La importancia de las palabras

12 frases que no hay que decir a alguien con cáncer de mama

Hace 4 años me diagnosticaron cáncer de mama. Para mí fue difícil, pero también para las personas que me rodeaban, porque no sabían cómo reaccionar ni qué decir. Desde mi experiencia, he recopilado las frases que convendría evitar.

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Mamen Lorenzo

Directora de Estrategia Digital

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Depende del día

Si lo dices un día que la persona con cáncer se siente optimista y positiva, bien. Estás reforzando su actitud. Pero si lo dices cuando está de bajón y desanimada, oír esta frase puede suponer que la otra persona se sienta con "la obligación" de sobreponerse, de hacer un esfuerzo extra para remontar. Si no sabes qué decir, basta con un abrazo y una sonrisa serena. 

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Frase retórica por excelencia

"Ya sabes, si necesitas alguna cosa"... Es una generalidad y ofrecimiento que se queda en el aire. Mucho mejor hacer ofertas concretas como "Si vas al tratamiento por la tarde, cuenta conmigo, yo hago jornada intensiva y te puedo acompañar" o "Si te encuentras mal, yo puedo recoger a los niños del colegio o traerte unos tuppers".

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Los buenos deseos

Se agradece que la otra persona piense en la pronta recuperación del paciente. Pero esta frase puede transmitir que la enfermedad no se está tomando lo seriamente que se debería. Incluso una vez finalizado el tratamiento y habiendo seguido el protocolo de prevención, ningún oncólogo garantiza al 100% que el cáncer no se volverá a repetir. Recuerda que las palabras a veces sobran, con un poco de cariño todo está dicho.

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Los casos conocidos

Es normal que todo el mundo conozca a alguien que ha pasado por esta situación, pero no es necesario hacer comparaciones. Y mucho menos si el caso que tú conoces ha tenido un fatal desenlace. "Una amiga de mi hermano también tuvo cáncer de mama y murió, pero seguro que tú lo superas". ¡Ufff! Mejor guárdate esta información para ti.

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Consejos sobre hábitos

Ciertos consejos nutricionales pueden ser contraproducentes, porque pueden interferir con la medicación que la paciente está tomando. Prescindir al máximo del azúcar y comer saludable, así como hacer ejercicio moderado, son hábitos sanos que benefician a todo el mundo. Pero es mejor que las prescripciones las haga el oncólogo o una nutricionista experta en este tema.

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Halagos inoportunos

Se intenta hacer un cumplido, pero a lo mejor esa persona con cáncer está haciendo un sobreesfuerzo por no mostrar lo enferma que está... y se maquilla o pone una peluca para aparentar "normalidad", aun encontrándose mal físicamente.

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Comentarios metafísicos

De esta frase se podría deducir que la persona que está pasando por el cáncer "necesitaba" esta experiencia para madurar o aprender algo, una lección de vida. No todo el mundo tiene una concepción religiosa o espiritual de la vida.

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La curiosidad

Dependiendo de la mujer y de la relación que tengas con ella, esta te puede contestar sin problemas y darte detalles. Pero a la gran mayoría no le apetece rememorarlo y le sobrepasa trasladarse otra vez al momento en que le dieron la mala noticia.

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Las apariencias

Para la mayoría de personas nuestra imagen es importante y verte sin pelo puede ser un shock. Pero cuando te han detectado un cáncer, lo que más te importa es, en primer lugar, sobrevivir. A todas las pacientes oncológicas no se les cae el pelo, depende del tratamiento. Y, en cualquier caso, se puede disimular –si así se desea– mientras vuelve a crecer.

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La actitud

Una buena predisposición ayuda... y mucho. En la mayoría de casos quien atraviesa un cáncer de mama desea afrontar la situación con optimismo. Pero la enfermedad pasa por muchas etapas y es lícito que la persona pase también por diferentes estados de ánimo. "Forzar" siempre la sonrisa para no preocupar a quienes les rodean resulta agotador.

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Apoyo espiritual

Puede resultar reconfortante si esa persona es religiosa. Pero a lo mejor tiene más fe en la ciencia y en la investigación que en una fuerza divina. Además, oír esto te puede dar la sensación de estar desahuciada, que tu caso es más grave de lo que es en realidad.

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La maternidad

La maternidad es un aspecto que muchas personas sacan a relucir, porque parece que este aspecto puede añadir más o menos sufrimiento al cáncer. Evidentemente, quien es madre se preocupará por cómo vivirán y se sentirán sus hijos frente a su enfermedad. Pero quienes no tienen hijos también se preocupan por su pareja, madre, padre, hermanos y toda aquella persona próxima que convive y sufre con ella.

Casi todo el mundo no sabe qué decir cuando se encuentra con una mujer que está pasando por un cáncer de mama. Te comentamos qué frases pueden resultar desafortunadas, teniendo en cuenta que cada cáncer y cada mujer son un mundo y no hay un manual del "comportamiento ejemplar".

Antes de su diagnóstico, muchas mujeres que atraviesan por el tratamiento o recuperación de un cáncer de mama confiesan que ellas tampoco habrían sabido qué decir a una amiga o familiar en esa situación. No es fácil. Sabemos que la intención es transmitir apoyo y comprensión. Pero no siempre se encuentran las palabras adecuadas.

Situación incómoda

Lamentablemente, cada vez es más común encontrarse ante alguien que está atravesando esta dura etapa. Lo más recomendable es la naturalidad y no caer en tópicos que pueden resultar incómodos para la otra persona. Las frases que hemos seleccionado son muy comunes y la gran mayoría pueden ser desafortunadas si no se tiene en cuenta cómo es y lo que está viviendo esa paciente oncológica. Cada mujer es un mundo: tiene su personalidad y le rodean sus circunstancias. Y cada cáncer de mama es diferente: los hay de grado más avanzado que requieren mastectomía y duras sesiones de quimioterapia; y, afortunadamente, otros que se superan con radioterapia y tratamiento medicinal preventivo.

Si tienes confianza con la persona, no hay problema. Es muy posible que ella se abra y te responda a tus dudas y comentarios sin dramatismos. Pero si no la conoces muy bien ni sabes en qué estado está su enfermedad, lo más recomendable es ser prudente.

A veces sobran las palabras

Después de leer las frases, puede que pienses ¿entonces qué?, ¿mejor no decir nada? Tampoco es la solución. Aunque comprendas la actitud de la gente, que es normal que no sepan cómo reaccionar, es incómodo que te rehuyan. El cáncer no es contagioso. Lo digo en primera persona, porque estoy a punto de cumplir mi cuarto aniversario desde que me detectaron el cáncer de mama. Tras la intervención, afortunadamente he ido pasando todos los controles y revisiones, sin que haya rastro de cáncer en analíticas ni mamografías. Estupendísima noticia. Pero, sí, recuerdo las primeras reacciones de quienes me rodeaban cuando se enteraron de mi situación y, repito, no es fácil.

Desde mi experiencia, no ayuda mucho la condescendencia –"¡Huuuy, pobrecita!"– ni tampoco la empatía mal entendida –"¡Madre mía, no sé lo que haría si me pasara a mí!"–. Si tienes ganas de hablar y desahogarte, tú misma eliges el momento y la persona con quien hacerlo. Si no, basta con un abrazo, que alguien te coja las manos unos segundos y te mire a los ojos con una sonrisa serena. Un gesto sincero, de apoyo, que te transmita que la otra persona "está ahí", hace que sobren las palabras.