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50 trucos para ahorrar dinero de un experto financiero

Conocer tu presupuesto, saber cuánto cuesta cada cosa, prestar atención a los electrodomésticos y no dejarte tentar por ofertas o descuentos que en realidad no lo son, son algunos de los trucos para ahorrar dinero que tienes que saber.

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Isabel Zúñiga

Especializada en temas de decoración, hogar, alimentación y bienestar.

carles torrecilla
Carles Torrecilla

Profesor de Dirección de Marketing en ESADE

Actualizado a

Si hay un tema que preocupa hoy en día es el ahorro. Cierto es que el tema se ha puesto bastante complicado pero también es verdad que a veces no lo conseguimos por no saber muy bien cómo hacerlo. La mejor manera de ahorrar es saber cuánto cuesta cada cosa, así el ahorro vendrá más como consecuencia de un cambio de actitud de tomar grandes decisiones. Tener apuntados en una pizarra los gastos de electricidad, agua y gas. te ayuda a ser consciente de lo que se gasta y, por lo tanto, de implicarse y ahorrar.

El ahorro tiene tres componentes principales. El primero, el más importante de todos, son las costumbres de uso que tiene cada persona o familia. El segundo, saber adaptarse al clima propio de cada época del año. El tercero por su parte corresponde a los suministros (luz, gas) debido a su calidad, precio y características.

A continuación encontrarás un montón de trucos para ahorrar dinero en diversos aspectos de tu vida. Lee con atención y ponlos en práctica. ¡Se nota!

Conocer tu presupuesto

Aunque te dé pereza hacerlo, para tener una buena salud financiera y poder ahorrar es importante que conozcas al dedillo tus ingresos, tus gastos y tu margen para el ahorro. También es útil tener apuntados esos gastos anuales de los que nunca te acuerdas y pueden descalabrarte cuando menos te lo esperas, por ejemplo el seguro del hogar, del coche o el médico.

Los gastos pequeños cuentan

Cuando estamos en casa no somos conscientes de la cantidad de dinero que podemos llegar a gastar o despilfarrar sin necesidad de salir a la calle. Es en el hogar donde se produce el llamado “consumo destructor”, el que sin darnos cuenta, con gestos cotidianos como abrir un grifo, encender la luz o preparar la comida, puede dar al traste con tu economía y tu ahorro.

Antes de comprar

Lo ideal es que separes el proceso de información del de compra y el de compra del de pago. Lee, compara y comenta. Nada como consultar con la almohada si realmente te interesa un producto y si esa es la mejor opción. Una vez decidida la compra, mira las diferentes opciones de pago existentes. Elegir una u otra modalidad puede suponer una diferencia de hasta el 10% en el coste final total.

Guardar los tiques

Nunca te vayas sin tique de una tienda o establecimiento. Guardar todas las facturas, tiques y garantías es un buen hábito que te ayudará a saber en qué gastas el dinero. Además puedes necesitarlo para el seguro, para revenderlo o para devolverlo dentro del plazo estipulado.

Escoger la casa ideal

El principal error que cometemos es elegir la mayor vivienda que podemos permitirnos pagar. Lo correcto sería la mayor vivienda que podemos mantener. Pensamos que lo que cuesta dinero es la compra o el alquiler mensual del piso o casa. No es así, cada metro de más multiplicará los gastos de calefacción, iluminación o averías. Incluso la altura de los techos es algo que multiplica el gasto.

Reformas en casa

Si vas a hacer reformas en la vivienda pide un presupuesto cerrado y desglosado para poder compararlo con otro. Debe hacerse por escrito, con fecha y especificando cuándo caduca. Es importante que se especifiquen los materiales y las calidades de los mismos, no vaya a ser que compensen las horas de más con materiales peores.

Ahorro frente a comodidad

Buscar el equilibrio consiste en tratar de ahorrar pero sin vivir peor. Por ejemplo, un sistema de calefacción de precio bajo puede tardar horas en conseguir la temperatura ideal. Los calefactores de aire eléctricos calientan rápidamente pero gastan mucho si tienen que mantener la temperatura. Combinar estos dos sistemas sería el ahorro real.

Adaptar la decoración a la estación del año

Antes las casas tenían habitaciones que se usaban en función de la estación del año. Las orientadas al sur eran mejores para hacer vida en invierno y las orientadas al norte mejores para verano. Hoy en día es más fácil adaptar la decoración a la temperatura. En invierno escoge alfombras y tapicerías de lana, cortinas gruesas y rodapiés en las puertas, mientras que en verano puedes decantarte por tejidos ligeros de algodón o gasa.

Todo a punto en la cocina

La cocina es la estancia de la casa donde se produce más gasto de energía. Planifica lo que vas a cocinar y tenlo todo a mano para evitar tener el fuego encendido más de la cuenta o abrir la nevera varias veces. Puedes apuntarte al batch cooking o cocinado por lotes. Cocinarás más cantidad en el mismo tiempo rentabilizando el esfuerzo y el consumo de energía.

Formas de cocción que ahorran

Elegir correctamente el método de cocción de los alimentos puede suponer un gran ahorro. Por ejemplo, una vaporera apilable te permite cocinar varios platos a la vez, mientras que el microondas es más económico que el horno eléctrico. Y si el microondas es grill puedes usarlo incluso para gratinados. Por otro lado, piensa si la receta es eficiente para hacerla en casa. Hay comidas que requieren varias horas de horneado y puede que te resulte más rentable comprar ya elaboradas, por ejemplo los tomates secos.

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Isabel Zúñiga

Invertir en electrodomésticos eficientes

Las mejoras tecnológicas que han llegado a muchos ámbitos de nuestra vida se reflejan también en todo tipo de aparatos eléctricos y electrodomésticos. No solo mejora su diseño, funcionalidad o comodidad de uso sino que también resultan más eficientes desde el punto de vista energético, lo que supone un ahorro de luz. Por cierto, al comprar un electrodoméstico fíjate en que el precio incluya la retirada del viejo.

La nevera, el electrodoméstico que más consume

En realidad, cuando más gasta la nevera es cuando tenemos la puerta abierta. Además hay que escogerla según el número de personas que vivan en casa ya que, aunque parezca un contrasentido, si está medio llena consume más que si está llena del todo porque los alimentos ya enfriados mantienen la temperatura baja. Por cada grado que bajas la temperatura de nevera o congelador gastas un 5% más. No lo sobrecargues, pues el aire no circula correctamente y su rendimiento baja, ni introduzcas alimentos aún calientes.

Ahorrar con la lavadora y el lavavajillas

Aparte de que la ropa se estropea menos, lavar en frío en vez de a alta temperatura reduce el consumo de energía a la mitad. Ajustar el programa a la carga de ropa de la lavadora y la velocidad de centrifugado, también contribuye en ese sentido.

En cuanto al lavavajillas, utilizarlo a plena carga puede suponer un ahorro de hasta el 60% en agua y electricidad. Además, mantener los filtros limpios también mejora su eficacia y previene averías, igual que en el caso de la lavadora. Según la tarifa que tengas tendrás que estar pendiente de a qué hora es mejor ponerlo de cara a tu factura.

A la hora de planchar

Para evitar que se dispare la factura cuando vas a planchar, olvídate de estar esperando mientras alcanza la temperatura. Organízate para reunir toda la ropa y plancha seguido, nada de ir colocando la ropa en los armarios con la plancha encendida. Evita también enchufarla para una o dos prendas. También puedes echar un vistazo a los trucos para quitar arrugas sin necesidad de plancha.

Desenchufar los electrodomésticos

No nos cansaremos de repetirlo, el modo stand by sale muy caro así que desenchufa los electrodomésticos al finalizar su uso. No hacerlo representa que una de las doce facturas de luz anuales se te va en este concepto.

Por el desagüe se va el dinero

Para reducir el gasto puedes instalar en los grifos unos dispositivos que limitan el caudal de agua sin que apenas se note. El reciclaje también es una fuente de ahorro, por ejemplo recogiendo el agua de los aparatos de aire acondicionado y usándola para limpiar el coche, siempre y cuando esté limpia.

El truco del post it

Anota en un post it el consumo en vatios de cada aparato y ponlo bien a la vista. De esta manera, cada vez que vayas a usar la tostadora, la estufa o la luz serás consciente del gasto que implica cada electrodoméstico y las diferencias que hay entre ellos. Otra técnica es pegar adhesivos de distintos colores en función del gasto: verde para poco gasto, naranja para medio y rojo para los aparatos que más consumen.

Apaga la televisión

Muchas personas tienen la costumbre de poner la televisión de fondo mientras hacen otras actividades porque sienten que les hace compañía. En realidad a quien “acompaña” este hábito es a la compañía eléctrica, que ve aumentar sus beneficios. Poner la radio o música de fondo produce un consumo mucho menor, te da mayor libertad de movimientos y, de hecho, acompañan más.

Cuidado con las suscripciones

Es el momento de revisar las suscripciones y darte de baja de todo lo que ya no quieres, no utilizas o te interesa buscar otras ofertas. Siempre empezamos con muchas ganas de ir al gimnasio pero si crees que no vas a ir mucho quizá tengan otras modalidades de cuotas más adecuadas para ti.

Ir de compras no es una afición

Ir de compras como hábito y no como necesidad es uno de los grandes enemigos del ahorro. Si no puedes evitarlo, fija una cantidad máxima y multiplica por el número de veces que lo haces al mes para ver si te lo puedes permitir.

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A cada actividad su coste

Si te estás planteando realizar una determinada actividad tendrás que tener en cuenta también otros gastos añadidos como el desplazamiento o la comida. Por ejemplo, al calcular el coste de ir a esquiar hay que sumar todos aquellos que de primeras no se contemplan como parte de la actividad como el forfait, la compra o alquiler del material, la gasolina, los peajes o el alojamiento. Así, te resultará más fácil inclinarte por una u otra.

Mejor de segunda mano

Y hablando de aficiones, alquilar antes de comprar. Si estás empezando no es muy recomendable comprar ya el equipo completo puesto que a medida que progreses necesitarás material de mejor calidad. El momento de compra debe ser cuando veas que ya has alcanzado un buen nivel y necesitas equipo que se adapte a tu estilo, o cuando practiques con tanta asiduidad que lo amortices. Esto es extrapolable a los instrumentos musicales.

Pilas recargables

¿Has sumado cuánto gastas en pilas al año? Te sorprendería. Y si tienes hijos, más todavía. Un cargador y pilas recargables es una gran idea para ahorrar en la factura. Eso sí, recuerda desenchufarlo cuando termine de cargar.

La lista de la compra

A estas alturas todas sabemos lo importante que es para el ahorro ir a comprar con la lista de lo que necesitas. Respecto a las ofertas, recuerda que son un arma de doble filo. No te dejes deslumbrar, mira si está en tu lista de la compra y, más importante aún, compara precios, porque a veces lo que está de oferta no es lo más económico.

Controlar las fechas de caducidad

Tener que tirar comida porque nos hemos despistado con las fechas de caducidad o el tiempo que llevan abiertos los envases da muchísima rabia (y es tirar el dinero). Reserva un armario o una balda para los paquetes de pasta, arroz o galletas que ya estén abiertos. Así evitarás tener varios empezados del mismo producto y que se acaben estropeando.

Cómo comparar precios

Nos despistan con el gramaje y acabamos comparando precios de productos de 350 y 450 g. Hacer la equivalencia mental es complicado con lo que es fácil confundirse al intentar determinar cuál es el más barato. En la etiqueta en pequeño suele aparecer el precio por kilo de todo y así es más fácil comparar.

Atención a los folletos del supermercado

Hay unos ocho productos, entre los que están la leche o los refrescos, que se repiten en los folletos de publicidad de los supermercados. No son aleatorios, están muy pensados. Son los pocos productos de los que el consumidor conoce perfectamente el precio. Los distintos competidores luchan por ofrecerlos al mejor precio. ¿Por qué? El consumidor suele pensar que si estos productos están bien de precio, el resto también lo estará pero no tiene por qué ser así.

Las rebajas salen caras

Si vas a las segundas rebajas de ropa ahorrarás mucho dinero. Es cierto que los productos de temporada ya se habrán agotado o quedará menos tiempo para lucirlos, pero es el mejor momento para los básicos o fondos de armario. Si el precio rebajado está condicionado a llevarte dos unidades del mismo producto, esto no son rebajas sino una promoción que puedes encontrar a lo largo de todo el año.

¿Sale rentable el 3x2?

Si algo vale 100€ y por 200€ te llevas tres, significa que cada uno cuesta 200 dividido entre 3, esto es, 66,6€. Se tiende a decir que te han regalado uno pero es falso, te han hecho un 33% de descuento. No es lo mismo: querías una unidad y ahora tienes otras dos que no necesitas todavía. Y ojo con las fechas, puesto que si una caduca y la tiras, no has obtenido ningún descuento pero sí has pagado por adelantado.

La tentación del pequeño electrodoméstico

A la hora de invertir en un electrodoméstico es clave saber qué uso real vas a hacer. No sirve pensar que harás muchos yogures con la yogurtera o pan con la panificadora si luego no tendrás tiempo y quedará arrinconada. No compres lo último en prestaciones antes de saber si la ilusión inicial te llevará o no a usarlo mucho. Mejor prueba, incluso con un modelo de segunda mano, y si realmente le sacas mucho jugo, cámbialo después por un modelo más sofisticado.

Pon coto a los caprichos

Valora entre 0 y 5 cuánto necesitas lo que estás comprando en cada momento. El 0 es para lo que no necesitas y el 5 lo que es imprescindible para vivir. Ve apuntándolo en una libreta y al cabo de un tiempo suma todo lo que le has puesto un 0, un 1, un 2, etc. Te darás cuenta de si tu consumo es caprichoso o racional. El agravante es que verás que tiendes a ahorrar en lo que afecta a tu salud y en cambio despilfarras en lo prescindible.

Comprobar las vueltas

Puede que te dé pereza, se te pase completamente o simplemente te fíes al 100% pero mantener la buena costumbre de comprobar las vueltas te dará más de una sorpresa de vez en cuando. Tampoco te olvides de revisar la cuenta del restaurante o el hotel. Dale vacaciones a la vergüenza y reclama si detectas equivocaciones.

Cuidado con los bonos

Seguramente ya te hayan ofrecido paquetes de diez masajes o sesiones de algún tratamiento. Prueba primero uno y asegúrate de que te gusta el servicio o el lugar antes de coger el bono.

La filosofía low cost

Hay muchas confusiones relacionadas con el low cost. Lo primero que debes tener claro es que aunque la traducción de low cost es bajo coste, eso no significa que el precio sea bajo y menos aún que el margen sea bajo. En realidad no son los mismos productos, sino productos parecidos pero con menos prestaciones.

Atención a los precios anzuelo

Una estrategia moderna consiste en venderte a muy bajo precio un producto que luego necesita recambios o consumibles. Un ejemplo de este tipo de productos son algunas impresoras, cafeteras o cuchillas depilatorias. Se llama anzuelo porque luego los recambios o consumibles tienen un precio alto, pero como ya has pagado una cantidad de dinero por la máquina te sientes “pescada” al no poder cambiarla.

Haz un uso inteligente de la paga extra

La paga extra genera ilusión monetaria, es decir, nos sentimos ricas y tendemos a gastar más de lo que tenemos. Si no quieres que vuele, planifica muy bien en qué lo gastarás y distribuye las cantidades entre esas partidas. Una buena práctica es apartarlo en otra cuenta o guardarlo en un sobre lejos de las tentaciones. El material escolar, los uniformes, las vacaciones o alguna reforma en casa suelen ser buenos destinatarios.

Aprovecha los beneficios del verano

En verano disfrutamos de más horas de luz natural, así que evita encender por costumbre las lámparas cuando no sea necesario. Si además tienes reguladores y bajas la intensidad cuando necesites encender la luz, ahorrarás mucho. Aprovecha también para hacer a pie trayectos que en invierno haces en transporte.

Atención a las ofertas de centros de ocio

Parques de atracciones, zoos, pistas de esquí o festivales suelen estar en lugares alejados de la población y, por lo tanto, de la oferta de otros bares o restaurantes. Por ello, los que tienen la concesión de restauración u otros servicios aprovechan este monopolio geográfico para cobrarnos un sobreprecio excesivo pero que debemos asumir por falta de alternativa. Por lo tanto hay que prever el conjunto del gasto que puede suponer (desplazamiento, comidas).

Sácale partido al mundo online

A raíz de la pandemia aumentó la oferta de talleres, cursos y actividades online. Puedes aprender pintura, punto, fotografía, gimnasia e incluso ballet sin salir de casa. A la flexibilidad horaria y no tener que desplazarte se suma la enorme ventaja de que su precio suele ser considerablemente inferior a los presenciales.

Apúntate al turismo rural

El turismo rural puede resultar bastante económico si te organizas bien. Suelen ser destinos donde no hay demasiadas tiendas ni restaurantes caros pero a su vez hay muchas actividades y opciones para todos los bolsillos. Eso sí, para evitar sorpresas llévalo todo bien pensado desde casa, incluidos horarios y precios.

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Planifica los viajes

Un cambio que estamos experimentando en nuestro comportamiento de compra es retrasar las decisiones cada vez más tomándolas solo cuando vemos que podemos quedarnos sin producto o plaza. La preparación con antelación genera ahorro, mejores hoteles y mejores condiciones de transporte.

A la hora de viajar

A las compañías aéreas se les está yendo la mano con las tasas y otros gastos ocultos que aparecen a la hora de pagar así que no te fíes del precio de la oferta. Debes seguir el proceso de pago hasta casi el final ya que es justo antes de introducir el número de la tarjeta de crédito cuando te lo indican.

Ofertas last minute

Si te hace la misma ilusión viajar a un sitio que a otro, puedes encontrar ofertas de viajes muy interesantes. Si no viajas en grupo es más fácil colarte en alguna oferta flash, esas que lanzan agencias o compañías durante unas pocas horas. Debes revisar el apartado de ofertas de las webs periódicamente y darte de alta para avisos.

Ojo con el IVA

Muchos sectores del gran consumo están obligados a comunicar sus precios con IVA incluido, pero algunos no lo cumplen. En el mundo empresarial lo habitual es hablar de precios sin IVA por eso, cuando acudes a cualquier lugar donde compran particulares y empresas o pides un presupuesto de palabra, puedes encontrarte al final con la desagradable sorpresa de que te falta un 21% más de coste.

Precaución con los seguros

Cuando compramos algo suelen ofrecernos un seguro de mantenimiento y reparación. Hay que valorarlo pero siempre leyendo el contrato y poniendo especial atención a la letra pequeña. Por otro lado, hay actividades o servicios (deportes, hipoteca) que exigen un seguro que no consta en el precio. Puedes elegir con quién lo contratas, así tienes más margen de maniobra.

Preguntar antes de pedir

Comer fuera es agradable pero puede producirte una indigestión en el bolsillo si no tienes cuidado con el sobrecoste que te cobran ciertos bares por sentarte en la terraza. Aunque debería especificarse en la carta, consulta los precios o pregunta antes de pedir o al hacer la reserva por teléfono, sobre todo en las zonas turísticas. A veces en la carta pasan desapercibidos asteriscos que nos advierten del precio del pan o de que las bebidas no están incluidas en el menú. Lee con atención y te evitarás disgustos.

Tarjeta de débito mejor que de crédito

Procura usar exclusivamente la tarjeta de débito (la que te cargan inmediatamente en la cuenta). Cuando tengas que comprar algo con la de crédito (la que te pasan el cargo pasado un tiempo), no lo hagas en el momento sino después de al menos 24 horas de reflexión. Por otro lado, si fraccionas lo que pagas, recuerda incluirlo en tus previsiones para el resto de meses del año, para que sepas exactamente qué gastos vas a tener que cubrir cada mes y no encontrarte nuevas sorpresas.

La opción de invertir

El dinero va perdiendo valor día a día debido a la inflación, es decir, a la subida generalizada de precios. Cuando los precios suben, con cada euro que guardamos se pueden comprar menos cosas. Es por ello que debemos invertir nuestros ahorros en algo que dé como mínimo una rentabilidad que nos permita compensar la pérdida de valor del dinero debido a esa inflación de precios. Esa rentabilidad implica también un riesgo. Si quieres invertir en bolsa lo primero que debas hacerte es informarte y formarte.

Ahorrar en Navidad

La Navidad implica numerosos gastos en comidas especiales, vestuario, transporte, además de escribir la carta a los Reyes Magos. Haz un listado de las celebraciones que tengas y calcula qué gasto te supondrá cada una de ellas. Los alimentos tradicionales son mucho más caros en estas fechas. El hecho de todos decidamos comer lo mismo un mismo día provoca escasez y que se multiplique su precio. Busca recetas igualmente festivas pero con alimentos alternativos a los de las comidas típicas.

La cuesta de febrero

Cuando todos recibimos la paga extra, todos vamos a comprar y los precios de las cosas suben. En enero el dinero se ha terminado y los precios bajan. La paga extra puede ser triple si en vez de comprar en diciembre lo haces en enero. Aunque el año sea bisiesto, febrero sigue siendo el mes más corto del año. Has tenido menos días para gastar y es probable que empieces marzo con un saldo mayor en la cuenta. Pero no te fíes y pienses en darte más alegrías de la cuenta porque marzo es de los meses más largos.