Eneagrama: qué es, cómo saber el tuyo y cómo te puede cambiar la vida

El eneagrama es, en esencia, una herramienta de autodescubrimiento. Su principal función es ayudarte a descubrir tu personalidad, para conseguir librarte del ego y así alcanzar la plenitud emocional. 

Pero ¿qué significa todo esto? ¿Y cómo podemos utilizar esta herramienta? Hoy contamos con la colaboración de Borja Vilaseca, que nos ayudará a encontrar la respuesta a todas estas preguntas. 

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¿Qué es el eneagrama y cómo funciona?

El enagrama es, como ya hemos dicho, una herramienta para el autodescubrimiento. ¿Qué quiere decir esto? 

En esencia, el eneagrama es un círculo de nueve puntas. En cada una de ellas vemos un número, que se asocia a un tipo de personalidad. Un arquetipo definido con el que puedes sentirte identificado en menor o mayor medida. Aunque todos tenemos un poco de cada número, uno de ellos resulta "dominante" en nuestra vida. Es decir, nos representa con mayor intensidad. 

A través de estos arquetipos, podemos explorar lados de nuestra personalidad que permanecen ocultos bajo la máscara de ego. Debemos entender este término como un mecanismo de defensa que nos ayuda a sobrevivir durante los primeros años de nuestra existencia. Una especie de "yo" falso, que utilizamos para refugiarnos del sufrimiento. 

Con el eneagrama podemos explorarlo para, así, librarnos de él y encontrar nuestro auténtico "yo". Uno que no está condicionado por las heridas y traumas que arrastramos desde el mismo momento en el que llegamos al mundo. Porque, como Vilaseca explica en su libro Tú eres lo único que falta en tu vida, el parto es una experiencia traumática en sí misma, que origina esa primera herida que genera el ego. 

Pero ¿cómo podemos usarlo? Aunque el eneagrama se considera una herramienta sencilla, para usarlo y conseguir librarnos de ego deberemos hacer un profundo trabajo de introspección, que conseguirá guiarnos por este mapa emocional. 

¿Cuáles son las nueve personalidades del eneagrama?

El primer paso que se debe dar con el eneagrama es conocer nuestro eneatipo dominante. Este nos dará muchas pistas sobre cómo se relaciona nuestro ego y, por tanto, sobre cómo nos refugiamos en él. 

Los eneatipos son los siguientes: 

• Eneatipo 1. Se definen como personas perfeccionistas, para las que nada es nunca suficientemente perfecto. Son autoexigentes y críticas.
• Eneatipo 2. Las personas con el eneatipo dos buscan ser queridas. En esta búsqueda se olvidan de sí mismas y se dedican a ayudar a los demás. 
• Eneatipo 3. Estas personas se caracterizan por buscar siempre el éxito y el reconocimiento. Eso hace que tiendan a ser competitivas y muy vanidosas. 
• Eneatipo 4. Se trata de personas que se sienten inferiores. Conviven con complejos de manera constante, lo que provoca que sean dramática, melancólicas y algo egocéntricas. 
• Eneatipo 5. Las personas con este eneatipo son incapaces de relacionarse de manera emocional con los demás. Tienden a ser reservadas, solitarias y priorizan la teoría sobre la práctica. 
• Eneatipo 6. Este eneatipo define a personas que no confían en sí mismas. Tienden a ser inseguras, ansiosas y miedosas. 
• Eneatipo 7. Quienes tienen este eneatipo como dominante no soportan el dolor y el vacío que tienen en su interior. Por eso se convierten en personas hedonistas e hiperactivas. 
• Eneatipo 8. Estas personas no soportan que las dominen ni las sometan. Por eso su personalidad se manifiesta por medio de la fortaleza, la agresividad y la intimidación. 
• Eneatipo 9. Las personas con eneatipo nueve evitan el conflicto por sistema. Eso hace que sean indolentes, acomodadas y conformistas. 

¿Cómo saber cuál es tu eneagrama?

Lo más habitual para encontrar tu eneatipo es hacer un test. Existen muchos por internet, que pueden ayudarte a reflexionar sobre tu personalidad y la forma en la que esta se manifiesta. 

La única forma real de conocer cuál es tu eneatipo es a través de la observación y el autoconocimiento. 

Es decir, el viaje del eneagrama no empieza con esta pregunta resuelta. La primera parte de esta aventura de autoconocimiento comienza por la exploración y la búsqueda de tu auténtico eneatipo.

Aunque un test podría ayudarte empezando a hacerte algunas de las preguntas más importantes. 

¿Para qué sirve el eneagrama? 

La última finalidad del eneagrama es ayudarte a descubrirte a ti misma. Podemos comparar esta herramienta como un mapa de nuestro “territorio” emocional. 

Evidentemente, un mapa no es en sí mismo una ciudad, pero sí que puede ayudarnos a guiarnos y orientarnos dentro de ella. 

De la misma forma, el eneagrama es una especie de mapa de nuestro ser, que nos permitirá observar nuestro lado oscuro (el ego) y nuestro lado luminoso (el ser). Cuanto más nos conozcamos, más sencillo nos resultará recuperar el equilibrio. 

Cuando lo alcancemos, debemos dejar de lado el eneagrama. Es una barca que nos ayuda a cruzar el río de la ignorancia, para llegar a la orilla de la sabiduría, la comprensión y el discernimiento. Pero una vez alcanzada, no es necesario que sigamos cargando la balsa. 

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¿Se puede tener más de un eneatipo?

El eneagrama es un círculo de nueve puntas, todas ellas relacionadas entre sí. Por tanto, desde su propia simbología, nos está indicando que no estamos condicionados por una sola de sus puntas. 

Es una forma algo rebuscada, quizá, de responder que sí. Solo tenemos un eneatipo dominante, que vendría a ser el molde mental con el que observamos la vida. Pero otros números pueden incidir sobre nuestra personalidad. 

Estas relaciones se conocen como líneas o alas, y son solo algunas de las características del eneagrama. 

A cada lado, los eneatipos tienen sus alas, que influyen en la forma en la que se manifiesta nuestra personalidad. Lo podemos explicar de forma sencilla con este ejemplo. Un vaso de agua sobre el que se vierte una gota de zumo de limón seguirá siendo un vaso de agua, pero tendrá cierto regusto a limonada. 

Por otro lado, tenemos las líneas. Cuando nuestro ego nos resulta demasiado doloroso, nos descentralizamos, moviéndonos sobre estas líneas para expresar nuestra personalidad a través del lado más oscuro de los eneatipos que se encuentran a cada lado de estas.

De igual forma, cuando nos acercamos al autoconocimiento, nos centralizamos. En este caso, manifestaremos nuestro ser a través del lado luminoso de cada uno de estos eneatipos. 

¿Se puede cambiar de eneatipo?

No, no se puede cambiar de eneatipo. Estos arquetipos son modelos de pensamiento inherentes a cada persona. Sin embargo, pueden evolucionar. 

Es lo que se conoce como los niveles de desarrollo de un eneatipo. Puede ser “insano”, “medio” o “sano”. A medida que exploremos nuestra propia personalidad y trabajemos por liberarnos del ego, conseguiremos avanzar de un nivel a otro. De igual forma, si nos abandonamos en la ignorancia, podremos alcanzar un nivel insano en nuestro eneagrama. 

¿Hay alguna relación entre el eneagrama y los signos del zodiaco?

La respuesta corta es, sencillamente, no. El eneagrama no está relacionado con la astrología. Es una rama más de la espiritualidad laica, cuya finalidad es la sanación y el autoconocimiento. 

La astrología, por su lado, es un arte milenaria que relaciona las posiciones de los astros con el porvenir del destino. Comparte con el eneagrama una clasificación de la personalidad en arquetipos, pero estos se asignan a través de la fecha en la que se nace. 

Aunque no la desechamos como herramienta. Dado que representa arquetipos, también podría usarse para explorar la personalidad y el ser, aunque su base no tenga nada que ver con la del eneagrama.

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¿Qué eneagrama es mejor?

No hay un eneagrama que sea mejor que otro. Todos ellos son personalidades diferentes, afectas por distintos deseos y miedos. 

Esta pregunta, que podemos hacernos al profundizar en el mundo del eneagrama, es en realidad contraria a la filosofía de este manual de autoconocimiento. No se trata de que un eneatipo sea mejor que otro, sino de conocer cuál es el nuestro para poder avanzar y evolucionar, eliminando el ego de nuestra vida.