PortAventura respira Navidad

Cualquier época del año es buena para ir a PortAventura porque siempre tenemos atracciones como el Shambhala, el Furius Baco y el Dragon Khan para sentir esa descarga de adrenalina que hace las delicias de los más atrevidos. Yo reconozco que no es lo mío, pero aún así, me encanta visitar el parque (y no solo porque mis hijos sí son adictos a las emociones fuertes).

Pero diciembre es un mes muy especial porque todo el parque respira un aire navideño que hace las delicias de grandes y pequeños Desde que entras por la puerta del hotel te invade el espíritu de la Navidad y es que cuidan la decoración hasta el último detalle. Y en cuanto empiezas a recorrer el parque ya te sientes como si fuera un 24 de diciembre de película americana, entre villancicos, papá noëles y espectáculos.

Mi recomendación es que no os perdáis el espectáculo de Christmas World. Es una media hora intensísima con unos cantantes excelentes, un cuerpo de baile que lo da todo, humor, acróbatas de los que te quitan el aliento y un ritmo trepidante que en cuento sales, volverías a entrar porque el cuerpo te pide más.

También tenéis una adaptación maravillosa del Cuento de Navidad hecha por campeones mundiales de patinaje. Y si os sentís con ganas de emularlos, se ha habilitado una pista de hielo para que os podáis poner los patines (y a ver qué piruetas os salen).

También podéis disfrutar de una divertida comida-espectáculo en la Posada de los Gnomos que, después de muchas risas, acaba con la entrega de cartas de a Papá Noël. Si tenéis niños pequeños, sus caritas extasiadas os dirán que habéis acertado con la elección.

Y, desde luego, si vais con peques, no os podéis perder la nueva atracción de Sésamo Aventura, la Sesame Street. Yo me lo pasé de miedo, cazando galletas de la mano del Detective Coco y los entrañables personajes de Barrio Sésamo (sí, estaba incluso el Conde Draco, ja ja ja). Soy tan fan que no pude dejar de comprarme una camiseta de Triki, el monstruo de las galletas, que siempre ha sido mi favorito. Además, siempre podréis presumir de haber estado en la única dark ride de Sesame Street de Europa. Los niños también disfrutarán del mundo mágico del pingüino Chilly Willy o el show de Big Bird.

Y además de todo esto, por supuesto, está Ferrari Land. Por lo que si me queréis hacer caso, lo ideal, pasar al menos una o dos noches en el parque para poder disfrutar de todo con tranquilidad. Aunque si solo podéis ir un día, planificad bien todo lo que queréis hacer y revisad los horarios de las atracciones y espectáculos para no perderos nada. Y dosificaos haciendo pausas, porque el fin de fiesta con la Christmas Parade, la llegada por mar de los ayudantes de los Reyes Magos y la pirotecnia no os lo podéis perder.

La Navidad en Port Aventura dura hasta el 6 de diciembre y aunque todos los días son especiales, hay tres fechas marcadas en rojo en el calendario: el 24 de diciembre, con una especialísima cena de Navidad; el 31, con una gran fiesta de Fin de Año con cotillón; y el 5 de enero, cuando la cabalgata de Reyes se acompaña de un trozó de Roscón de Reyes y chocolate caliente cuyo precio –1 euro– se destina a la Fundación Port Aventura, una entidad sin ánimo de lucro que entre otras iniciativas busca mejorar la calidad de vida de niños enfermos y de sus familias.