
- Microondas. Mójalo bien para evitar riesgo de incendio y caliéntalo en el microondas un minuto sin perderlo de vista. Evidentemente este método no funciona con los que son de acero y similares.
- Lavavajillas. Si te resulta extraño no tienes de qué preocuparte, ya que en la propia web de Scotch-Brite explican que puedes colocarlo en la rejilla superior del lavavajillas para desinfectarlo y reutilizarlo. También recomiendan cambiarlo cada 3 semanas para así obtener el mejor rendimiento.
- Lejía. Diluye un vaso de lejía en 4 litros de agua y sumerge los estropajos. ¡Cuidado con las salpicaduras!
¿Y qué pasa con los trapos de cocina?
Trapos, paños, bayetas... En la cocina encontramos un sinfín de textiles que nos ayudan a aclarar y secar tanto el mobiliario como el menaje. Por lo general su limpieza no reviste de ninguna complicación. Lo primero que tienes que hacer es leer las indicaciones del fabricante y seguirlas a pies juntillas (por ejemplo, algunos de ellos deben ser aclarados antes de su primer uso). Luego mételos lávalos a máquina en caliente.
Aquellos que utilices para secarte las manos o la vajilla, deben cambiarse cada dos días, o a diario si ves que están sucios. En realidad la pauta la marcas tú y, sobre todo, si los utilizas mucho o no: no es lo mismo comer y cenar a diario una familia de 4, que una persona sola que solo vaya a casa para cenar. Aparte, cuando termines de secar extiéndelos sobre una silla o en el tendedero para que se sequen (igual que haces con las toallas de baño): la humedad favorece bacterias, hongos y un largo etcétera.
Eso sí, ojo con la contaminación cruzada que puede derivarse de haber estado manipulando huevo, carne cruda o pescado. Tanto estropajos como paños deben ser sustituidos inmediatamente para evitar cualquier problema.