Está más que comprobado que experiencias de este carácter tienen un gran beneficio para los pacientes, en especial para los niños, desde un punto de vista terapéutico pero sobre todo psicológico. Y es que si ya es duro para cualquiera estar enfermo, en el caso de los niños, se vuelve todavía más difícil. Por eso, pasar tiempo alejados del entorno hospitalario se vuelve tan importante. No obstante, este proyecto también servirá para medir esos beneficios desde un punto de vista científico y hacer un estudio pormenorizado de cómo influyen este tipo de actividades lúdico-terapéuticas en los pacientes.